Palabras Para Una Excelente Docente Que Fallece

Hoy nos despedimos de alguien muy especial, de alguien que nos regaló bellos momentos compartiendo su sabiduría, su cariño, su paciencia y su dedicación.

La experiencia vivida contigo ANA nos hizo comprender el verdadero significado de la unión, la solidaridad, la alegría y la confianza.

A lo largo del tiempo, Dios pone en nuestro camino a diversas personas que son difíciles de olvidar por que han dejado una huella importante en nuestros corazones al acompañarnos en una etapa de nuestras vidas, sin embargo no podemos quedarnos junto a ellos pues vivimos en un tren en donde tenemos que bajar en alguna estación, y despedir a personas que nos dejan añoranza, pero también nos dejan una parte de ellos que siempre estará presente para ayudarnos a seguir adelante.

Gracias por este vagón de buenos recuerdos y por el legado que dejas en cada uno de nosotros.

De igual forma, agradecemos infinitamente cada minuto de tu tiempo y la paciencia que tuviste con nosotros, por sembrar tus conocimientos y valores en cada uno de tus alumnos, por eso en nombre de todas las personas que hacen vida en la Escuela Bolivariana Adícora, expresamos y elevamos nuestra gratitud porque en cada situación profesional o personal tuviste una palabra de aliento en el momento preciso, por tus consejos, por tu apoyo, tu sabiduría, tu tan peculiar sentido del humor, pero sobre todo por permitirnos conocer a ese gran ser humano que fuiste TU.

No es fácil despedirse de una persona como tú, pero es una enorme satisfacción haber sido parte de esta su historia, sabemos que este no es un adiós, sino un hasta luego, pues nos entusiasma saber que hoy estás en un lugar mejor, sin preocupaciones ni nada que te perturbe.

GRACIAS no es suficiente para expresar lo que sentimos, estas palabras son una mezcla de tristeza, de felicidad y de cariño, pues te tenemos que decir adiós, estés donde estés queremos hacerte saber que nos hubiera encantado tenerte por mucho más tiempo…

Sin embargo, siempre estarás presente en nuestros corazones, en cada sonrisa de tus niños, en los pasillos de la escuela, en las formaciones, en las reuniones de docentes y en los próximos encuentros que tendremos, aunque éstos no serán los mismos, debido a que no estarás tú.

ANA YSABEL DÍAZ, permanecerás en nuestras memorias y en nuestros corazones, reviviremos día a día cada una de las anécdotas e historias compartidas durante tantos años. Fuiste alguien que estaba dispuesta a darnos una mano ante la dificultad, una excelente madre, esposa, docente y una amiga consejera, leal y divertida.

Tu chispa, tu gracia, tu simpatía, tus enseñanzas, al igual que tu manera de ver la vida, jamás la olvidaremos. Hoy le pedimos a nuestro maravilloso salvador Jesucristo te reciba en su gracia y te lleve a gozar de la vida eterna.

“La

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