Modelo Administrativos

El modelo weberiano tiene su origen en cierta concepción del poder y la dominación. Weber nos señala que la política deriva del poder (Weber, 1977, 172). La ejecución de la política se ejecuta a través de lo que se denomina la burocracia weberiana, la cual tiene elementos básicos gracias a los cuales asegura el funcionamiento del Estado.

Por su parte, la Nueva Gestión Pública, está vinculada con algunas megatendencias administrativas que tienen como foco atenuar el crecimiento del gobierno, tanto en costos como en personal; volcar esfuerzos en privatizar aquello que el sector público no realiza con eficiencia constatada; integrar tecnología en los procesos que sean susceptibles de automatizar en pos de eficacia y eficiencia y finalmente, desarrollar una agenda que vincule al Estado con el circuito internacional (Hood, 1991). Esta nueva manera de abordar la gestión pública es una reacción directa al modelo burocrático weberiano.

En la siguiente tabla podemos observar 5 doctrinas administrativas propias de la burocracia (Barzelay, 1998,177) que son cuestionadas por la Nueva Gestión Pública, la cual refocaliza los ejes orientadores del funcionamiento del aparato público.

N° Modelo Burocrático Weberiano Nueva Gestión Pública

1 Interés público: Focaliza el quehacer del Estado solo en aquello a lo que éste le asigna valor. “El gobierno deja a menudo de obtener resultados deseados desde el punto de vista ciudadano, cuando en su propio seno, cada comunidad profesional está segura de sus normas definen el interés públicos”.(Barzelay 1998, 177) Foco en el cliente: El quehacer del gobierno debe focalizar sus esfuerzos en satisfacer los requerimientos de los ciudadanos. Desde este punto de vista es vital, principalmente, la generación de soluciones que respondan a las expectativas de los usuarios.

2 Eficiencia: Este foco apunta a lograr un buen funcionamiento del aparato público. El criterio de eficiencia es autorreferente a la organización como tal, sin vincularla con los ciudadanos necesariamente. Calidad y valor: El foco debiera estar principalmente puesto en la calidad y el valor de lo que el aparato público produce. Se debe poner especial interés en el “producto”.

3 Justificar costos: Esta tarea era congruente con las antes señalada. La tarea del aparato público pasaba principalmente por entregar buenos argumentos respecto a los gastos en los que se incurrieron procurando, dentro de lo posible, generar ahorros. La entrega de valor: La misión principal el aparato público debe ser satisfacer de la mejor manera posible los requerimientos del cliente. El plano reflexivo en esta línea opera de manera distinta al enfoque burocrático pues la misión es generar valor a la gestión pública para producir mayor satisfacción en el usuario. aun cuando estos costos sean más altos.

4 Seguir reglas y procedimientos: Sustenta el quehacer administrativo en base a la adhesión rigurosa, casi irreflexiva, de las reglas y procedimientos. Son las normas por tanto, las que establecen “las reglas del juego” y poca holgura hay para generar soluciones arriesgadas o innovadoras. Mejora de procedimientos: Los funcionarios tienen el deber de detectar fallas en los procesos que se sustentan en las normas. Ante estas fallas se debe prevenir, alertar y participar de la incorporación de mejoras continuas.

5 Especificar funciones, autoridad y estructura: Para la jerarquía del aparato público era muy importante que los funcionarios integraran las prescripciones que las autoridad imponía y las funciones asociadas y correspondientes a cada uno de ellos, en virtud del lugar que ocupaban en la estructura organizativa. Identificar misión, servicios y resultados: Lo más importantes es tener nociones del horizonte al que se aspira llegar, para lo cual cada funcionario debe aportar con su capacidad para ir incorporando las mejores suficientes que permitan alinear las acciones a la misión y los resultados esperados.

La Nueva Gestión Pública confronta la mirada weberiana, haciendo una crítica directa a cada uno de los puntos antes mencionados, estableciendo contrapuntos que aparecen a todas luces como justos y necesarios para despercudir

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