Metáfora Érase una vez, en una cátedra magistral

Metáfora

Érase una vez, en una cátedra magistral, en donde cuatro colegas fueron escogidos para iniciar una aventura en la búsqueda del líder perfecto, el cual se creía que sólo era una leyenda.

Estos jóvenes aceptaron el compromiso de encontrar el ideal que se habían propuesto, antes de comenzar necesitaban abrirse para poder confiar el uno al otro ya que ellos venían de comarcas diferentes en donde cada quien tiene una manera diferente de hacer las cosas. Una vez reunidos se comprometieron a la causa de su búsqueda y decidieron emprender el viaje juntos.

Durante la travesía habían otros grupos que tenían la misma misión y algunos de ellos se fueron quedando atrás por distintas causas, mal tiempo, falta de acuerdos entre ellos, no tenían recursos para seguir; pero los aventureros (así se habían denominado los 4 colegas) seguían en la marcha. En el trayecto uno de ellos se tuvo que retirar por unos instantes ya que debía atender una emergencia en su comarca, pero depositó su confianza en los tres compañeros que tenían la capacidad de lograr la meta. Lo que no se habían dado cuenta es que en el proceso ellos habían cambiado, cada quien había cultivado el liderazgo.

Al finalizar el trayecto llegaron al territorio donde habitaba el líder legendario, entraron al castillo y en el aposento donde se encontraba dicho personaje vieron un espejo, entonces pudieron entender lo que eso significaba: ellos son los líderes ideales que tanto buscaban.

Al regreso a cada uno de sus comarcas, cada uno se convirtió en el líder de sus respectivos pueblos y los cuales lograron la prosperidad, dice la leyenda que los cuatro amigos aún se reúnen en busca de nuevas aventuras.

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