Las nuevas formas de organización del trabajo y de la producción demandan
karinalizzyEnsayo6 de Junio de 2013
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El trabajo es un deber, además un derecho que asiste a todas las personas humanas, debe ser valorado o tratado como una expresión humanista, no como una mercancía. El trabajo debe ser considerado como la expresión de un servicio que se hace en función del bienestar de la sociedad.
Uno de los principales tesoreros que tenemos los hombres es el poder poner nuestras facultades intelectuales, corporales y morales al servicio del trabajo productivo. Por eso, todas las riquezas acumuladas en las naciones son el fruto de generaciones de hombres y mujeres que han contribuido con sus esfuerzos al progreso de toda la humanidad.
El trabajo tiene supremacía sobre la producción y el capital, porque es el esfuerzo humano; por tanto no puede permitirse que existan trabajos inhumanos.
Es la misma naturaleza humana la que le confiere al hombre el derecho al trabajo. Sin embargo, los sistemas que tenemos han creado el desempleo, que lleva a muchas personas a la degeneración, especialmente jóvenes que se sienten frustrados por no poder trabajar, aún teniendo deseos y necesidad de un trabajo que les sirva para el sustento, de ahí surgen problemas como el consumo de drogas, o la prostitución.
El trabajo es una de las expresiones más completas de la persona humana. El trabajo es la forma primaria que tiene el hombre para relacionarse con la naturaleza y con la comunidad. El trabajo es la forma como los seres humanos satisfacen sus necesidades vitales, tanto materiales como espirituales.
Las nuevas formas de organización del trabajo y de la producción demandan, por un lado, la estabilización e implicación del sujeto en el proceso de trabajo (mayor iniciativa, responsabilidad e incorporación de su saber hacer) y, por otro lado, flexibilizan el empleo volviéndolo más precario al incrementar el desempleo prolongado y las formas inestables de empleo. Se transforma el mercado de trabajo, el empleo y las condiciones de su ejercicio.
La retribución que se hace al trabajo, como es el salario, la remuneración, no es justa cuando no alcanza para enfrentar el alto costo de la vida. Aunque en algunos lugares se cumplen las leyes establecidas, aún así no es justo cuando no sirve para tener lo elemental para la subsistencia humana.
En todo el mundo, los trabajos considerados atípicos constituyen empleos permanentes para las mujeres y a muchos sectores de los hombres. Son trabajos desvalorizados, sin calificación, de bajo nivel jerárquico y remuneración, a tiempo parcial, a domicilio, temporal, ocasional o por temporada, por contrato a tiempo determinado, por cuenta propia, subcontratado o simplemente informales.
El trabajo debe ser valorado por lo que es, en sólo por lo que produce. En la sociedad actual no se valora el trabajo como una expresión humanística, sino por su capacidad de producir bienes o servicios.
El trabajo humano no se puede considerar solamente como una fuerza necesaria para la producción: la fuerza laboral. Al hombre no se le puede tratar como un instrumento de producción. El hombre, es creador del trabajo y su artífice. Es preciso hacer todo lo posible para que el trabajo no pierda su dignidad propia. El fin del trabajo, de todo trabajo, es el hombre mismo. Gracias a él, debería poder perfeccionar y profundizar su propia personalidad. No nos es lícito olvidar, que el trabajo es para el hombre y no el hombre para el trabajo.
Todos los sectores progresistas de trabajadores deben unificar sus esfuerzos, junto con el Estado y los empleadores, para crear nuevas fuentes de trabajo, para que cada trabajador pueda realizarse como persona, ejerciendo el sagrado derecho de trabajar.
El trabajo, una de las categorías centrales de la sociología, puede definirse como la ejecución de tareas que implican un esfuerzo físico o mental y que tienen como objetivo la producción de bienes y servicios para atender las necesidades humanas. El trabajo es por tanto la actividad a través de la cual el hombre obtiene sus medios de subsistencia por lo que tiene que trabajar para vivir o vive del trabajo de los demás.
El concepto de trabajo ha sido transformado y ha adquirido relevancia desde la revolución francesa y la revolución industrial.
La naturaleza colectiva del trabajo "humano" y el sistema de relaciones sociales que lo conforma, hace del trabajo un centro de atención constante para los sociólogos: Comte, el fundador de la Sociología, sostenía que la división de trabajo lleva a la evolución social.
