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Reciclado De Papel

Flora1619 de Mayo de 2013

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Impactos de la producción de papel

La industria, el gobierno y los consumidores pueden tener un mejor

papel

Informe preparado por Verónica Odriozola, Responsable de la Campaña de Tóxicos de Greenpeace

Argentina.

Agradecimientos especiales a los más de 3 millones de colaboradores de Greenpeace en todo el

mundo.

Primera edición: Abril 1 997.

Para mayor información:

Greenpeace Argentina

Mansilla 3046

1425 Buenos Aires

Argentina

Impreso en papel reciclado utilizando también materiales post-consurmo, sin cloro agregado.

Greenpeace espera que pronto existan en el mercado papeles reciclados con 100% de materiales

post-consumo, libres de cloro.

Introducción

Desde los bosques hasta la disposición final, pasando por las industrias papeleras,

el ciclo de vida del papel es responsable de la degradación del ambiente en

diversos lugares del planeta.

Las estadísticas de consumo per cápita de papel se citan a menudo como un

indicador del nivel de vida de un país. Desgraciadamente, también podría utilizarse

como indicador de la contribución a la contaminación de las aguas, la atmósfera y el

suelo; a la tala de bosques y a la generación de basura.

Sin embargo, la producción de papel podría ser un ejemplo de implementación de

los principios de producción limpia a través de todo el ciclo de vida de un producto.

El papel es un producto natural, biodegradable y reciclaba, que emplea un recurso

potencialmente renovable. Están dadas las condiciones, por tanto, para que la

industria de pasta y papel deje de ser una de las más contaminantes del mundo,

para convertirse en un modelo ecológico a ser seguido por otros sectores.

Del árbol al papel

El papel y los productos relacionados con él se elaboran a partir de fibras de

celulosa presentes en las plantas. Estas fibras pueden provenir de diferentes

vegetales: algodón, madera, paja de cereales, etc., pero actualmente la mayor parte

de la producción mundial del papel proviene de la madera. A la vez, un tercio del

total de madera procesada en el mundo se emplea para la fabricación de pasta

(Johnston, 1 996).

El consumo mundial de papel excede las 268 millones de toneladas por año (PPI, 1

995). El rápido y mantenido crecimiento de la demanda de productos de papel ha

ido de la mano de una mayor escasez en la provisión de madera, provocando la

desaparición de bosques nativos con los consecuentes impactos sobre los

ecosistemas que forman parte de ellos.

1) Producción de pasta

Para fabricar papel es necesario separar las fibras de celulosa, que están

fuertemente unidas por lignina, y producir la pasta o pulpa. Esta puede producirse

básicamente a través de métodos químicos o métodos mecánicos.

En los métodos químicos, la madera es cocida en una solución de compuestos

químicos. Existen dos procesos principales: el método alcalino y el método del

sulfito; en general, ambos involucran el empleo de compuestos químicos en base a

azufre y es la emisión de compuestos azufrados la que da a las papeleras el clásico

olor a huevo podrido.

Método alcalino

Los principales procesos son el del sulfato o kraft y el de la soda cáustica. En ambos, se

realiza una cocción de las astillas o chips de madera en hidróxido de sodio, químico que se

regenera, en el primer caso, usando sulfuro de sodio y, en el segundo, usando carbonato

de sodio o soda cáustica.

El proceso kraft da lugar a una pasta marrón y produce emisiones tóxicas al aire, tales

como dióxido de azufre -entre 1 y 3 kg por tonelada de pasta (Greenpeace, 1 992). El

dióxido de azufre es uno de los principales responsables de la lluvia ácida y también del

olor a huevo podrido, que entre otros motivos, ha provocado que países como Alemania

prohibieran totalmente el proceso kraft. Las aguas residuales -licor negro- resultantes de la

cocción de la madera son muy contaminantes y a menudo son tratadas, depuradas y

recicladas para recuperar el sulfuro de sodio y la soda cáustica. En los efluentes líquidos

se liberan restos de celulosa que se depositan en los fondos acuáticos acabando con la

vida existente en ellos- y que son responsables de la alta demanda biológica de oxígeno

(DBO) -por parte de los microorganismos que degradan las fibras- sofocando todo vestigio

de vida alrededor de los caños de descarga. Parte de estos problemas disminuyen si los

vertidos se someten a tratamientos biológicos. Las sales de aluminio empleadas para

purificar el agua procesada son altamente tóxicas para ciertos peces. También puede

haber contaminación adicional del aire si los residuos de la fabricación de la pasta son

incinerados.

