Reseña: Arte y percepción visual.

Titulo original: Art and Visual Perception: A Psychology of the Creative Eye, 1954

Traducción:  Arte y percepción visual, Alianza, Madrid, 1979.

Autor: Rufolf Arnheim

Aprehender; Asimilar inmediatamente, llegar a entender.

Esta palabra fue casi la protagonista del segundo capítulo del libro, visto que es mencionada repetitivamente, no obstante, se puede resumir gran parte (la forma perceptual) de este capítulo con su definición.

El capítulo empieza con la definición científica de lo que es la visión, seguido de uno de los sub capítulos más interesantes, captar lo esencial. Y deja claro que solo es necesario ver algunos elementos esenciales para reconocer un objeto o persona.

Para luego llegar a la razón de este capítulo, la forma, “la forma material de un objeto viene determinada por sus límites” pero la percepción de esta es influenciada por la orientación, el tamaño, su entorno.

Además, se menciona en varias partes del capítulo que todas las percepciones de la forma están dadas por un conocimiento previo o como lo mencionan en una ocasión “la influencia del pasado”.

Este capítulo tiene más teoría que el anterior, pero no llega a ser tan tedioso como el primero, diría que la razón es que en el primero todas estas explicaciones técnicas las hacen al comienzo, mientras que en el segundo capítulo no empiezan inmediatamente con estas explicaciones y cuando lo hacen lo realizan por partes, sin cansar.

“Los vestigios de objetos muy conocidos que hay en la memoria pueden influir en la forma que percibimos (..)” con estas palabras resumen el fragmento de la influencia del pasado, mostrando antes y después varios ejemplos muy interesantes, que solo confirman lo anteriormente dicho.

Ver la forma, aquí ya se incluyen las leyes de Gestalt (leyes que explican el origen de las percepciones a partir de los estímulos); en la parte de simplicidad dejan indudable de su beneficio en la forma, y como es más fácil de recordar una forma con estructura simple y ordenada, a una con estructura muy compleja y desordenada, y queda evidente en la frase “La naturaleza se complace en la simplicidad y no gusta de la pompa de las causas superfluas. Decir demasiado es tan malo como decir demasiado poco.”

De la figura 26 a la 34 muestran ejemplos de cómo una composición sencilla es más gustosa de ver y recordar que una con demasiados elementos y que a su vez parecen estar desordenados, validando el tema del primer capítulo, “ver algo implica asignarle un lugar dentro de todo.”

Pero cuando consideraba que ya quedaba explicado el tema de simplicidad, el libro profundiza más y habla de la simplicidad relativa y como se aplica a niveles de complejidad y se asegura que algo que parece sencillo puede ser muy complejo, en tal caso se deja atrás la idea de que simplicidad y complejidad son antónimos, y se refieren como dos elementos equivalentes.

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