ORIGEN HISTORICO DEL NOMBRE TUPAMARO
herlis1986Síntesis9 de Mayo de 2013
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ORIGEN HISTORICO DEL NOMBRE TUPAMARO
Podemos citar el trabajo de investigación hecho por el Movimiento de Liberación Nacional sobre el origen de la palabra Tupamaro y la relación que le une con dicho movimiento político
De este estudio surgen datos históricos y literarios que vinculan el nombre del M. L. N. Tupamaros con la sublevación indígena de Tupác Amarú en el Virreinato del Perú en 1780.
En la "Historia de los Tupamaros" escrita por su dirigente Eleuterio Fernández Huidobro, este testimonia, que fue en noviembre de 1964 en que apareció públicamente, dicho nombre vinculado al movimiento político uruguayo, en un volante distribuido en la Convención Universitaria donde se leía: T N T "Tupamaros no transamos".
Nos referiremos pues a las fuentes y para ello hablaremos del Régimen Indiano.
1492: Conquista y Dominación Española. Para realizarla dividieron los territorios americanos en virreinatos. En uno de ellos, el del Perú, se dará la sublevación indígena de Tupác Amarú, cacique mestizo, directo descendiente de los Emperadores Incas, encabezó el movimiento mesiánico y revolucionario de mayor envergadura en los territorios del norte, cayendo traicionado y entregado a los realistas junto a su esposa para ser muerto mediante suplicio.
Esta sublevación también puso en peligro al Virreinato del Río de la Plata al conmover las bases de "fieles vasallos" de las Autoridades Españolas.
De aquí en más, según lo revelan diversos documentos y la literatura autóctona, la palabra Tupamaro es empleada con distintas acepciones y no siempre de carácter político.
El historiador contemporáneo Washington Lockart cita en "La vida cotidiana en la Colonia": "...y que se le dé derecho al Alcalde de 2do. Voto para deponer contra el cura por la atroz injuria de haberlo llamado con el moro (?) de traidor tupamaro a presencia del Pueblo...".
Del mismo autor en "La autoridad amenazada" vemos la situación particular en la que un gaucho le dice a la autoridad: "...mulato indino, tupamaro hijo de puta ...".
Si bien aquí es utilizada como insulto, encontramos que según transcribe el historiador Setembrino Pereda (Paysandú Patriótico), el mismo José Rondeau, militar nacido en Buenos Aires que se unirá posteriormente a la causa revolucionaria liderada por Artigas manifiesta: "...fui destinado otra vez a Paysandú ...medida que tuvo por objeto separarme de la plaza porque algo se había entendido ya sobre mi adhesión al sistema del país pues el sargento mayor de la plaza se le oía titularme de Tupac Amaro ...".
De aquí surge una nueva acepción la de sedicioso.
En las letras encontramos testimonios más gratificante como los de: hermano, rebelde.
En la novela "Ismael" de Eduardo Acevedo Díaz encontramos: "...dividido ya el campo entre europeos y tupamaros, estos últimos negaban la existencia de todo vínculo social o político con sus antiguos dominadores...". En la misma novela, cuando el protagonista Ismael se acerca al lugar donde están las tropas rebeldes, uno de los guardias "... le interrogó con energía, puesta la mano en la culata de un trabuco -¡Tupamaro !-contestó el recién venido con voz vibrante -
-Ayéguese hermano, ¿lo trujieron mal?...".
Dice el crítico literario Alberto Zum Felde (Proceso Intelectual del Uruguay) refiriéndose a la novela Ismael: "...Allí están -en heteróclita fraternidad de gauchos, indios, portugos, negros, zambos y mulatos, rubios los unos, oscuros los otros -todos los tupamaros que la Ley y la Justicia colonial arrojaron al margen de la vida civil, y que la idea revolucionaria alzara, en montonera heroica tras el Caudillo ".
Historia del Movimiento de Liberación Nacional - Tupamaros
Por Julio Marenales
Publicado digitalmente: 18 de septiembre de 2006
Para comprender la aparición de una organización clandestina en la década de los sesenta, es necesario describir brevemente el marco histórico en el cual se desarrolló. El Uruguay, por mucho tiempo fue categorizado como la "Suiza de América". El fundamento objetivo de esta categorización estaba dado por varias razones.
Era un país con menos de 3 millones de habitantes, con una densidad demográfica de unos 16 habitantes por kilómetro cuadrado, con población integrada en su mayor parte por descendientes de inmigrantes europeos. Eso, además, dio de hecho un peso a los elementos culturales europeizantes, los cual marcó una gran diferencia con el resto de la América Latina, de fuertes influencias afro-indígenas. En el Uruguay la cuestión indígena fue saldada en el siglo pasado con el exterminio de la población aborigen. Más allá que esa población revistó en los ejércitos artiguistas y se mixturó con la población de la campaña, lo que hizo que la influencia de lo indígena en la nacionalidad se expresara de manera poco ostensible pero nada despreciable.
