Nuevas formas de organización del trabajo: una realidad variada y selectiva
javierquirozEnsayo28 de Mayo de 2012
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utor(es): Antonio de Pablo
Título: Nuevas formas de organización del trabajo: una realidad variada y selectiva
Resumen:
Junio, 1995.
La aparición y desarrollo de nuevas formas de organización del trabajo es un proceso
complejo, en el que interviene una variedad de factores íntimamente imbricados entre sí.
Factores, entre los que hay que tener en cuenta la competitividad de los mercados, las
transformaciones en los productos, los diferentes sectores de producción y de servicios, la
utilización de nuevas tecnologías, el nivel de cualificación y competencia profesional de la
fuerza de trabajo, el modelo de relaciones industriales dominante, etc.
En este sentido, es cierto, como suele afirmarse, que los cambios en la organización del
trabajo se están hoy produciendo como resultado de la introducción de nuevas tecnologías,
particularmente de aquellas ligadas al desarrollo de la microelectrónica. Pero no hay que
olvidar, al mismo tiempo, que esta influencia de la tecnología tiene un carácter bastante
menos determinista de lo que a menudo se piensa; precisamente porque están todos esos
otros factores que condicionan de manera importante el resultado final. Es lo que los
estudios empíricos más serios sobre el tema hacen ver una y otra vez, en diferentes
sectores, tipos de actividad y contextos empresariales (Bessant, 1989; Butera, 1990; Adler,
1992). Y lo que nosotros vamos a tratar de reflejar en estas páginas.
1. Taylorismo y 'nuevas formas' de organización del trabajo.
1.1. Evolución de los planteamientos.
http://www.ucm.es/BUCM/cee/doc/03010062.htm
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Nuevas formas de organización del trabajo: una realidad variada y selectiva
Cuando se habla de 'nuevas' formas de organización del trabajo, se hace obviamente en
relación con otras anteriores, diferentes de ellas y a las que de alguna manera éstas
nuevas formas vendrían a remplazar. Más aún, a menudo se sobreentiende que las nuevas
formas son mejores que las anteriores y que por eso mismo están poco a poco ocupando
su lugar. Pues bien, el punto de partida al que, de manera explícita o implícita, se hace
normalmente referencia al hablar de nuevas formas de organización del trabajo, es el
Taylorismo, la 'organización científica del trabajo' como la denominó su promotor.
Esto no quiere decir necesariamente que el Taylorismo haya dominado de manera
uniforme todos los ámbitos de la producción industrial y de los servicios, ni que haya tenido
el mismo peso e influencia en los distintos contextos nacionales. La realidad histórica a
este respecto es de hecho bastante más variada y compleja de lo que a veces se ha
pretendido (Lane, 1989). Sin embargo, hay que reconocer que, de múltiples y variadas
formas, los planteamientos básicos de la organización taylorista del trabajo vienen siendo el
referente que define el mundo de la producción y del trabajo, y respecto del cual se ubican
los cambios y transformaciones que puedan estar teniendo lugar en él (Cohender, 1988).
Como es bien sabido, ya desde sus inicios a finales del siglo XIX y primeras décadas del
XX, las formas tayloristas de organizar y de controlar el trabajo asalariado encontraron
resistencias por parte de los trabajadores. Pero es sobre todo a partir de los años 60
cuando estas resistencias se hacen sentir de manera particular en ciertos sectores de
trabajadores de las sociedades más desarrolladas. Un mayor nivel de educación entre las
generaciones jóvenes, la mejora del estandar de vida y un mercado laboral más favorable a
los
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