Método del sulfito

Existen varios procesos, pero todos generalmente involucran la cocción de las astillas en

compuestos de sulfito. Este proceso produce una pasta más clara, débil y suave. Al igual

que el pro.-eso kraft, el del sulfito en general permite el reciclaje de los químicos

empleados, pero la eficiencia de recuperación del ácido sulfúrico es menor que la de la

soda cáustica. Se liberan alrededor de 5 kg de dióxido de azufre por tonelada de pasta

producida (Greenpeace, 1 992).

En los métodos mecánicos, las fibras celulásicas se desgarran usando

procedimientos mecánicos.

El método de fabricación de la pasta es más eficiente que los anteriores en cuanto a la

cantidad de pasta producida por unidad de madera empleada. La calidad de la pasta es

menor y se usa principalmente para imprimir diarios o guías telefónicas. Las fábricas de

pasta mecánica vierten resinas ácidas altamente tóxicas. Estas sustancias, a pesar de que

existen también en la naturaleza, son difíciles de degradar y las fábricas de pasta

mecánica requieren tratamientos biológicos bastante sofisticados. Pero, estas industrias

no emiten compuestos de sulfuro.

2) Blanqueo de la pasta

Con el objetivo de producir celulosa blanca pura, la pasta química es blanqueada

con removedores de lignina. La pasta mecánica -que por definición contiene

grandes cantidades de lignina- se aclara usualmente con peróxido de hidrógeno

que cambia la estructura de la lignina y altera el color, pero no la elimina.

En las tecnologías convencionales de blanqueo de la pasta química, la lignina se

degrada y remueve con la ayuda de gas cloro (Cl2). La pasta se blanquea luego en

varias etapas que emplean dióxido de cloro (ClO2) e hipoclorito de sodio (lavandina,

NAOCI).

La industria del papel emplea anualmente alrededor de 3 millones de toneladas de

cloro para blanquear la pasta (Martin, 1 993). Como este gas es extremadamente

reactivo, se combina con la materia orgánica de la pasta y produce miles de nuevos

compuestos conocidos como organoclorados.

El empleo de cloro como agente blanqueador ha creado problemas de

contaminación y de salud para trabajadores y consumidores. Del total de

compuestos organoclorados formados durante el proceso de blanqueo y presentes

en los efluentes de una fábrica de pasta, apenas se han identificado 300

(incluyendo dioxinas, furanos, clorofenoles y bencenos clorados) (Bonsor, 1 989).

Los compuestos identificados apenas conforman el 1 0% del total de

organoclorados de los efluentes; la mayoría, por lo tanto, sigue siendo un misterio.

Muchos organoclorados resisten la degradación natural y se acumulan a través del

tiempo en el ambiente. Se han encontrado compuestos organoclorados

provenientes de las plantas de pasta y papel en los sedimentos, en las aguas, en

los organismos vivos, en el aire y en los mismos productos de papel. Se han

encontrado dioxinas en papel de cigarrillos, tampones, pañales, filtros de café y

cartones de leche blancos (Rappe, 1 990).

Mundialmente, las industrias papeleras son las principales fuentes de compuestos

organoclorados a los cursos de agua. Estos compuestos afectan la vida acuática y

se almacenan en los tejidos grasos de los organismos, bioacumulándose a lo largo

de la cadena alimentarla. En los seres humanos provocan trastornos de los

sistemas inmunológico, nervioso y reproductor. Entre los organoclorados

identificados hasta ahora en los efluentes existen también numerosos compuestos

cancerígenos y mutagénicos. La Agencia de Protección del Medio Ambiente de

EEUU, por ejemplo, ha estimado que para la gente que consume pescado

contaminado capturado río abajo de la descarga de una papelera que blanquea con

cloro, el riesgo de contraer cáncer es de 1 en 50 personas (USEPA, 1 990).

También existen estudios que han encontrado un aumento del riesgo de contraer

cáncer entre los trabajadores de las papeleras (Hogstedt, 1 990).

Antes de verter los efluentes, algunas plantas emplean tratamientos biológicos.

Estos son efectivos para tratar materia orgánica -los restos de la madera- que se

puede degradar fácilmente. De hecho, todas las fábricas deben aplicar este tipo de

tratamientos, pero ellos no son eficaces

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