Mujeres

Introducción

Estamos en pleno siglo XXI y las mujeres todavía están siendo discriminadas y subvaloradas. Aun continuamos viendo la desigualdad en la que la mujer se está desarrollando, a pesar de tener la misma o tal vez una mejor preparación que el hombre.

A través de la historia se han venido presentando diferentes hechos, entre los cuales, algunos se han venido repitiendo como si estuvieran siendo calcados por el papel del tiempo. El periodista Eduardo Galeano, hace una pequeña recopilación de estos hechos y nos muestra el papel que han adoptado algunas mujeres para reivindicar a la mujer y hacer escuchar su voz.

En el siguiente texto expositivo se hará una presentación de las remembranzas del periodista y escritor Uruguayo.

Mujeres

El periodista y escritor uruguayo Eduardo Galeano, realiza una charla acerca del tema de las mujeres:

Desde el inicio de la historia de la humanidad en la era cristiana, las mujeres no han sido tenidas en cuenta y es más han sido consideradas pecaminosas. San Juan Crisóstomo decía que cuando la primera mujer habló, provocó el pecado original y a partir de ese momento, las diferentes religiones y culturas les han prohibido la palabra, mutilado el sexo, tapado la cara, las han maltratado y sometido.

Pero dentro de esa historia de prohibiciones, han sobresalido algunas mujeres que no han estado de acuerdo con estas concepciones maculinas, por ejemplo: pudo ser que los artistas de las cavernas no sean ellos sino ellas, quienes no se dedicaban a cazar. Posiblemente si las mujeres hubieran tenido la oportunidad de escribir la biblia, la historia hubiera sido diferente.

Una mujer que se destacó por su papel, presente en la “sociedad” del convento de Bigen, fue la monja Hildegarda quien escribió música religiosa para las voces femeninas de su congregación y quien dejó una gran frase para la posteridad: “La sangre de veras sucia, no es la sangre de la menstruación sino la sangre de las guerras”. Otro gran ejemplo fue sor Teresa como símbolo de la religión y quien fue despedazada y repartido su cuerpo por muchos lugares.

Dentro de la guerra, oficio eminentemente masculino, se destacó Juana de Arco quien a pesar de haber liberado a Francia, en nombre de Dios, fue enviada a la hoguera por los mismos a quienes ella liberó por considerarla hereje, para después de muchos años de su muerte

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