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Erase Una Vez


Enviado por   •  2 de Abril de 2013  •  1.434 Palabras (6 Páginas)  •  316 Visitas

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Fábula sobre la calidad

Traducción

Marcela De Narváez

AGRADECIMIENTOS

Hay muchísimos colegas en Rath Strong y en GenRad cuyas ideas y observaciones a través de los años han contribuido grandemente a cualquier nuevo aporte que mi trabajo pueda presentar. A todos ellos, gracias.

Especialmente quisiera expresar mi agradecimiento a Bob Anderson, John Ferrie y John Hurley sin cuya ayuda y estímulo este libro no se habría publicado.

John Guaspari

PRÓLOGO

Hubo un tiempo en que el idioma era muy aburridor Plano Sin vida Era perfectamente funcional perfectamente utilitario

Pero no tenía música No tenía brillo Una frase típica sonaría como ésta Y la siguiente como ésta Y la siguiente como ésta Y seguiría indefinidamente de la misma manera.

Esto ocurría tanto en el idioma escrito como en el hablado.

No había poesía

No había canciones

No se guardaban registros de ninguna naturaleza

Y así era porque la gente no quería molestarse en dejarles a sus descendientes una prosa tan plana tan carente de vida.

Por lo cual todos debemos estar muy agradecidos

Rufo Punto vivió hace mucho tiempo. Nadie está seguro sobre la época exacta en que vivió. Si usted ha llegado hasta aquí, entonces ya sabrá por qué.

De todos modos, eso fue hace mucho tiempo, y la leyenda dice que Rufo disfrutó bastante la vida.

Él sentía felicidad.

Él sentía tristeza.

Él sentía dolor.

Él sentía alegría.

Él sentía todas esas cosas y otras más.

Pero, por encima de todo, sentía profundamente. Sin embargo, cuando trataba de explicarles esos sentimientos a otras personas, todas ellas terminaban escondiéndose detrás de la puerta.

Rufo decía cosas como:

Ésta fue una experiencia muy conmovedora Siento gran alegría

O: El dolor que tengo en el callo del pie es atroz

O: Detesto tener que hablar de modo tan torpe

Y las personas que escuchaban a Rufo decían:

Nos complace mucho que usted sienta tanta felicidad

O: Quizás unas sales de Epsom le ayudarían

O: No entendemos por qué razón usted piensa que hablar tal como se acostumbra deba considerarse torpe

Rufo sentía que algo le roía en el estómago.

Esto, por lo menos, le permitía dejar de pensar en sus callos por un momento.

Una noche, Rufo se arrodilló y rezó la misma oración de siempre:

Por favor Dios permite que alguien invente algo para que nuestro idioma deje de ser tan amorfo y aburridor

Luego estiró las mantas y se acostó. Pero no podía dormir De modo que se levantó y se dirigió al escritorio, lleno de desesperación. Tomando papel y lápiz, escribió:

¿Por qué es el lenguaje tan inadecuado para transmitir los verdaderos sentimientos y emociones?

Se detuvo y leyó lo que había escrito. Luego escribió:

¿Qué fue ese garabato tan curioso que puse al comienzo y al final de la última frase?

Nuevamente se detuvo a leer lo que acababa de escribir.

Esta vez sonrió.

Así fue como se descubrió la puntuación.

Puntuación S. A. era una empresa fabulosamente exitosa. Esto no debe sorprender a nadie. Si la gente quería hacer algo más atrevido que comenzar las frases con mayúscula, necesitaba a Puntuación S. A. La empresa ofrecía una amplia gama de productos:

Comas, apóstrofos y puntos. Signos de interrogación, signos de admiración y guiones. Paréntesis y corchetes. Puntos y comas y dos puntos. Incluso artículos de lujo, como los puntos suspensivos.

Todos eran signos de Puntuación, para los cuales había una amplia gama de mercados. La empresa les vendía sus productos a:

Escritores, que necesitaban grandes cantidades de signos de admiración para poner en palabras como “¡Caramba!” y “¡Hurra!”

Abogados, que compraban comas por toneladas para colocar después de sus considerandos.

Médicos, para quienes se creo una línea especial de signos de puntuación legible solamente para los farmaceutas.

Artistas de tiras cómicas, que no podían usar palabras obscenas en la prensa para la familia.

Hombres y mujeres de negocios que prefirieron los dos puntos al punto y coma; los comités de compras los eligieron por consenso

La lista de clientes seguía y seguía. También había muchísimos imitadores y competidores que ofrecían las

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