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Principios De Economia Y Tributación


Enviado por   •  3 de Julio de 2013  •  2.894 Palabras (12 Páginas)  •  295 Visitas

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CAPITULO VII: SOBRE EL COMERCIO EXTERIOR

El valor en el comercio internacional

El capítulo inicia con una frase especial: “Ninguna extensión del comercio exterior aumentará inmediatamente la suma de valor que posee un país”.

David Ricardo, al abordar el tema del comercio exterior, pone en claro (en contra de las concepciones de los mercantilistas y algunas de Adam Smith) que al transar dos países sus bienes, sus respectivos valores no se alteran. Porque lo que se importa está en la medida de lo que se exporta. Quizá lo que varíe (aumente o disminuya) sea la cantidad de bienes que podamos obtener en el intercambio con el exterior, el valor de éstos estará expresado en los bienes que nosotros podamos procurar a los demás países.

Así, Ricardo propone un ejercicio mental; con la compra, por parte de un importador inglés, de vino de Portugal. Asumamos en un principio que el importador adquiere por la suma de £1000 (libras esterlinas) 25 barriles de vino de Oporto, para luego vender el total en el mercado inglés a £1200, con lo cual gana un 20% de su inversión de capital. Luego, el importador, con el mismo precio de £1000, obtiene 50 barriles de vino de Oporto y los vende, nuevamente, con una tasa de beneficios del 20%, es decir, todo a £1200. En ambos casos importará el mismo valor en moneda de Inglaterra (£1000) y su respectivo valor en trabajo y producto ingleses.

Las utilidades (Los beneficios )

Si el importador quisiera elevar el precio de venta del vino para obtener beneficios mayores, se abriría una rica veta en cuanto al comercio vitivinícola respecta. Dada esta situación, todos los importadores confluirían a dicho rubro en el comercio haciendo bajar el precio del vino volviendo a la tasa de beneficios inicial de 20%.

Es así como David Ricardo bosqueja la existencia de un estado estacionario.

Ricardo, apelando a lo que en su época se tenía por norma (esto, refrendado por Smith) de que el aumento del beneficio de algunos particulares en el comercio exterior hace que se eleve la tasa general de beneficios (o de riqueza) de la nación que generará un alza general de los precios (inflación) y que, a su vez, haría crecer los beneficios del país.

Eminencias han sostenido que al contraer el empleo del capital en sectores diversos de la economía (cultivo de cereales, manufactura de sombreros, etc.) que presentan igual demanda (léase constante) aumentará el precio del trigo o de los sombreros, dándole a sus respectivos productores pingües ganancias, así como al importador de los mismos bienes; es decir, todos se benefician de la contracción en el uso del capital.

En contra de tal afirmación, Ricardo precisa que aquella medida solo debe darse cuando se contrae la demanda. Para obtener productos extranjeros se empleará ya la misma porción del producto del trabajo y de la tierra de Inglaterra. Si se emplea la misma porción, la demanda estará invariable. Si, por rebaja de los artículos foráneos se emplea una menor porción del producto agrícola y trabajo ingleses, sobrará dinero para comprar otros bienes. Si aumentase la demanda los consumidores de bienes importados dispondrán de un mayor ratio de sus ingresos para adquirirlos y también se podrá disponer del capital con el cual se compraban los bienes extranjeros de valor superior de este modo se procurará los medios para elevar la oferta y, por tanto, ni los precios ni los beneficios pueden aumentar permanentemente.

Señala, además, como cree que pensaría Smith (hasta el grado de concordar con Ricardo), que los beneficios, en los distintos usos que se le da al capital, tienden a nivelarse. Avanzan y retroceden juntos . A diferencia de lo que pensarían otros clásicos, Ricardo cree que los beneficios de un rubro del comercio que obtuvo grandes ganancias (por encima del promedio general) tienden a disminuir hasta llegar al nivel general y no viceversa, es decir, que el beneficio general se iguala cuando todos los rubros crecen a la vez, tal como señalaron otros clásicos.

De nuevo el valor y el verdadero origen de la riqueza de las naciones

Si se emplease una mayor cantidad de producto y mano de obra nacional en conseguir bienes importados, menos se tendrá para adquirir otros bienes, lo cual conduce a reducir la demanda de bienes nacionales (en nuestro caso, trigo y sombreros). Cuando sucede esto se libera el capital de la producción de bienes como el trigo y los sombreros, dicho capital se destina a la manufactura de aquellos artículos nacionales (en los cuales se tiene mayor productividad) por medio de los cuales se adquieren los productos importados. En consecuencia el agregado de la demanda de productos nacionales e importados está restringido por el ingreso y el capital nacional en lo que al valor respecta.

Volvamos al ejercicio mental propuesto por Ricardo acerca del vino. Si pagando lo mismo (en artículos ingleses) el importador de vinos recibe el doble de cantidad de barriles, los ingleses podrán consumir el doble de vino o, acaso, la misma cantidad de vino y destinar lo restante a adquirir más productos ingleses. Si Ricardo y los enófilos consumieran el doble de vino, el comercio exterior seguiría incólume, sin variaciones. Si, en cambio, Ricardo y los enófilos se contentaran con lo que siempre consumieron, se exportarían menos bienes ingleses y, Ricardo y los enófilos, podrían emplear el saldo en comprar artículos ingleses que antes se exportaban u otros que prefieran. El capital que se necesita para la manufactura de estos artículos provendrá del liberado por el comercio exterior.

Existen, según Ricardo, dos formas de acumular capital: ahorrándose a causa del aumento del ingreso o de la contracción del consumo. La acumulación de capital constituye un pilar meridiano en la concepción ricardiana de la riqueza de un país. Así pues, afirma que: “Si (…) los consumidores pudieran ahorrar el valor de £200 en cada £1000 que gastaban anteriormente, aumentarían realmente la riqueza real del país (sic) ”. Lo cual se podría resumir con la máxima: “Ahorro es progreso”. Tal como se señaló al principio, que la suma del valor no sube de inmediato en un incremento o extensión del comercio exterior, Ricardo nos propone aquí, recalcar la palabra inmediato porque si bien es cierto lo señalado acerca del valor, es importante el rol del comercio exterior como distributor eficaz del trabajo, y como catalizador de la producción de los distintos países apelando a las consabidas ventajas comparativas. La versión ricardiana del comercio exterior indica que tras un proceso de adecuación de los países a producir lo que se les da bien, se procura que los ciudadanos o súbditos de distintos países se beneficien ahorrando por los bajos precios, resultado del comercio exterior, esto a la larga hace que el

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