La función de la máscara

La máscara es un objeto ornamental utilizado sobre el rostro, cubriéndolo totalmente, o sólo la parte de los ojos, así como los antifaces. Posee diversos usos (protección, anonimato, entretenimiento, ornamentación, etc.) y materialidades (oro, hierro, plástico, cera, piedra, cuero, etc.).

La palabra máscara no tiene una etimología exacta, ya que se cree que viene del francés medio “masque” (cubrir para ocultar o proteger la cara), que a su vez proviene del latín medieval italiano “maschera” que significa “fantasma” o “pesadilla”, insinuando tal vez un carácter divino al poseedor de la máscara, o quizás al no tener contacto directo con el rostro del portador de la máscara, lo transforma en un ente no real, un ser casi abstracto, lo que cuenta sobre la representación religiosa de este objeto.

Otra posible etimología de esta palabra proviene del árabe “maskharah” que significa “bufón”, ya que proviene del verbo “sakhira” (ridículo).

También es posible que venga del provenzal “mascarar” es decir “al negro” (la cara), que puede aludir al hecho de que se oculta el rostro verdadero y se muestra otro, dando muestra de un “reemplazo” del rostro. Un encubrimiento.

Otra posibilidad es que provenga del español “más que la cara”, es decir literalmente “más de la cara” o “cara añadida”.

La máscara es una simplificación ornamental, es decir, que todo lo visible es reducido a los elementos básicos que conforman un rostro (ojos, nariz, boca, etc.). Lo que la convierte en una representación de intenciones y simbolismos, transformados en arquetipos que representan los temores y aspiraciones de la civilización.

Se sitúa la aparición de la máscara en el momento se origina la autoconciencia, aunque no es posible decir con exactitud en qué fecha se originaron, se sabe de qué las máscaras más antiguas descubiertas datan de 9000 años de antigüedad.

A lo largo de la historia las máscaras han sido utilizadas para diversas funciones, como para la protección, la caza, rituales y/o ceremonias, la guerra y fiestas, o simple ornamentación. Existen también mascaras que no eran creadas para ser usadas, esto quizás por que adquirían un carácter propio, como por ejemplo para la representación de deidades o entidades superiores en las religiones o jerarquías.

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