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Pumas: ni 1 peso para la UNAM


Enviado por   •  16 de Febrero de 2015  •  Prácticas o problemas  •  1.772 Palabras (8 Páginas)  •  184 Visitas

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Pumas: ni 1 peso para la UNAM

26. enero, 2014 Mauricio Romero @mauricio_contra Contragolpe, D, P, Portada

A pesar de beneficiarse de los recursos y bienes de la UNAM, el equipo de los Pumas, de la Primera División del futbol mexicano, no ha aportado ni un solo peso a la institución educativa en casi 4 décadas. El Club es una entidad privada desde 1977, demuestran documentos obtenidos por Contralínea y respuestas dadas por la propia Universidad. Sin embargo, aún es identificado por los estudiantes y la sociedad en general como el equipo de los universitarios, debido a la encubierta e “ilegal” privatización hecha por un grupo de grandes empresarios, indican expertos

En caso de que los Pumas arrojen ganancias “para ayudar a la Universidad”, éstas serán cedidas por los empresarios a cargo del equipo, ha repetido –siempre en futuro– cada presidente del equipo auriazul, e incluso los estatutos del Club Universidad Nacional, Asociación Civil, así lo asientan. Tras casi 4 décadas de la creación de la asociación, el número es categórico: ni 1 peso ha recibido la máxima casa de estudios.

“Informamos que no ha habido ninguna aportación por parte del Club hacia la UNAM [Universidad Nacional Autónoma de México] por concepto de superávit en sus cuentas”, informa la oficina del secretario administrativo de la institución en respuesta a la solicitud F8443, que Contralínea presentó por medio de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental.

“Es un daño patrimonial que se haya permitido ejercer sin un retorno [las instalaciones de la Universidad], porque estamos perdiendo; estamos afectando recursos públicos para destinarlos al enriquecimiento de un tercero que es una persona privada”, dice en entrevista el doctor Ernesto Villanueva, especialista en transparencia y rendición de cuentas. Y cuestiona:

“¿Por qué el pueblo de México tendría que pagarle a un tercero? ¿Por qué un recurso que es de la sociedad, del pueblo, tendría que beneficiar a un tercero sin existir un retorno?”.

A la vez que no genera dividendos para la Universidad Nacional, el Club de futbol aprovecha el gasto hecho por la UNAM en diversos órdenes, como el mantenimiento, remodelación, mejoras y limpieza del Estadio Olímpico Universitario. En esos rubros se han erogado, por lo menos, 12.6 millones de pesos en los últimos años, como detalla la propia UNAM en la respuesta a la solicitud de información F9425 presentada por este semanario.

No obstante la inexistencia de un contrato de arrendamiento, comodato o permiso para el uso del estadio (como informa la máxima casa de estudios del país en respuesta a la solicitud F9398 presentada por Contralínea), la Universidad Nacional Autónoma de México acata la cláusula sexta de la escritura constitutiva de la asociación civil, que a la letra dice: “La UNAM se obliga [sic] a proporcionar a los administradores en ejercicio exclusivo de su gestión, el Estadio Universitario, sito en Ciudad Universitaria, México, Distrito Federal, para las actividades propias del equipo de futbol, así como para registrarlo, cuando se considere conveniente, ante la Federación Mexicana de Futbol, para que sea sede y se realicen en él tanto los partidos oficiales como los amistosos”.

Similar es el arreglo sobre el escudo deportivo. De acuerdo con información proporcionada por la Dirección General del Patrimonio Universitario, la UNAM “tiene celebrado con el Club Universidad Nacional, AC, un convenio de licencia de uso de marcas, mediante el cual le confiere y otorga licencia exclusiva al Club para utilizar, explotar y sublicenciar las marcas consistentes en la Cara Estilizada del ‘PUMA’ y la palabra ‘PUMAS’ por sí mismo o a través de terceros” (sic), de acuerdo con la información proporcionada por la Universidad en respuesta a las solicitudes de información F8797 y F9463, presentadas por este semanario.

“La Universidad le da a una asociación civil la exclusividad de que utilice su logotipo, su estadio… una serie de recursos públicos, sin nada a cambio. Debería tener algún retorno de ingresos, de inversión, pues son recursos públicos y tú no los puedes regalar a una empresa privada. Es un delito”, considera Ernesto Villanueva, investigador adscrito al Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.

Para conocer su opinión al respecto, Contralínea solicitó entrevistas –tanto a través de la Dirección General de Comunicación Social como de forma directa– con distintos miembros de la Junta de Gobierno y de la Comisión de Vigilancia Administrativa del Consejo Universitario. Al cierre de edición, ninguno accedió. Incluso al denegar la petición, el doctor Adrián Méndez Salvatorio, parte del Consejo, aseguró que “todo está perfecto, sin irregularidades”.

Privatización encubierta

El puño cerrado, el brazo derecho en lo alto: “Oh, Universidad…” La piel china bajo las prendas tapizadas de logos comerciales y el escudo del ave bicéfala mimetizado. “Escucha con qué ardor entonan hoy tus hijos…”. Los jugadores, formados en el centro del campo, cantan también. “Universitarios, icemos siempre airosos…”, desgarran las voces los aficionados, sean, hayan sido o no estudiantes.

Mientras el himno deportivo de la Universidad Nacional Autónoma de México es entonado previo a un partido de la primera división del futbol mexicano, tanto en las pantallas de televisión como en las de las casas de apuestas remotas aparece la sigla UNAM en el lugar de uno de los equipos contendientes.

“Vamos gloriosos Pumas de mi Universidad”, tuitea un joven de la Facultad de Derecho. “Sacará primero el equipo universitario”, narra un cronista en la radio. La Universidad juega de local, dan por hecho.

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