Monografía de Konstantin Melnikov, titulada Solo “Architect in a Mass Society”

Starr, F. (1986). Konstantin Melnikov: la casa de l'arquitecte= Konstantin Melnikov: the Architect's house. Quaderns d'arquitectura i urbanisme, 36-47.

El autor de la monografía de Konstantin Melnikov, titulada Solo “Architect in a Mass Society” (1981) de Frederick Starr, nos desvela en este artículo detalladamente como era la casa del Arquitecto que tantos quebraderos de cabeza le dio durante cuarenta y cinco años bajo arresto domiciliario, en un receptáculo que le resguardó de la intimidación totalitaria de un régimen comunista. Sin duda, fue admirado dentro y fuera de su país como el mejor arquitecto ruso de su tiempo.

Exiliado en su casa, entre dos insólitos cilindros intersecados, un friso al mas estilo romano se encargó de comunicar su contenido: “Konstantin Melnikov Arquitecto”, un arquitecto recluido sin la facultad de volver a crear arquitectura, una modernidad que te acorrala si no estabas a favor de un ideario político. Ese formalismo impregnado del individualismo burgués y de idealismo revolucionario fueron los que le condujeron hacia esa reclusión, dentro de una casa parecida a un molusco que se convirtió en una estancia muestrario de ese exilio ya que transgredió el espíritu colectivista del momento.

Detrás de una vieja verja, en un patio lleno de vegetación y muros deteriorados, se alza la casa del arquitecto Melnikov. Un edificio sorprendente que al igual que cuando se ejecutó en 1927 aún nos sigue fascinando. Su idea básica es muy simple, dos cilindros de distinta altura e igual diámetro se dividen en un cuarto de circunferencia interfiriéndose entre ellos, donde acomoda en su área superpuesta una escalera de caracol que da acceso a las tres plantas que componen la casa.

Una casa que se compone en la planta baja de un comedor, un dormitorio y la zona de servicio que también se concentra en la parte trasera del primer piso al tener una techumbre baja. Lo que falta del primer piso y el segundo son estancias diáfanas que forman un salón de grandes dimensiones y el taller a doble altura. La fachada está compuesta por paneles encuadrados por pilastras de pequeñas dimensiones en las tres plantas de forma limpia. La simetría que aparece en la fachada se trasmite a través de su superficie al conjunto de la estructura.

Los espacios interiores se ordenan por medio de un eje que une la parte delantera con la trasera de forma cuidada, de la misma forma que numerosos edificios clásicos, modificados de forma intencionada en el comedor de planta baja, donde cruza el eje de forma trasversal y no se asienta a lo largo de este. Otra modificación fue la escalera en espiral situada en la confluencia de los dos cilindros fracturando de nuevo la simetría que hace que el observador se enfrente a cada una de las habitaciones de forma trasversal y no de frente.

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