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Marc Chagall Y Las fábulas De Lafontaine


Enviado por   •  13 de Marzo de 2013  •  2.138 Palabras (9 Páginas)  •  298 Visitas

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Coincidiendo con la primera exposición de Marc Chagall en España (Museo Thyssen), La Sala Municipal de Exposiciones del Museo de Pasión , organiza la exposición: 'Marc Chagall. Las fábulas de La Fontaine', con 100 grabados originales del genial artista cuyas dimensiones aproximadas son 300 por 240 milímetros.

Es la primera vez que estos grabados, considerados como una de las obras maestras de Chagall, se muestran en España , ya que con anterioridad solo se expusieron en 2004, en el Museo Barbella, de Chienti (Italia). Guastalla es la coleccionista italiana propietaria de este centenar de obras que, “más que una simple ilustración, son una creación, una auténtica y original obra de arte”, en sus propias palabras.

BIOGRAFÍA

Marc Chagall( su nombre natal fue Moishe Shagal (Мойше Шагал) o Movsha Jatskélevich Shagalov) nace en el gueto judío de la ciudad de Vitebsk (Bierlorrusia) en el seno de una familia modesta y numerosa -es el mayor de nueve hermanos. Su padre trabaja en una fábrica de salazón de arenques, mientras su madre se encarga de las tareas domésticas. Desde sus años de escolar muestra una clara inclinación hacia el dibujo y, desafiando la normativa judaica que prohíbe la realización de imágenes emprende una carrera artística que le llevará a ingresar a los diecinueve años en el taller de un pintor loco llamado Yejuda Pen; paralelamente trabaja como retocador en un estudio fotográfico. Dos años más tarde, se traslada a San Petersburgo, donde malvive durante algún tiempo buscando mecenazgo. Tras una breve temporada como alumno de la escuela de Bellas Artes, Lev Baskt, el famoso escenográfo de los Ballets Rusos, se convierte en su maestro. Baskt pronto advertirá el potencial creativo del joven pintor y en 1910 le consigue una beca para trasladarse a París.

Al año siguiente se instala en un estudio de La Ruche, donde entabla amistad con la plana mayor de la vanguardia parisina, sobre todo con los poetas Blaise Cendrars y Guillaume Apollinaire y los pintores Chaim Soutine, Fernand Léger y Robert Delaunay. La influencia de este nuevo entorno se percibe inmediatamente en su obra: ya en 1911, sus composiciones (yo y la aldea o El poeta) revelan el alejamiento del realismo ingenuo que caracterizaba su producción anterior y se contagiarán de la libertad fauve y las innovaciones cubistas y órficas.

Sin embargo, Chagall sólo abandona en contadas ocasiones su personal universo iconográfico, poblado por recuerdos de la infancia -el paisaje de su tierra natal, las escenas campesinas, las celebraciones de la comunidad judía - y las constantes referencias a sus seres queridos, especialmente a Bella Rosenfeld, la muchacha judía de Vitebsk con quien contraerá matrimonio en 1915.

En 1914 regresa a Vitesk. Pero lo que en principio iba a ser una visita relativamente breve, se convierte en una estancia de ocho años, viviendo a caballo entre su ciudad natal, Petrogado y Moscú, a causa del estallido de la Primera Guerra mundial. Aunque en principio Chagall simpatiza con la revolución e incluso llega a sugerirse su nombre para dirigir la sección de artes plásticas del nuevo Ministerio de Cultura moscovita, y de que trabajó como comisario de Bellas artes y director de la escuela de arte local, pronto surgen los conflictos con otros miembros de la escuela, especialmente con Malevich y Lissitzky, que se oponen radicalmente al tradicionalismo de Chagall. Las continuas desavenencias le llevan en 1920 abandonar su cargo y se instala en Moscú, donde trabajará como escenográfo y profesor de dibujo en colonias de niños huérfanos.

En 1992 Chagall abandona definitivamente Rusia y se traslada a Berlín; un año más tarde regresa a París. Se abre entonces un fructífero periodo profesional marcado por sus contactos el marchante Ambroise Vollard -para quien ilustrará varios libros entre ellos una edición de La Biblia -y por su participación en numerosas exposiciones y continuos viajes por Francia y otros países ( Egipto y Palestina, Holanda, Italia, Polonia, España…).

La publicación de su autobiografía Ma Vie en 1931 y la antología de su obra celebrada en el Museo de Basilea en 1933 le consagran en el panorama artístico europeo. Sin embargo los acontecimientos históricos iban a encargarse de truncar ésta feliz situación. La persecución nazi y la nueva guerra motivan su exilio a los Estados Unidos desde 1941 y provocan un importante cambio en su obra, reforzado por la muerte de Bella en 1944, tras la cual, el pintor permanece casi un año sin poder trabajar, sumido en una gran tristeza. Su anterior paleta de colores brillante deja paso a tonalidades oscuras y efectos tenebroso; la mayoría de las obras de estos años se convierten en dramáticas pesadillas.

En 1948 Chagall regresa a Francia, y dos años después se instala en Saint -Paul-de-Vence, donde residiría el resto de su vida. Desde 1946, una serie de importantes retrospectivas en ciudad europeas y americanas -Nueva York, Londres, Paris Ámsterdam, Zurich, Berna -han ido difundiendo su labor entre el gran público y han determinado su definitiva consagración internacional. En la recuperación del pintor tendrá especial protagonismo otra mujer, Valentine (Vava) Brodsky, con la que se casa en 1952.

Gracias a su apoyo, Chagall será capaz de emprender ambiciosos proyectos artísticos bajo padrinazgo institucional, entre los que cabe destacar el techo de la opera de Paris, que decora en1964 o las pinturas murales para la Metropolitan Opera de Nueva York. Paralelamente con ayuda de maestros artesanos como el litógrafo Charles Soliers y el vidriero Charles Marq, experimenta con las más diversas técnicas y procedimientos. Los últimos años de su larga vida transcurren entre continuos homenajes y muestras de reconocimiento.

Murió a la edad de 97 años y está enterrado en el pueblo de Saint-Paul de Vence (cerca de Niza, Francia) junto a su esposa Vava.

ORIGEN DE LA OBRA

Ambroise Vollard, un importante galerista muy interesado en libros ilustrados, le encomendó primero la ilustración de las Almas muertas, de Gógol. Impresionado por el trabajo del artista judío, le encargó después los grabados de las fábulas de La Fontaine, pese a las reticencias de una opinión pública que no vio bien que algo tan francés lo plasmara un eslavo. “Chagall tiene una estética muy cercana a la de La Fontaine, densa y sutil, realista y fantástica” se justificó el marchante, para quien su elegido estaba además “muy vinculado al espíritu oriental que poseían

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