Lágrimas de sangre, la desnutrición en la Guajira.

Lágrimas de sangre, la desnutrición en la Guajira.

Meza Martínez, Valentina J.

Resumen

La constante del departamento de La Guajira es el sufrimiento.

A partir de ello el presente trabajo presentará el grave deterioro de la salud de los niños en la Guajira como resultado del abandono por parte del Estado Colombiano sumado a las escasas fuentes de trabajo existentes en el departamento, que hacen imposible a las comunidades más vulnerables atender de forma oportuna las necesidades básicas que presenta los niños de la comunidad. Con base a ello se determinará las razones por la cual la corrupción es la principal causa de la desnutrición en la guajira.

Palabras Claves

Desnutrición, niños, pobreza, corrupción, indígenas.

Introducción

Los niños y niñas en Colombia gozan de una especial atención y son sujetos de especial protección constitucional por parte del Estado, con base en ello, el Estado Colombiano ha implementado a lo largo de los años programas sociales encaminados a mejorar las condiciones de vida de los infantes, los cuales han influido en la disminución de la tasa de mortalidad que año tras año va decreciendo, sin embargo, cuando se realiza una comparación entre regiones y más específicamente departamentos del país, aún es posible encontrar que tales programas en realidad no son eficaces, sobre todo en aquellos departamentos donde históricamente ha gobernado la corrupción.

Ese es el caso del Departamento de La Guajira en el extremo norte del país, donde los casos de niños con desnutrición grave y severa afloran por toda la región, y donde tampoco es extraño que las comunidades indígenas sean las más golpeadas por este flagelo que tiene como causa la pobreza y el abandono por parte del Estado, llevado de la mano por la corrupción latente en el departamento.

La presente investigación tiene como fin determinar como el

Por eso, la investigación está encaminada a denunciar la precaria situación humanitaria que vive el departamento de la Guajira específicamente la población infantil, que cada año cobra la vida de miles de inocentes victimas por causa de la desnutrición.

La Guajira, es un departamento del Caribe Colombiano situado al nor-oriente de Colombia, que posee recursos naturales como el carbón mineral, gas natural y sal marina presentes en el suelo que hacen posible la explotación minera, la cual constituye la principal actividad económica del departamento. Por su situación geográfica, tiene un gran potencial turístico, con un ilimitado patrimonio natural.

El aparato productivo de La Guajira produce 7.803 miles de millones de pesos y ocupa a 422.564 personas. Es el tercer departamento que más depende de la explotación de los recursos naturales después de Casanare y Meta. La extracción de carbón representó en promedio entre 2003 y 2013, el 56% de su producto interno bruto, lo cual lo convierte en un territorio atípico a nivel nacional por la composición de su estructura económica y su alta dependencia de un solo sector.

La pobreza de La Guajira se debe a la precaria cobertura en temas básicos, como la salud y la educación, lo que refuerza deficiencias institucionales y políticas, todo en medio del notable crecimiento de la industria carbonífera.

Cerrejón es el líder en las exportaciones (60 %); su producción constituye el 55 % del PIB de La Guajira y entrega al departamento, según lo estimó el Plan de Desarrollo del 2012, $615.739 millones por conceptos de impuestos y regalías, cifra que ha ido en aumento en los últimos años. Nada de eso ha significado que sus habitantes, los que tendrían que ser los beneficiados con estos dineros, reciban la ayuda que necesitan para paliar la situación de hambre, sed y abandono.

La Guajira, un departamento con cerca de 930 mil personas, en las últimas décadas ha estado catalogado como uno de los territorios más pobres de Colombia, situación que se mantiene en la actualidad. De acuerdo a las últimas cifras oficiales, el 55% de sus habitantes se encontraba por debajo de la línea de pobreza, llegando a convertirse en el departamento más pobre de la región Caribe, de por sí una de las más pobres y pobladas del país. La mayor parte de sus pobres son indígenas.

En un informe sobre la crisis humanitaria, la Defensoría del Pueblo reconoce que “La Guajira ha sido objeto de un constante e histórico abandono por parte del Estado y de los organismos de control, incluida la misma Defensoría” (EL HERALDO, 2016)

En las distintas investigaciones que realizamos, encontramos como referente una línea de procesos de corrupción que vienen de manera consecutiva afectando a la comunidad de éste departamento, lo que determinó un punto de inicio para nuestro análisis de investigación.

Claramente podemos determinar que todas las causas de desnutrición que están viviendo los niños de la guajira no se la debemos aludir solamente a los cambios climáticos que lógicamente son cosas que pueden evitarse o anticiparse, es evidente que la mala administración de los recursos ha colaborado con esta situación.

Según el último informe del Dane (2015) sobre la Guajira demuestra que en general existe un índice departamental de necesidades básicas insatisfecha alrededor del 65 % de la población, pero cuando se realiza el estudio sobre la población fuera de las cabeceras municipales dicho índice se incrementa escandalosamente al 91,92 % evidenciando de esta manera la poca o nula acción por parte del Estado con el fin de brindar a los ciudadanos y a las comunidades una vida digna.

En La Guajira nadie niega que la situación de los niños es crítica. El departamento tiene una tasa de desnutrición aguda de 5.5 por ciento, cinco veces más alta que la media nacional, 0.9 por ciento en niños menores de cinco años.

Según una entrevista realizada por un medio local a líder Wayuu Javier Rojas Uriana, uno de los peticionarios frente a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para proteger a la comunidad afirma que: “el Estado ha sido responsable de las muertes de los niños. Están acabando con nuestra comunidad y necesitamos que haga más presencia en el territorio indígena”. (El Heraldo, 2016)

La creciente corrupción que ha reinado en el departamento de La Guajira durante la última década agrava más la situación de los pobladores que observan, además, del abandono del Estado, la poca o nula reacción de los entes territoriales para satisfacer las necesidades básicas, pues como se desarrolló

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