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La Quimica Yo


Enviado por   •  25 de Mayo de 2015  •  813 Palabras (4 Páginas)  •  123 Visitas

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Democracia y participación ciudadana

1. Introducción

Una de las características más importantes de los sistemas políticos es la de

ofrecer mecanismos de interacción con sus constituyentes. Los sistemas

democráticos descansan significativamente sobre la existencia de mecanismos de

participación ciudadana. Cuanto mayor sea el nivel de participación ciudadana en

los procesos políticos y sociales de un país, más democrático es un sistema.

El ejercicio de la democracia depende del rol de la sociedad y sus ciudadanos. Sin

participación ciudadana, la democracia pierde su razón de ser, representatividad y

legitimidad. El aumento gradual de las democracias recientes está vinculado a los

procesos de liberalización política así como a los intentos de extender la

participación. Sin embargo, tales intentos no han sido profundizados a todos los

niveles. Por tal razón es importante prestar atención a las modalidades de la

participación y al estado de las condiciones que facilitan el desarrollo de la

participación, especialmente en lo que atañe a Centroamérica.

Este ensayo trata de reseñar específicamente estos temas, partiendo de una

identificación del patrón democrático mundial en los últimos años y de su relación

con la participación y el electoralismo. Seguidamente, identifica las diferentes

formas en que un ciudadano se involucra en temas políticos y sociales. El punto

principal de este ensayo, sin embargo, es el de señalar los factores que facilitan la

democracia y su estado para el caso centroamericano. Finalmente, se ofrece una

conclusión preliminar sobre la importancia de repensar la noción de calidad de

vida en Centroamérica como premisa que facilite la participación ciudadana.

2. Democratización y participación

Uno de los cambios más fundamentales del siglo XXI es la profundización gradual

de la interconexión con grupos humanos. Esta dinámica continúa operando dentro

de tres ejes políticos, a saber, la democracia, la ciudadanía y la participación

política.

A pesar de que la globalización ha intensificado y extendido las relaciones

socioeconómicas entre personas más allá de los contornos territoriales, la

preferencia por el orden democrático, el ejercicio de la ciudadanía y la

participación política continúan siendo imperativos de cualquier orden político. La

premisa principal de esta aceptación se basa en el entendimiento de éstos como

bien común, es decir, como un valor que le corresponde a la humanidad y un

recurso que la habilita para realizar el libre ejercicio de sus funciones.

De acuerdo a un estudio reciente elaborado por Marshall y Jaggers (2000), desde

fines de los años 70 el número de países democráticos ha aumentado

gradualmente, dejando poco a poco los sistemas autoritarios.

Esto no significa que los problemas de la democracia hayan desaparecido. Al

contrario, en aquellos países en transición, el reto de institucionalizar la

democracia representa una tarea ardua plagada por la amenaza de prácticas

antidemocráticas como la exclusión y la discriminación.

Al hablar de democracia nos referimos a la capacidad de un grupo o nación de

gobernarse a sí mismo mediante procedimientos que garanticen la participación

de los ciudadanos para libremente elegir tanto su forma de gobierno como a los

líderes que les representen. Esta idea y práctica está íntimamente conectada con

la presencia de un sentimiento de participación en el quehacer sociopolítico. En

este sentido, la participación política ciudadana se refiere al grado en que se

involucra el individuo, y de la sociedad en señalar pautas o agendas de acción

social y política que afectan sus intereses.

En aquellos casos en que el progreso o avance democrático ha ocurrido, se

observa que dos factores que facilitan su desarrollo son el libre ejercicio de la

competencia electoral y la participación política ciudadana.

La correspondencia entre el aumento de la democracia parece estar más

vinculada con el proceso de liberalización política que generó elecciones que con

el ejercicio participativo de amplios sectores. Esta situación llama la atención

sobre la viabilidad a largo plazo de la democracia y de la importancia de consolidar

la misma.

3. Modalidades de la participación ciudadana

En un libro reciente, Iris Marion Young (2000) sostiene que no todos los individuos

tenemos inclinaciones de participar en política: “tal vez a alguna gente le gusta dar

discursos, o enfrentarse con quien esté en desacuerdo... Pero la mayoría de la

gente prefiere ver televisión, leer poesía o hacer el amor”. La democracia es sólo

un aspecto de nuestras vidas como personas sociales. Sin embargo, como

sistema político y sistema de vida, es un método que nos permite disfrutar

socialmente de nuestros intereses sin recurrir al uso de la fuerza o la coerción. Y

como Young sostiene, creemos que “el proceso democrático es el mejor medio

para cambiar las condiciones de la injusticia y promover la justicia”.

De ahí que sea importante tener presente el hecho de que la participación

ciudadana no sólo reside en el voto. Más bien, existen distintas modalidades que

le dan vida y energía a una nación y sociedad. La participación diversa, no sólo a

través del voto, es uno de los ingredientes más importantes de la democracia.

Las formas de participación ciudadana van desde el acto mismo del ciudadano en

ejercer sus derechos, hasta la competencia política por el poder de la nación. No

todo ciudadano está interesado en ser presidente pero sabe que, como mínimo,

tiene que conocer y ejercer sus derechos y obligaciones.

Estas distinciones y jerarquías son muy importantes y hay que tenerlas presentes

porque también sirven de indicadores del nivel de participación del ciudadano en

sus quehaceres nacionales.

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