Revolucion

MODELOS DE SISTEMAS EMPRESARIALES VIVIENTES.

El modelo empresarial que impulsa virtualmente a todas las compañías puede ser básicamente el de “vender cosas”. La gente tiende a comprar una cosa por su valor temporal y, cuando ya no tiene valor, nadie la quiere por más tiempo.

Desecharlo es responsabilidad del cliente y finalmente de la sociedad como un todo. Sin embargo, en una economía circular, diseñar productos para una vida después de la vida, quiere decir también diseñar modelos empresariales con el mismo objetivo.

Elter se jubiló de Xerox, ahora trabaja con Plug Power, una empresa líder en tecnología innovadora de pilas de combustible y “reformación” de gas (La conversión de gas natural en hidrógeno), como su principal uncionario de tecnología. Elter aportó cuestiones sobre modelos empresariales “Diseñar productos para que puedan volverse a fabricar es de poca utilidad di no son realmente refabricados, y esto depende de tener maneras fáciles y rentables de recuperar los productos cuando el cliente ya no los usa”

Él y sus nuevos colegas en Plug Power se propusieron no vender productos sino más bien alquilarlos y así retener no sólo su propiedad sino responsabilidad de recibirlos al final de su vida útil. El objetivo es no sólo la recolección de los productos sino también la alineación de los intereses de productores y consumidores, de tal manera que sólo “vender cosa “nunca habría podido lograr.

Elter dice: “Las empresas que alguna vez se creyeron diseñadores de cosas y que más o menos hicieron caso omiso de lo que le pasaba a las cosa una vez que las vendían, serán ahora diseñadoras de no solo los productos sino también de los flujos de uso continuo y vuelta a usar, lo que significará que “las cosas nunca saldrán de su atención”: esto enfocará a las compañías completamente sobre el

valor en uso del producto, el valor real para el cliente, porque se garantiza que el producto volverá. Elter dice:”Será más bien como prestarle algo que usted estima a un amigo, en vez de vender algo a alguien que no le importa nada”.

La mayoría de los modelos empresariales tradicionales hacen de vender algo más importante que la creación de valor genuino para los clientes. Los efectos secundarios, sin embargo, son clientes insatisfechos y vertederos rebosantes. Este modelo tradicional representa una desconexión fundamental entre las empresas y sus clientes, por una parte, y con la comunidad en general, por la otra, perpetuando un sistema que produce enormes flujos de materiales y energía desperdiciados.

La desconexión sugiere posibilidades significativas para las que las compañías vuelvan a pensar en cómo producir más valor para los clientes, la comunidad y el medio ambiente, al mismo tiempo.

Investigación: El laboratorio de Aprendizaje Base de la Pirámide de la Universidad

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