Nunca màs

INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………..3

LA UNIVERSIDAD Y SU PENSAMIENTO ACTUAL……………………………..

LA UNIVERSIDAD Y LA SOCIEDAD DE HOY…………………………………..

LA UNIVERSIDAD PANAMEÑA ANTE LAS EXIGENCIAS ACTUALES……………………..

CONCLUSIÓN………………………………………………………………………..9

REFERENCIAS………………………………………………………………………10

ANEXO……….…………………………………………………………………… …11

INTRODUCCIÓN

LA UNIVERSIDAD Y SU PENSAMIENTO ACTUAL SOBRE SU LABOR

Desde hace muchos en Latinoamérica, las universidades enfatizaron su rol de formación de profesionales y de elites políticas y culturales. En los siglos XIX y XX, este rol fue importante para países nuevos y en formación, pero el mismo sufrió un cambio radical en el siglo XXI, ya que tenían la labor de proveer el tejido conjuntivo capaz de unir las fuentes de generación de conocimiento con los nuevos trabajos, con las nuevas formas de producción y con los cambiantes parámetros de un mundo cultural globalizado en el que se hizo más difícil para cada sociedad mantener su propia identidad.

Por esta razón, las universidades se deben formular un nuevo contrato social que plasme su compromiso con las sociedades a las que se deben. De esta manera, aquellas universidades que reciben sus fondos del Estado, tienen el deber de rendir cuentas por el grado de eficiencia e integridad en el uso de esos recursos aportados por toda la comunidad. Aquellas que no reciben un apoyo estatal, pero que reciben una autorización para expedir títulos que les otorga una gran influencia en la vida de los ciudadanos, también debemos rendir cuentas.

Es decir, que todo el sistema universitario tendrá que reformular su contrato social en el siglo que comienza. Como bien lo dijera Rubén Mayorga (1999): “Las universidades pueden y deberían contribuir a la integración de América Latina en el siglo XXI en una doble vertiente: la de su propia colaboración pragmática y fraternal, tan necesaria para hacer más eficaz su labor científica necesitada de masas críticas significativas, y la integración de sus países mediante investigaciones que faciliten la tarea, la formación de profesionales imbuídos de espíritu integracionista, y el refuerzo de la conciencia colectiva regional que se requiere para hacer realidad esas viejas y truncadas aspiraciones de la historia latinoamericana.” (pág. 21)

Muchas veces las universidades se refugian detrás de la libertad de cátedra y de la autonomía para no dar cuentas de lo que hacen con los recursos que se les confiere, olvidándose de que su misión principal es lograr una sintonía con los objetivos de las sociedades a las que sirven. Las universidades deben estar claras en que los ciudadanos tienen el derecho de exigir a sus universidades, igual que exigen a sus hospitales, el cumplimiento de buenas prácticas.

Las universidades de hoy, deben estar conscientes de que con su estructura física y su organización académica, no están preparadas para recibir cantidades importantes de personas de diversas edades, de diferentes culturas que hablen distintos idiomas, ya que aún están pensadas para un público homogéneo de 18 a 24 años. Por esta razón, su pensamiento debe ser el de ofrecer respuestas a los que viven lejos, a los que no pueden desplazarse por discapacidades físicas, a aquellos que tienen estilos de aprendizaje distintos.

Una sociedad pequeña como la nuestra, no puede hacer depender su desarrollo intelectual únicamente para cierto grupo de personas, su misión principal deber ser la de diseñar un sistema universitario más inclusivo en edad, en distancia geográfica, en estilo cultural y en el tiempo que la gente puede dedicar a la educación.

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