Opiniones de los juristas acerca de la ley

Al que estudia “Derecho” se le refiere comúnmente como abogado, palabra que proviene del latín advocatus, el que habla por otros o, mejor dicho, el que con conocimientos de la materia se encarga de auxiliar a otra persona2. Si bien, en estricto sentido, esta definición es correcta, nuestra profesión abarca mucho más que eso. Un abogado es un detonador social, una persona que con sus conocimientos, teóricos o prácticos, puede influir abierta y deliberadamente en la transformación de la sociedad. Sus opiniones y actuaciones cuentan y son valoradas.

El beneficio social dependerá de la regularidad de su actuación. Como mínimo, esta profesión exige una conducta ética y responsable. El hacer lo que nos corresponde o lo que se espera de nosotros por lo regular tendrá efectos positivos. No hay máximos. El conocer el Derecho nos da ventajas comparativas para mediar en las relaciones entre los individuos y entre los individuos y el Estado3.

Tomando la palabra derecho en su sentido de regla de vida social, el autor mexicano Jacinto pallares, afirma que: “El derecho es la fuerza que coordina todas las actividades sociales del hombre”; que el derecho es la síntesis de todas las incontables energías de la sociedad, porque todas estas se destruirían mutuamente y matarían el organismo social4

Es decir, si el derecho como fuerza soberana no interviniera conciliando, en una suprema síntesis de equilibrio todas esas corrientes impetuosas de la vida, se desactivaría por completo la regulación de la conducta de los hombres en la sociedad, descompensando el cumplimiento de los deberes ya que el hombre no se preocuparía por su realización debido a que no temerían sanciones por ello; lo que daría como resultado una sociedad irrazonable, desorganizada e inestable.

A su vez el autor chileno Antonio Bascuñán establece que el derecho no es una ciencia, sino que es un trabajo, para producir en la sociedad ciertos resultados5. Lo cual se traduce a que el derecho es como una “técnica social” específica para manejar la conducta del hombre.

En comparación y acuerdo con el autor Jacinto pallares también hace referencia a la importancia de una sociedad con derechos deberes y a su vez sanciones a quienes incumplan la realización de los mismos.

En conclusión, ser abogado es complejo, pero es una labor reconfortante cuando se hace con amor a la profesión y la verdad. A todos los futuros estudiantes de Derecho (o que quizás ya estén estudiando), no dejen de perseverar en su cometido; pues es un compromiso como ser humano, aprender a ejercer los profundos y sentidos votos del abogado, para buscar la verdad sobre lo justo. Aunque algunas veces, la verdad no ofrece un resultado “aparentemente” justo para todos es obligación del abogado aplicar todos sus conocimientos, intuición y formación para sacar adelante un juicio de manera transparente y correcta.

En suma, a pesar de los diferentes

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