Pensamiento educativo de Simón Rodríguez

PENSAMIENTO EDUCATIVO DE SIMÓN RODRÍGUEZ.

Autora:

Rossana Andreina González Escalona.

C.I: 30.588.627

Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez.

Núcleo Araure.

Carrera:

Docencia en Idioma Inglés.

Curso:

Pedagogía General.

Sección:

 A.

Enero, 2021.

Es bien sabido que el modelo pedagógico de Simón Rodríguez revolucionó completamente la educación colonial; abriendo paso a la educación popular, que bien, puede considerársele como un escalón primordial para lograr la independencia.

La comprensión de sus ideales educativos, que provocaron sus más grandes deseos humanistas, será objeto clave en el desarrollo de este ensayo.  

Para la época dieciochesca, la importancia que se le daba a la educación y a la enseñanza era muy distinta a la brindada en nuestros tiempos, puesto que se regían por el modo tradicional: la memorización de la información que se requería aprender, un objetivo que se haría cumplir a como diera lugar. Esto debido al seguimiento de un currículo del cual estaba a cargo la iglesia misma.

Siendo imprescindible mencionar que la educación era un privilegio que solo la clase alta podía disfrutar, es decir, los pertenecientes a un linaje impuro les era privatizado el derecho al aprendizaje de la lectura, la escritura, y de la aritmética básica. Dejándoles como única opción de supervivencia el convertirse en la servidumbre de los aristócratas.

El modo en que era impartida la educación, más la desigualdad en derecho de adquirirla, bastó para conmocionar profundamente la mente de Don Simón Rodríguez; desarrollando los pensamientos más importantes para lograr la igualdad, la justicia y la libertad que estaba dispuesto a conseguir.

La filosofía de este célebre maestro comprendía desde la enseñanza como un arte hasta la importancia que debía otorgársele a la adquisición de conocimientos, pues quería que fueran útiles a los niños para sobrellevar la vida en un mundo de constante trabajo; sin embargo, muchos objetaron el hecho de enviar a sus hijos a una escuela donde se les «obligara» a trabajar. «Toca a los maestros hacer conocer a los niños el valor del trabajo, para que sepan apreciar el valor de las obras.» decía. De esta forma, Rodríguez no solo opinaba de lo que para él sería un buen modelo educativo, sino que lo mismo podía pensar de quien se encargara de ejecutarlo.

Su modo de ver y entender hizo que fuera incomprendido por sus colegas, para el poderío español, en cambio, representaba una amenaza. Y es que se encargó de centrar sus ideas en un conjunto de pensamientos ilustristas, que involucraran lo social y lo político en el ámbito educativo. Entonces, considerar la razón humana como la pieza fundamental capaz de levantar al mismo de la ignorancia que enriqueció por mucho tiempo los engaños y las manipulaciones de la oligarquía ponía en peligro la autoridad monarca, pues claro, comprometía su poder sobre la baja clase social.

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