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Licenciado En Educacion


Enviado por   •  25 de Agosto de 2011  •  369 Palabras (2 Páginas)  •  636 Visitas

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La laicidad educativa básica.

Todas las competencias éticas y ciudadanas son muy importantes para que las personas sean capaces de ejercer su libertad con responsabilidad y se comprometan con un mundo mejor, a través del diálogo, la deliberación y la colaboración. Son indispensables para la convivencia pacifica, respetuoso y democrática de las sociedades más respetuosas de la dignidad de las personas y de sus derechos.

El acceso al saber no es otra cosa que esa apertura de la mente para vivir conforme a la duda científica y filosófica frente a los prejuicios, las convivencias sociales y los paradigmas dominantes, las creencias no basadas en fundamentos y evidencias, y la fe; contribuye a la construcción de la libertad de criterio y de pensamiento, de ahí la importancia de la laicidad de la enseñanza pública.

Junto con la laicidad coexiste la construcción de la autonomía de los individuos para hacer de las personas seres independientes, con responsabilidad en el ejercicio de su libertad, así como consecuencias de acciones y opiniones.

Pedro Salazar nos dice que la defensa de la autonomía moral e intelectual es un ingrediente nuclear de la idea y del proyecto moderno de la laicidad, el pensamiento laico revindica dos cosas: a) la capacidad y el derecho de cada persona para elaborar o adherirse a valores y creencias propias para darse leyes a sí mismas en el ejercicio de su autonomía moral; y b) la capacidad y el derecho de pensar por cuenta propia, sin limitaciones dogmáticas ni imposiciones heterónomas.

La asociación entre la laicidad como proyecto intelectual y la libertad de conciencia es inmediata. La autonomía moral y de pensamiento contribuye una reivindicación de la capacidad de las personas, de su mayoría de edad, para gobernar su vida y por ende para pensar libremente. La sociedad no es un ente orgánico y uniforme, sino un conjunto de individuos plurales con convicciones, ideas y creencias diferentes que, en muchas ocasiones, entran en conflicto. La laicidad también es, entonces, una defensa de la pluralidad ante los proyectos que pretenden imponer concepciones únicas y totales.

La lucha ilustrada por la autonomía moral y por el uso de la razón ha sida dura y, por lo mismo, que esos bienes son muy valiosos.

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