Mundo Rumbo A La Colisión

El mundo en el que nos encontramos se dirige a su fin; es un mundo cuyo principal objetivo es el capital, el dinero, las ganancias, el poder, etc. Esto ligado a la falta de conciencia del ser humano sobre la importancia del medio en el que vive y el reconocimiento del otro acarrea catastróficas situaciones, que son claramente evidenciables en el día a día. Claros ejemplos son la enorme contaminación de los ecosistemas y por ende la destrucción de especies cuyo valor para el planeta es inmenso, pero que para las grandes industrias no representan mayor costo y significado. El concepto de desarrollo no se tiene muy en claro, para muchos se mide en el crecimiento de empresas y recursos monetarios, ahí está el gravísimo error. El libre comercio, por ejemplo, refleja esa gran injusticia que existe entre los diversos países y sociedades del mundo; la típica frase de que “los ricos seguirán siendo más ricos, y los pobres más pobres” se acentúa en el siglo en que nos encontramos, en países catalogados como pobres que bien pueden producir sus “propios alimentos” ,es común encontrar que importen estos mismos, sin ser realistas y consientes del enorme daño que generan al comercio interno, pues es conocido que, por lo general, un comprador prefiere adquirir un objeto o un bien de origen extranjero con la vana idea de que es mejor que el que pudiese ser producido y comercializado en su territorio de residencia u origen. En lo personal la globalización es ese ente o término que usamos para referirnos al fenómeno aplastante, que arrasa con las culturas con menor acceso a tecnologías, ideologías, educación y capital. Quizá si cada estado tuviese claro que producir, consumir y exportar sus propios bienes le es más factible que producir, consumir productos extranjeros y exportar todo lo que produce, este fenómeno sería un poco equitativo. Es mayor el afán de entregar o distribuir aquellos artículos o recursos demandados por las potencias, que invertir y mejorar aspectos del pueblo, tales como educación, salud e infraestructura. Puede que sea el muy insensato ideal implantado en los ciudadanos del común que trata de que lo de los demás es mejor que lo propio, que nosotros no tenemos capacidades, que nos damos caché teniendo cosas “finas”, que no podemos lograr ciertas cosas que el resto si, es esa negación o baja moral, es esa falta de reconocer las capacidades y riquezas propias de nuestro medio lo que esté causando lo denominado “países arrodillados”, que no tiene criterio propio, para saber cuándo se les está vulnerando su autonomía y libre competencia, la falta de observar todas las perspectivas que trae una dicha decisión, que en este caso sería el comercio, el reconocer cuando es suficiente, y decir: Basta!. Algo bueno, que debe reconocérsele al libre comercio global es el hecho de que gracias a él el mundo puede dar a conocer sus riquezas, mostrar todo aquello que puede ofrecer, o en su defecto, aquello que le hace falta, y

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