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Recomendaciones para Favorecer en el Aula el Desarrollo Lingüístico de los Niños

Existen diversas formas de ayudar a un niño para su desarrollo lingüístico, empezando desde ser la educadora un modelo lingüístico para ellos hasta procesos o actividades más específicos. La educadora debe buscar hasta en la más mínima frase que el niño le diga para ayudarlo a favorecer su lenguaje ya sea corrigiéndolo o ayudándolo a encontrar las palabras que le hacen falta; es por esto que la educadora siempre debe de estar atenta a lo que le dicen los niños para no desaprovechar las oportunidades en el aula.

Hay una intervención que la educadora puede llevar acabo en el aula que esta articulada en cuatro fases, también llamada regla de las cuatro C: constancia de la falla, causas de la falla, condiciones de logro, constancia del logro.

El primer tiempo es la constancia de la falla de la comunicación. Con todas las buenas intenciones y dulzuras necesarias, se deberá mencionar la oscuridad del discurso, mostrar que no ha llegado a su fin: el de compartir con otro una experiencia que este no poseía.

Segundo tiempo: apoyándose de la constancia de la falla, se tratará de identificar las causas interrogando de manera precisa el mensaje en si. Este segundo tiempo es esencial; primero, subraya las fallas con precisión, luego permite mostrarle al niño que por más cercana que sea su maestra no comparte todas sus experiencias, no sabe todo lo que ella sabe, se sitúa en un territorio de información diferente al suyo.

Tercer tiempo: crear las condiciones de logro; habrá que tomar el mensaje donde se han encontrado las lagunas y transformarlo. Habiendo comprendido que le debe a la maestra cierta cantidad de información, el niño estará obligado a cambiar ciertos elementos de su historia.

Por ultimo, la cuarta fase: crear una constancia de logro, es decir utilizar y destinar el mensaje transformado, a un auditorio amable que, al comprender la historia, constará que las modificaciones efectuadas fueron eficaces. Si no existiera la constancia de logro, el niño podría pensar que el trabajo que le costó, sirvió únicamente para complacer a su maestra.

El ya mencionada es un proceso que la maestra puede tener dentro del salón para el desarrollo lingüístico de sus alumnos, agregándole a cada fase que muestre el interés necesario a lo que el niño dice. Esto lleva a otra recomendación llamada tiempo de compartir, consta de que un solo niño se vuelve el locutor principal del salón cuenta cualquier relato que guste, y lo hace sin interrupción de nadie, claro esta la educadora brindará su ayuda cuando el niño se haya quedado por una palabra que no encuentra o para que le muestre el interés que tiene en lo que se esta narrando. Mientras un solo niño habla todos los demás escuchan y se encuentran sentados en círculo. Está técnica permite a la

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