Noruega Y El Empleo

Un vistazo a Noruega

Sus bellezas naturales y su potente producción de petróleo, la mayor de Europa, son sin duda sus señas de identidad. Ha sido el aprovechamiento de todos estos recursos y su avanzado sistema de bienestar los que llevan años catapultando a Noruega al puesto número uno en desarrollo humano. Así lo recogen, año tras año, los informes de IDH que publica anualmente ONU.

Noruega es un país de muy baja población; algo menos que la Comunidad Valenciana, en un territorio mayor que el de Italia. Buena parte de esa población se concentra en el sur, donde el área metropolitana de Oslo, la capital, aglutina 1,5 millones de habitantes. En la costa suroeste se encuentran Bergen y Stavanger. Bergen es el primer puerto de Escandinavia y la puerta natural hacia los fiordos. Esta ciudad recibe frontalmente la corriente del golfo, lo que suaviza sus temperaturas y dispara sus precipitaciones. Se cuenta que un turista le preguntó a un niño: <<¿Aquí deja alguna vez de llover?>> A lo que el niño respondió: <<No lo sé; sólo tengo doce años>>.

Atención a Stavanger, situada un poco más al sur que Bergen. Es la capital petrolera de Noruega, y por tanto una ciudad de gran dinamismo económico.

Hacia el norte, partiendo de Bergen, quedan los fiordos. Se trata de bellísimos valles glaciares ocupados por el mar. En esta zona el clima acentúa su carácter ártico y la población es escasa Sin embargo todavía encontramos la ciudad de Trondheim, la tercera del país, dedicada especialmente al comercio.

En términos de empleo, el paro es casi inexistente en Noruega. Además, al contrario de lo que ocurre en la mitad de Europa, Noruega sigue creando empleo, aunque a un nivel muy lento. De acuerdo con la encuesta laboral de Manpower, el 6% de los empleadores espera contratar mano de obra durante este verano de 2013.

Aunque las cifras de desempleo y nivel de vida son altamente positivas, es aconsejable tener conocimientos de noruego para emigrar a este país, y llegar con un contrato o, en su defecto, con ahorros suficientes para mantenerse hasta seis meses. El coste de la vida es muy elevado y la sociedad noruega es algo impermeable a la asimilación de inmigrantes. A los foráneos puede resultarles complicado introducirse en su sociedad. Algunos españoles no cualificados, que no saben noruego ni inglés, llegan atraídos por las bajas cifras de paro y acaban en las calles de Noruega.

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