Politica

La política se refiere a lo público, abarca aspectos de interés colectivo de un grupo. la política es una actividad orientada en forma ideológica a la toma de decisiones del grupo para alcanzar ciertos objetivos.

Según Weber, política es la aspiración a participar en el poder e influir en la distribución del mismo.

La Ciencia Política se rige por objetos de estudios como el poder, estado y concepciones intermedias, su concepto es variable pero se coinciden en que estudia fundamentalmente el ejercicio, distribución y organización del poder en una sociedad.

La ciencia política tiene en cuenta el comportamiento político efectivo y observable de las personas y las sociedades, así como de sus estructuras y proceso.

Los nuevos actores de la política involucran actividades de distinta índole, puede ser legal e ilegal; el impacto, comienza siendo a un nivel local, pero se extiende de modo rápido.

La cultura política es básica en los ciudadanos, ya que esta permitirá que los individuos se vuelvan participes en las acciones políticas del país, y así no dejar que toda la responsabilidad recaiga en el Estado; Roberto Varela define a la cultura política como “el conjunto de creencias y valores compartidos, referentes a la vida en sociedad y al rol de las actividades políticas en la conservación y la orientación de la cohesión social; conjunto de actitudes fundamentales que permiten el ajuste mutuo de los comportamientos o la aceptación de actos de autoridad que tienden a imponer ese ajuste”.

La seguridad es una necesidad básica de la persona y de los grupos humanos y un derecho inalienable del hombre, de la sociedad y del Estado.

Este concepto denota un estado de confianza, de garantía, tranquilidad, prevención, protección, previsión, preservación, defensa, control y estabilidad, tanto de la propia persona, como de las instituciones y del Estado, frente a las amenazas, presiones o acciones adversas que atenten contra su existencia, su integridad, sus bienes, su tranquilidad y el libre ejercicio de sus derechos.

Las amenazas son hechos o situaciones que ponen en riesgo o peligro la integridad física y moral de una persona, grupo social o país, o delos recursos, patrimonio, etc.

Una de las grandes amenazas a la seguridad nacional, es sin duda el fenómeno del narcotráfico, que bien sabemos que no es “nuevo”, pero se ha vuelto en uno de los más difíciles de combatir por el Estado. El poder y la magnitud de este fenómeno ha logrado penetrar estamentos oficiales y privados con dinero proveniente del acto ilícito.

La inseguridad y violencia asociadas con el narcotráfico en la frontera de México con Estados Unidos y las acciones emprendidas por el gobierno federal para desarticular a las organizaciones criminales que pelean el control del mercado y el acceso a los cruces fronterizos para la introducción de drogas a Estados Unidos, partiendo de la hipótesis de que la violencia e inseguridad han estado presentes desde mucho antes en la frontera, pero las agencias responsables del control fronterizo y la seguridad son parte del problema al asociarse con las bandas criminales, mientras que éstas han fortalecido su presencia echando raíces entre sectores de la sociedad fronteriza.

Actualmente esta completamente claro que la violencia provocada por el narcotráfico se ha incrementado en nuestro país, pero de modo más alarmante en los estados del norte que comparten frontera con Estados Unidos. la violencia en ciudades fronterizas, ligada a este problema, se ha extendido en gran medida a otras partes del país.

Para enfrentar los reclamos de la sociedad que había sido testigo de dicha violencia contra la cual no se realizaban acciones efectivas por parte del parte del gobierno en los distintos espacios del territorio nacional; contrario a lo que debió haber acontecido, la violencia asociada con el narcotráfico tuvo un alto incremento desde que el ex presidente Felipe Calderón puso en pie su llamada “Guerra contra el narco” la cual desplegó tropas del ejercito mexicano para hacer frente y abatir al narcotráfico.

En los primeros días de su administración, el recién nombrado presidente Felipe Calderón cumplió la promesa de ejercer mano dura e inició una serie de acciones en contra del crimen organizado, con mayor énfasis el narcotráfico, movilizando a un número considerable de elementos militares, a quienes pidió Lealtad y decisión para afrontar la lucha contra los focos de acción de dichos grupos dentro del país.

El 12 de diciembre del 2006, por órdenes del presidente Felipe Calderón, fueron enviados a Michoacán alrededor de 6500 militares para retomar el territorio controlado por distintos carteles. Días después, en Baja California, el gobernador en ese momento a cargo, Eugenio Elorduy, anunció un operativo similar en su estado, que realizaría en conjunto con gobierno federal. Este operativo comenzó en diciembre del 2006 en la ciudad fronteriza de Tijuana. Al comienzo de 2007, estos operativos se extendieron a los estados que conforman el Triángulo Dorado: Chihuahua, Durango y Sinaloa. En febrero del 2007, el gobierno federal extendió esos operativos a los estados de Nuevo León y Tamaulipas. En respuesta a dicha ofensiva por parte del gobierno federal, el crimen organizado ha participado en más tiroteos y ejecuciones que ponen en peligro la seguridad de los ciudadanos mexicanos.

La actividad militar desplegada para el control del tráfico de narcóticos que se realizó durante el gobierno del ex presidente Felipe Calderón arrojó terribles resultados para las fuerzas militares y de la policía, las cuales se enfrentaron a graves problemas por la corrupción de algunos de los miembros de la milicia mexicana que terminaron sucumbiendo ante el poder del dinero generado ilícitamente por parte del crimen organizado.

La corrupción, sin duda alguna, existía desde antes del auge del narcotráfico, pero los niveles tan elevados que se han presentado en los últimos años se explica como una consecuencia de las oportunidades ofrecidas por la droga. El pago de elevados sobornos y la infiltración de los servicios de inteligencia son elementos de un proceso que convirtió a importantes sectores dentro de la policía y el ejército en aliados de los traficantes de drogas.

El Ejército tiene ante él una doble mirada: la realidad social y un enemigo, emboscado que, además, forma parte del poder.

Regularmente es mencionado por analistas políticos y de gobierno es probable que, una vez dada la infiltración de la delincuencia en las policías de todo el país, el gobierno federal no ha tenido otra alternativa más que recurrir al

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