Reseña carne y piedra.

Pontificia Universidad Javeriana

Comunicación y Lenguaje

Historia Social de la Comunicación

Juliana Florez Gutiérrez

Titulo

La siguiente reseña será basada en el primer capítulo del libro “Carne y Piedra” de Richard Sennett titulado La desnudez. El cual introduce declarando el contexto de la historia, año 431.a.c. en la Antigua Grecia, momento en que el cuerpo del ciudadano y la voz determinaban su poder en esta civilización democrática.

En primera instancia, el autor, Richard Sennett nació en Chicago, Estados Unidos el 1 de Enero de 1943. Estudió sociología en la Universidad de Chicago y tiempo después hizo un doctorado en la Universidad de Harvard. Actualmente es maestro de Sociología en la Escuela de Economía y Ciencias Políticas de Londres. Es el fundador y director del Instituto de Humanidades de Nueva York. Se caracteriza por tratar temas como el capitalismo contemporáneo, redefinición de la identidad y nuevas organizaciones sociales, entre muchos otros.

El primer capítulo del libro, La desnudez es un relato que se centra en el rol del cuerpo y la voz del ciudadano en la Antigua Grecia. En síntesis, el autor demuestra como el calor corporal definía en ese tiempo el poder de cada individuo, “Para el antiguo ateniense la exhibición de su cuerpo afirmaba su dignidad como ciudadano.” (1997,p.35). Por una lado estaban las mujeres y los esclavos, ambos siendo considerados de sangre fría, por ende individuos sin voz en la democracia. No obstante, por otro lado se encuentran los hombres, que desde jóvenes fueron entrenados para ser fuertes y practicaban la oralidad con el fin de ser exitosos en la parte democrática. Este grupo de personas, al ser considerados de cuerpo caliente, mantenían su cuerpos expuestos, en otras palabras, al desnudo, debido a que se creía que con el calor corporal no necesitarían de prendas de vestir, y al mismo tiempo demostrarían fuerza y masculinidad. Por otra parte la voz democrática también tenía que ver con el status social, porque las personas de menos recursos tenían límites al participar en la en la toma publica de decisiones, discusiones, conversaciones, etc. Más adelante se describe como las palabras también tenían una temperatura, en el sentido que se creía que ayudarían a elevar la temperatura del cuerpo. El autor finalmente concluye expresando que su intención no es mostrar la democracia ateniense como un fracaso sino mostrar un tipo de sociedad que gira en torno a una imagen física particular y como esta convierte la voz expuesta en “…una fuerza de desunión en el espacio urbano” (1997,p.72.)

En segundo lugar, es evidente como la democracia en la Antigua Grecia giraba en torno a un perfil especifico, de cuerpo caliente, masculinidad, y todos los aspectos mencionados anteriormente. Principalmente lo que el autor quiere exponer es el prototipo de la época y como este afectaba a una civilización en términos de exclusión, esclavismo, y abuso de poder entre otros. En este tiempo, las mujeres eran considerada como ”versiones frías de los hombres” (1997,p.36). El autor describe como las mujeres eran utilizadas para procrear y que, de esta manera, los hombres minimizaban sus capacidades como humanos. Asimismo, el autor enfatiza la relación tan cercana que tenía el perfil de una mujer y al de un esclavo. Cualquier persona actualmente creería que un esclavo no tendría ninguna limitación para ser entrenado al igual que los jóvenes con el fin de calentar el cuerpo, no obstante se creía que tras las condiciones de esclavitud, estas personas entrarían en un temperatura corporal más baja, y eventualmente perderían el habla o peor aún la manera de expresarse. Técnicamente lo que esta sociedad hacía con sus maneras de gobernar era limitar capacidades de todo aquel que desafiara el prototipo. La manera de actuar de los jefes era convencer a los de “baja temperatura corporal” de que por ser de esta manera serían incapaces de ser parte de una democracia. De igual manera, el autor se expresa de este tipo de democracia no como algo fallido, sino por el contrario presiones y contradicciones hacia el pueblo inferiorizado. El resultado causal es en efecto, tal y como lo describe el autor: “fuerza de desunión” (1997,p.72)  

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