La Teatralidad De Nini Marshall

Hizo y hace reir a varias generaciones de argentinos

Niní Marshall: un mundo poblado de personajes.

Desde la aparición en radio de Cándida y Catita (sus personajes más populares) hace más de 50 años Niní Marshall con su humor agudo y sin golpes bajos sigue haciendo disfrutar a grandes y chicos por igual. Nacidos de la observación aguda de su creadora que supo con ellos retratar los diferentes tics y modismos de las distintas clases sociales desde la década del ´30.

Desde la aparición en radio de Cándida y Catita (sus personajes más populares) hace más de 50 años Niní Marshall con su humor agudo y sin golpes bajos sigue haciendo disfrutar a grandes y chicos por igual Nacidos de la observación aguda de su creadora que supo con ellos retratrar los diferentes tics y modismos de las distintas clases sociales desde la década del ´30. Niní Marshall comenzó trabajando como periodista en la revista Sintonía. Allí firmando con el seudónimo de Mitzi se ocupaba de escribir una página llamada "Alfilerazos" desde donde ya mostró su tono conversacional, buen gusto y sentido crítico elogiando a alguna actriz, criticando a algún actor, recomendando alguna audición y permitiéndose algún consejo.

También supo ser "cantante internacional", en ese momento se hacía llamar Ivonne D´Arcy.

Más tarde comenzó con una participación en el programa radial "El Chalet de Pipita" conducido por Maruja Pacheco Huergo haciendo de mucama gallega. Pero fue en 1937 cuando consigue un espacio propio para su personaje Cándida (gallega de nacimiento tan bruta como bondadosa) acompañada por Juan Carlos Thorry. Unos meses más tarde debuta con Catita. Estos dos acontecimientos instalaron definitivamente a Niní en el mundo del espectáculo.

A estos personajes se sumaron con el correr del tiempo Ursulina, Niña Jovita, el Mingo, Gladis Minerva Pedantoni, Belarmina Cueio, Doña Pola, la Bella Loli, Lupe, Doña Caterina, Mónica Bedoya Hueyo de Picos Pardos Sunsuet Crovés, Don Cosme. Ellos no solo tienen una manera de hablar que los caracteriza sino también una forma de vestirse, de moverse, de gesticular que les era propio. Y no podemos olvidar que todos ellos contaban con un perfil psicológico definido producto de su entorno social y familiar.

Más allá de las buenas interpretaciones que realizó Niní no se puede obviar que ella fue la autora de los libretos. Sin lugar a dudas el espacio de autora no le resultó fácil de ganar por los prejuicios que se dieron y se dan con relación a este tema.

Sus "hijos espirituales" como gustaba llamarlos también tuvieron vida en el teatro y la televisión y algunos de ellos como el caso de Cándida y Catita

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