“Manzanita”.

“MANZANITA”.

Julio Garmendia nació en Tocuyo, Venezuela el 9 de enero en 1898, su cuento corto, “Manzanita”. El cuento refleja, lo mal que nos sentimos cuando no recibimos una adecuada atención y no somos tomados en cuenta.                                                        El cuento de la Manzanita trata de un conflicto que se desarrolló dentro de una frutería, en la cual sólo existía la Manzanita criolla, la llegada de unas manzanas nuevas llamadas Manzanas del Norte izo sentir a la Manzanita criolla despreciada a pesar de todo lo que había servido en el pasado. El frutero cuidó de lo mejor a sus manzanas norteñas con un trato especial para protegerles de las moscas y las abejas.                                         La Manzanita se sintió perdida y se puso a llorar viendo que las otras manzanas eran grandes, brillantes, olorosas y muy rojas, las personas empezaron a comprar sólo las Manzanas Norteñas, la pobre Manzanita no pudo aguantarse y empezó a conversar con las demás frutas, al hablar con el Coco, éste comprendió a la Manzanita, la Lechosa fue muy comprensiva con ella, en este momento muchas frutas empezaron a discutir pero entre discusión y discusión todos estuvieron al lado de la Manzanita, excepto otras frutas que decían ser familiares de las Manzanas Norteñas                                                         Manzanita no podía dormir y ya amaneciendo se quedó dormida y empezó a soñar con su entierro, lo más triste era que ella misma se veía en su entierro y sentía todo lo que se le hacía y ver cómo se dañaban tan rápido las Manzanas Norteñas, la Manzanita observó y se sintió consolada y empezó a desaparecer las huellas de la amargura y el rencor que tenía; esta alegría se le trasmitió a las demás frutas y empezaron bailar frenéticamente unas con otras.                                                                                                Una señora mayor de canas pidió al señor de la frutería una tizana con la manzana perfecta, es decir, con la Manzanita Criolla, Manzanita se llenó con orgullo y felicidad en las manos de su compradora. Su sueño se había realizado, iba hacer una tizana, pero cuando la mujer salió de la frutería, Manzanita echó una mirada más hacia sus amigos y vio a las manzanas norteñas aisladas. Manzanita sintió su dolor porque también lo había experimentado, se dio cuenta que las norteñas no le habían  quitado el valor sino que Manzanita había buscado su valor en la opinión de los otros en vez de buscarla dentro de ella misma. 

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