¿POR QUÉ EL ESTADO ECUATORIANO NECESITA DE UN PODER NAVAL?

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ARMADA DEL ECUADOR

ACADEMIA DE GUERRA NAVAL

Guayaquil

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¿POR QUÉ EL ESTADO ECUATORIANO NECESITA DE UN PODER NAVAL?

A pesar de las diversas tendencias políticas e ideológicas que han gobernado la república del Ecuador; a lo largo de la historia como nación, el mar se ha constituido en la principal fuente de sostenimiento y desarrollo del país; convirtiéndose en una pieza clave dentro de la planificación económica, política y social para cada gobernante de turno. Sin embargo, a pesar de que políticos, y ciudadanos reconocen la importancia y relevancia del mar para el desarrollo del estado, no se ha logrado esbozar ni mucho menos implementar una visión océano-política nacional que fundamente aquellos discursos de soberanía, protección y aprovechamiento de todo lo que el mar podría ofrecer al estado ecuatoriano.

Sin duda hablar del Ecuador, es hablar de un estado marítimo por excelencia, constituyéndose el mar ecuatoriano en el motor de gran parte de la vida nacional desde el inicio de las primeras culturas asentadas en el territorio ecuatoriano hasta nuestros días (DIGEIM 2008). Con un simple análisis somero de la relación territorio marítimo y territorio continental, deslumbra la imponente realidad marítima del estado ecuatoriano al superar en casi cinco veces la extensión los espacios acuáticos jurisdiccionales, en el marco de la Convención Sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR)^[1], del país con más de 1300000 Km2, incluyendo la posible extensión de la plataforma continental^[2], frente a los cerca de 270000 Km2 sumados entre el territorio continental e insular (Armada 2014).

A pesar de la irrefutable naturaleza marítima del estado ecuatoriano y de la postura gubernamental consciente de la importancia del mar para el desarrollo del país, evidenciada en varias intervenciones del Presidente Constitucional de la República quien sostiene que “…el futuro del Ecuador está en el mar”, no será posible validar las buenas intenciones del aparataje gubernamental sin el claro entendimiento de que el poder marítimo de una nación no sólo se cuantifica por su riqueza de recursos naturales vivos y no vivos que yacen en sus aguas y fondos marinos; sino que es necesario tener la concepción de que este poder marítimo es la suma de todas las actividades que se desarrollan en los espacios acuáticos de un país para beneficio y progreso de la nación, actividades que conforman los intereses marítimos de un estado, y la capacidad de ese mismo país para asegurar la protección de estos intereses marítimos con un poder naval adecuado y coherente con la riqueza del estado para brindar la seguridad necesaria para la explotación y aprovechamiento de todo lo que el mar puede ofrecer para dicha nación.

Es en este contexto, que el presente trabajo busca analizar, demostrar y provocar un debate en la percepción de la necesidad de todo estado de contar con un poder naval fuerte como piedra fundamental y de vital importancia para su prosperidad, basándose en la realidad de que la superioridad naval es esencial para la protección de los intereses marítimos de la nación; y en particular de la trascendente relevancia para el estado ecuatoriano de desarrollar sus capacidades marítimas que fortalezcan el Poder Naval que contribuyan al eficiente control integral de los espacios acuáticos y aseguren su aprovechamiento para el beneficio y desarrollo del país.

1. EL ECUADOR Y LOS INTERESES MARÍTIMOS

Todas las actividades que se desarrollan directa o indirectamente en las aguas jurisdiccionales y en las áreas de interés de un país constituyen los intereses marítimos de aquella nación; pudiendo estas actividades ser desarrolladas tanto por el Estado así como por particulares, a fin de obtener el máximo provecho de la explotación, exploración o investigación de estos intereses en beneficios políticos, económicos y sociales de la nación (Armada 2014).

El estado ecuatoriano, desde una perspectiva marítima, goza de una situación privilegiada en comparación a otros países de la región, debido a la gran riqueza natural de recursos vivos y no vivos encontrados en su territorio marítimo; sin embargo es necesario el desarrollo de otros instrumentos necesarios para el fortalecimiento de los componentes de los Intereses Marítimos. En este campo el Ecuador ha dado importantes pasos en beneficio del desarrollo de las actividades marítimas, que constituyen más del 90% de la actividad económica del país (INEC 2015) realzándose la importancia de esta vía de transporte de productos tanto para las importaciones como para la exportaciones del país; pudiendo resaltarse la imperante necesidad de una visión océano-política del país, subrayando la importancia de las Líneas de Comunicaciones Marítimas para el desarrollo nacional.

