Por Que Los Colombianos Somos Pobres

Analizando los tres países encontramos diferencias económicas muy grandes en el tamaño de las economías, desempleo, inflación y renta per cápita; aunque en el indicar de crecimiento Colombia dobla y hasta triplica el crecimiento de estas dos naciones.

¿Entonces qué pasa que no mejoran los índices de pobreza en el país al nivel en el que crece la economía?

Esto se puede se puede atribuir a los modelos económicos de cada país. En el caso de Suiza se evidencia que es el país número 1 en el ranking de competitividad de mundo lo cual nos denota una industria totalmente desarrollada y fuerte la cual puede salir a competir con otras industrias a nivel global, llevando productos con alto valor agregado y nivel de innovación, y esto a su vez permite tener una cifra desempleo relativamente baja a nivel mundial, por otro lado tenemos a Japón un país que nos connota alta nivel de desarrollo tecnológico e industrial por sus grandes compañías y fábricas de productos tecnológicos e industriales, esto también se debe a su puesto 9 en el ranking de competitiva a nivel mundial. Ambos países muestran una gran vocación comercial y exportadora de servicios y productos con valor agregado que los ponen en el top 10 de países competitivos.

Si analizamos el modelo económico de Colombia encontramos que aunque por un orden mundial establecido en los años 50’s es un país de exportaciones agrícolas y materias primas no tenemos un modelo económico establecido ya que en los años 90’s entramos en el orden mundial de la libre competencia sin tener este modelo claro. En la última década el país adopto o mejor dicho se encamino a un modelo minero-energético de cual no somos potencia puesto que no posee grandes yacimientos de petróleo, gas o minerales en gran escala a excepción del carbón.

Además este modelo económico representa mucho en el PIB del país y su crecimiento si tener un crecimiento sostenido hacia futuro.

Analizado de forma superficial pero desde una posición crítica Colombia presenta una ventaja absoluta en el tema de producción agrícola y alimentos donde se podría suministra alimentos a países como Japón y Suiza que ya tiene una fuerte vocación industrial y no producen alimentos a gran escala pero necesitan comprar alimentos a gran escala para sus habitantes.

Esta ventaja absoluta no se ha sabido aprovechar por la mala improvisación económica de los gobiernos de los últimos cincuenta años y se ha visto reflejado en un costo de oportunidad ya que no se ha apostado en fortalecer y desarrollar una agroindustria donde el valor agregado se pueda tomar como una ventaja comparativa a estas dos naciones desarrolladas.

Este costo de oportunidad nos ha salido caro puesto que no se ha apostado al potencial agrícola y de producción de alimentos

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