Relato De Un Amor

De niños lo primero que nos enseñan es a andar con cuidado por las calles de las ciudades sin hablar con extraños y menos darles la confianza sin que nuestros padres no nos lo presente adecuadamente, peor hablar de no estar vestidos correctamente entonces ¿Por qué siempre desobedecemos las más simples órdenes? Por algo llamado “libertad” liberta de ser y hacer lo que nos plazca sin importarnos las consecuencias y cuando estos nos atacan corremos a los brazos de nuestros padres a que nos defiendan de nuestras locuras, lástima que cuando crecemos ya no tenemos a los padres que nos protejan de nosotros mismo.

Los primeros momentos de la cacería y mi hermana estaba haciendo de las suyas con el “cliente” con esa sonrisa mordaz Tara avisó que lo llevaría al bosque para una sesión de “privacidad” claro que habría privacidad de muerte, su cuerpo bien delineado atraparon al cliente llevándolo a lo más profundo del bosque para que nadie escuchara, y ahí tuve que esperar hasta que la flecha atravesó su cabeza –No puedo creer que alguien te siguiera pensando en tener sexo contigo Tara- la risotada que salió del fondo del alma no la contuve enfadando a Tara al punto de ganarme una herida en el brazo –Tsk no soportas una broma- su orgullo herido la hizo retirarse a mimarse en espuma dejando el cadáver en manos de un hombre como castigo.

Cavar no era una de las primeras cosas para divertirse uno a esas horas pero no quedaba de otra, era eso o dejar que la policía este de metida, entre cavar y cavar moviendo más tierra para un pútrido cadáver, el sonido de una voz o mejor de un grito de reclamo llamó la atención de todo aquel que estuviera a la redonda en este caso, su humilde servidor, deje al difundo metido en varios metros como abono de los abetos del lugar, alisté la ballesta para ir a encontrar a aquel reclamo, sigiloso como una pantera camino hasta el lago mirando a todos lados…¿una joven escondiendo ropa? Una rareza pero decidí observar ahí escondido entre los árboles y el follaje cuando ví que la joven no sale, decidí ir investigar pero solo veo las prendas, las tomó y veo patas de un animal…y ahí logré divisar a un pequeño ¿zorro ártico? “No son de aquí si no de Rusia o de lugares fríos” la sonrisa pobló mi rostro completamente otra cacería con un buen precio “así que la joven dejó esta ropa para alguien más”, afilo la ballesta apuntando al animal pero antes de dar el tiro de gracia al pequeño animal, se torna en la mujer de hace unos minutos, una joven de cabellos castaños largos y cuerpo delgado no aguanto la risa para enfrentarla –Vaya vaya no era zorro si no zorra que predicamento padre santísimo- jacté molestando a la cambiante, dejé la ballesta en el suelo quitándome la chaqueta para cubrirle la espalda, sus ropas las tenía en mi poder, tome su vestido percibiendo el aroma –Es muy descuidado de tu parte dejar esto aquí a la vista

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