Literatura Es Vida

Conferencia: La función de la literatura en nuestras vidas

Estamos acostumbrados a definir la literatura como la acumulación de saberes para escribir y leer de modo correcto. Antiguamente ésta era absoluta, pues se calificaba como tal a todo hecho que provocara una sensación emocional estética, sin importar si era o no la intención inicial. Si bien el término fue acuñado tanto sólo hace tres siglos, su existencia se remonta al origen de lo tiempos.

Erróneamente se ha etiquetado a la literatura como unívoca, concepto exiguo para contener su verdadero propósito. Entonces: ¿cuál es su verdadera función? En determinados momentos de nuestra vida la literatura puede llegar a influir enormemente en nuestros actos y decisiones, pero eso no es todo; su magia va mas allá. La literatura nos dice cosas que ya sabemos, pero que no podemos exteriorizar, nos ayuda a ponerle nombre a las palabras y a las emociones. Es como si algo se apropiara de nosotros; de pronto hemos atravesado los círculos del infierno guiados por Virgilio, luchado contra molinos de viento, vengado la muerte de nuestro padre o hasta dado la vida misma por un amor prohibido. Todos estos personajes nos sirven de espejo, pues son nuestros reflejo y el de nuestros actos. La literatura nos ayuda contándonos todas esas cosas que ya sabemos pero no somos capaces de expresar. Es increíble lo que nos puede hacer sentir, vivir, recordar y reconocer; nos permite leer nuestras vidas en los textos foráneos, adueñarnos de experiencias ajenas y hacerlas propias.

El lenguaje literario está hecho para mostrar la realidad individual y colectiva a través de la mentira que guía el alma hacia la “verdad”; es la esencia de un corazón que late, de un cuerpo que respira, de una mente que piensa. Formamos parte de una utopía literaria donde somos capaces de hacer literatura y sentirnos poetas dentro de nuestra posición de lector. En la actualidad esta no depende más de la escritura; aun fallecido el autor, continuará la obra. Bonilla concluye, “ la literatura morirá el día que se deje de leer”.

Nuestra vida está impregnada de literatura y el siglo XXI trajo una nueva manera de expresarla. Los grandes versos de felicidad de nuestra época son nada más y nada menos que anuncios y slogans, la literatura nos acompaña en cada paso que damos; nos libera de la palabra fría, de lo burdo, de la realidad decepcionante y de lo fatuo de los discursos manipuladores; y así, nos permite penetrar el paraíso de la palabra bella que seduce, sorprende y cautiva, nos alimenta, cura y alivia. La literatura nos da vida. La literatura es vida.

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