La economía del Uruguay tiene su principal fundamento en el campo. No hay minerales, por lo menos en cantidad explotable, no hay petróleo, que se sepa, por lo tanto la única fuente de riqueza es la tierra. En el Uruguay el principal rubro económico es la ganadería. Esta se sigue practicando en forma extensiva, con pasturas naturales. De esta manera, el máximo de animales que puede soportar el campo uruguayo, es de 9 millones de cabezas de ganado vacuno. La ganadería, desde el tiempo de la colonia hasta alrededor de 1930, tuvo un desarrollo sostenido. Pero a partir de esa fecha, cayó en un estancamiento, del cual sólo sería posible salir con un cambio muy profundo en el modo productivo. Pero está demostrado que cada terrateniente en particular no está dispuesto a encarar ese cambio. Como indicación muy esquemática podríamos decir lo siguiente: a principios de siglo, cuando el Uruguay tenía 1 millón de habitantes, en números redondos teníamos 9 millones de cabezas de ganado vacuno. Quiere decir que como poder de compra, teníamos 9 cabezas de ganado vacuno por habitante. Cuando la población se acercó a los 3 millones el poder de compra en el comercio exterior se redujo a la tercera parte. Dado que la redistribución de los ingresos ganaderos es lo que ha sostenido la actividad económica del país, una reducción tan drástica de los ingresos relativos, trajo graves consecuencias, en el largo plazo. Las consecuencias económicas del estancamiento productivo no se notaron en lo inmediato, pues la segunda guerra mundial, por un lado permitió vender toda la carne disponible tanto vacuna como ovina, y por otro lado redujo drásticamente las importaciones de todo tipo, debido a que las potencias centrales volcaron toda su capacidad productiva al esfuerzo de guerra. O sea, que hubo una especie de ahorro forzoso. Pero además, comenzó el desarrollo de una industria de sustitución de importaciones que generó muchos puestos de trabajo y dinamizó el mercado interno.
Hacia la ruptura
Finalizada la segunda guerra mundial y cuando sus efectos benéficos para el Uruguay comenzaban a mermar, la guerra de Corea trajo un cierto respiro. Pero eso no duró mucho. Se inició entonces una espiral inflacionaria que comenzó a afectar seriamente el poder de compra de los salarios. La clase obrera, que con el relativo desarrollo industrial había crecido y se había fortalecido, se lanzó entonces a la resistencia de las medidas restrictivas en materia salarial, defendiendo el poder adquisitivo de los salarios logrados en años de lucha. Al mismo tiempo pelea por organizarse y por niveles de salarios dignos, al punto de que también en ese aspecto el Uruguay se destacaba del conjunto de la geografía latinoamericana. Las clases dirigentes del país acusaban a los trabajadores organizados de ser los responsables de la inflación, por los continuos aumentos de salarios que reclamaban. Comenzó una escalada represiva contra los trabajadores organizados.
En ese marco económico social, al comienzo de la década de los ’60, se organizaron los trabajadores de la caña de azúcar en el Norte del país. Estos trabajadores trabajaban y vivían en condiciones infrahumanas. Organizaron marchas recorriendo el país, caminando, cruzando pueblos y ciudades del Interior informando de su situación. Primero plantearon el cumplimiento de las leyes que existían para los trabajadores rurales, que por cierto eran malas leyes, pero ni esas cumplían las patronales de las plantaciones de caña de azúcar. Luego plantearon la expropiación de un latifundio improductivo, que ni tan siquiera era explotado con los métodos tradicionales. Este latifundio tenía una superficie de 22.000 hectáreas. En un país en el cual se acusaba a los trabajadores de ser responsables de la inflación, los trabajadores cañeros del departamento de Artigas pedían tierras para trabajar. Los cañeros realizaron cuatro marchas hacia la capital, Montevideo. Recibieron apoyo solidario de mucha gente. Un grupo de militantes provenientes de los partidos de izquierda, de los sindicatos y militantes independientes, resolvieron dar un apoyo decidido a los compañeros cañeros. En el proceso de trabajo solidario, se fueron haciendo una serie de constataciones. Una de ellas y muy importante, era que el gobierno, ante las demandas de gente que quería trabajar, contestaba con dura represión, violando una legalidad que él, primero que todos, tenía que respetar. Por otra parte la represión contra los trabajadores era generalizada. Habían comenzado a organizarse bandas fascistas, se atentaba contra los locales de partidos políticos de
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