Mi libertad acaba, donde empieza mi silencio

¿Es posible que podamos vivir en un mundo, en el cual las normas se establezcan por el bien común en lugar de buscar el bien del individuo? Vivimos una época en la cual prevalecen 2 sistemas políticos fuertes: el capitalismo y el socialismo.

Como la mayoría ya conocemos, el capitalismo es un régimen económico basado en el predominio del capital como elemento de producción y creador de rqueza sin apenas intervención del Estado. Mientras que a diferencia de este, encontramos el socialismo, el cual se muestra como un sistema de organización social y económico basado en la propiedad y administración colectiva o estatal de los medios de producción y en la progresiva desaparición de las clases sociales.

En el libro ‘’La Rebelión de Atlas’’, sucede que llega un punto, en el cual todas las empresas extras de cada individuo son decomizadas de sus dueños, por el hecho de que estos no podían poseer más de una empresa. No se tomó en cuenta el esfuerzo, el trabajo y la inversión que esta persona realizó. Por el contrario, se creó una ley, en la cual estos negocios fueron confizcados a estas personas sin pedir su opinión al respeto.

En nuestro mundo y para nuestra sociedad, este tipo de hechos no toman parte de nuestra vida cotidiana. Estamos creciendo y viviendo una etapa, en la cual somos entes individuales y libres, donde no aceptamos ser pisoteados ni permitimos que nuestros derechos sean violados. Vivimos bajo un regimen legal, el cual debemos de obedecer para poder vivir en sociedad. No obstante, ¿ qué pasaría si nuestro Estado decide establecer una ley como la de Ayn Rand? ¿Estamos dispuestos a romper la ley por el hecho de que somos conscientes que lo que se está llevando a cabo está fuera de lugar, de nuestros valores?

Como Ayn Rand dijo: “Es un simple hecho metafísico que el hombre, por naturaleza, no está equipado para sobrevivir “en la naturaleza”. Su mente es su herramienta básica de supervivencia, y su mente crea tres logros esenciales para la vida: ciencia, tecnología, y producción industrial. Sin ellas, él no puede arrancarle suficiente sustento a la naturaleza para cubrir sus necesidades físicas inmediatas”. Debemos tener en mente que como personas, tenemos el derecho y la obligación de expresar nuestra opinión.

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