Hechos concretos como la proyección del territorio marítimo del Ecuador a las aguas cálidas de la alta mar del Océano Pacífico Oriental (OPO) y a las aguas más frías y de alta productividad del Océano Pacífico Sur, así como la participación del Ecuador como uno de los tres países pioneros a nivel mundial en proponer, de forma concreta y sustentada la soberanía nacional en los mares hasta las 200 millas náuticas, a través de la “Declaración de Santiago”^[3], en defensa de sus recursos vivos amenazados por las grandes potencias pesqueras y su adhesión como estado signatario de la CONVEMAR a partir de septiembre de 2012, elevan la condición favorable del país como un estado marítimo, reconociéndose mundialmente sus delimitaciones con países marítimamente fronterizos y además salvaguardando los intereses nacionales en sus aguas jurisdiccionales y áreas de interés en el marco de las regulaciones, derechos y deberes establecidos por la Constitución de los Mares, CONVEMAR.

De igual manera los aspectos geográficos que caracterizan al país, entre ellos su ubicación sobre el paralelo cero y su proximidad al Canal de Panamá, cuyo proceso de ampliación ha culminado, y la necesidad de la construcción y desarrollo de puertos de aguas profundas como Manta y el proyecto de Posorja, hacen que el Ecuador se constituya en un punto estratégico para el comercio marítimo regional y mundial, facilitando la distribución y logística del comercio marítimo circundante en la región (Palacios 2012).

Junto a estas realidades y fortalezas naturales, geográficas y estructurales que amplían la postura y visión del Ecuador como un estado marítimo por excelencia, es imperante la necesidad de fomentar la conciencia marítima nacional en todos los ámbitos posibles, incluyendo entidades gubernamentales, públicas y ciudadanía en general; fomentando planes de concienciación y educación marítima en todos los niveles estatales, participando a la población de las bondades que el mar puede ofrecer al país y su relevante importancia en el desarrollo del Estado.

Todos los argumentos expuestos, así como otras realidades propias del estado ecuatoriano, entre ellas la particularidad del Ecuador como único país en el mundo que cuenta con cuatros sistemas archipiélagicos entre ellos el archipiélago de Galápagos, declarado por la UNESCO como Zona Marítima Especialmente Sensible, debe empezar a calar en lo profundo de la conciencia del pueblo ecuatoriano de avocar su esfuerzo en pos de un desarrollo económico, hacia el desarrollo de aquellos elementos que promuevan un Poder Marítimo fuerte, basado en la riqueza de sus Intereses Marítimos y con un Poder Naval coherente capaz de asegurar la defensa de todas la actividades detalladas que actualmente lleva a cabo del Ecuador dentro de su territorio marítimo en el marco de la CONVEMAR, incluyendo las áreas de interés de Alta Mar^[4] en donde la Flota Atunera Ecuatoriana desarrolla sus actividades enmarcadas en la Comisión Interamericana del Atún Tropical.

1. EL PODER NAVAL Y SU IMPORTANCIA EN EL DESARROLLO DEL ESTADO ECUATORIANO.

A fines del siglo XIX surge la figura de uno de los pensadores clásicos de la estrategia marítima y naval, el entonces Capitán de Navío americano Alfred Thayer Mahan. Como uno de los mejores historiadores de todos los tiempos, apasionado y profundo estudioso de la historia naval, que en sus teorías reunió todas las posturas empíricas que habían surgido hasta su época y a partir de ellas cambió la visión estratégica marítima mundial y como consecuencia se introdujo al ámbito político, económico y social global un nuevo concepto de océano política, dándose los primeros pasos del desarrollo de nuevas potencias mundiales basando su expansión y percepción de engrandecimiento económico y soberanía territorial a partir de la protección eficaz de sus Líneas de Comunicaciones Marítimas, para lo cual se torna necesario que una nación deba ser marinera y anhelar querer salir al mar.

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