Cada formación social desarrolla un tipo específico de relaciones sociales para atender la actividad laboral que impacta decisivamente en las características de cada sociedad y en la cultura y forma de vida de sus habitantes. La constitución misma de la humanidad como especie social está vinculada al desarrollo de relaciones cooperativas en el trabajo. Por otra parte el conflicto social derivado de las relaciones laborales es una de las cuestiones más atendidas por la Sociología.
Durante la mayor parte de la Historia de la Civilización el trabajo fue considerado como una actividad despreciable. En la Biblia, libro sagrado común al judaísmo, cristianismo y el islam, el trabajo aparece como algo costoso después de que Adán y Eva perdieran el paraíso:
(Yahveh Dios) Al hombre le dijo: «Por haber escuchado la voz de tu mujer y comido del árbol del que yo te había prohibido comer, maldito sea el suelo por tu causa: con fatiga sacarás de él el alimento todos los días de tu vida. Espinas y abrojos te producirá, y comerás la hierba del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas al suelo, pues de él fuiste tomado. Porque eres polvo y al polvo tornarás.»
(Génesis, Cap. 3)
Los griegos de la Edad de Oro pensaban que sólo el ocio recreativo era digno del hombre libre. La esclavitud fue considerada por las más diversas civilizaciones como la forma natural y más adecuada de relación laboral. Desde mediados del Siglo XIX,4 vinculado al desarrollo de la democracia y el sindicalismo, la esclavitud deja de ser la forma predominante del trabajo, para ser reemplazada por eltrabajo asalariado. Con él emerge una valoración social positiva del trabajo, por primera vez en la historia de la Civilización.
En general los grandes sociólogos (Comte, Weber, Durkheim) concedieron al trabajo un lugar central en sus teorías. Pero, es recién a partir de la Segunda Guerra Mundial que se desarrolla una Sociología del Trabajo. Conceptos claves de la Sociología como los de "división del trabajo", "clase social", "estratificación social", "conflicto", "poder", "Población Económicamente Activa", "sobretrabajo", subocupación demandante y no demandante"; "mercado de trabajo". Todo ello está realcionado con el plano "Macro" de las relaciones laborales están íntimamente relacionadas con las implicancias sociológicas del trabajo.
Para la Sociología del Trabajo el estudio del trabajo va más allá de las "relaciones sociales de empleo" para concentrarse en el mucho más amplio y complejo concepto de "mundo del trabajo", abarcador de todas las formas de trabajo y actividad, prestando atención tanto a la actividad como a la intención para la cual la actividad es llevada a cabo, y llegando hasta el concepto mismo de "empresa", como esfuerzo colectivo del trabajo. Cuando se llega a ello estamos en el plano "micro" de la sociología del trabajo, o sea las condiciones y medio ambiente de trabajo originadas por el plano "macro" que llevan el nombre de CyMAT (Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo) que es una especialidad en la Sociología Laboral 5
La Sociología presta atención y estudia las implicancias sociales de la relación del trabajo con la herramienta (técnica y tecnología). Las profundas transformaciones que derivan del paso del trabajo con simples herramientas individuales (artesanado), al trabajo industrial con grandes máquinas (maquinismo), al trabajo con computadoras (sociedad de la información),y el impacto micro que generan, constituyen un permanente tema de estudio sociológico .
Entendemos por trabajo a toda aquella actividad que realice el ser humano con el objetivo de ganar algún sustento a cambio que le permita mantenerse en su día a día. Hoy en día, el trabajo se relaciona directamente con la idea de salario, pero esto no fue siempre así ya que antes del desarrollo del sistema capitalista el trabajo podía servir para que una persona obtenga sus propios productos de subsistencia o pudiera intercambiarlos por otros de mayor necesidad. Todo esto muestra que, independientemente de lo que se reciba a cambio, el trabajo siempre aparece como una de las actividades más importantes por estar directamente relacionado con la subsistencia humana.
Es claro que el hombre para poder subsistir debe realizar actividades de diverso tipo que tienen como objetivo principal proveerle de aquellos elementos necesarios como alimentos, abrigo, protección, etc. Sin embargo, hoy en día las sociedades complejas en las que vivimos hacen que esto no alcance y surgen así innumerables trabajos que tienen que ver con necesidades secundarias como bienes materiales o servicios. De cualquier modo, el trabajo siempre se erige como la actividad que le da al ser humano un salario, pago o producto a partir del cual establece su subsistencia (ya sea porque recibe elementos que pueden ser intercambiados por otros o porque produce sus propios medios de subsistencia).
Para poder alcanzar un puesto de trabajo, el ser humano actual debe perfeccionarse y especializarse en una determinada actividad. De este modo, las posibilidades de conseguir
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