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Rodolfo Kusch


Enviado por   •  25 de Junio de 2014  •  4.457 Palabras (18 Páginas)  •  294 Visitas

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la obra de Rodolfo Kusch es el esfuerzo de un original filósofo-antropólogo por contactar con la esencia de América. Esa esencia que el define como el hedor americano, en una actitud desafiante hacia los prejuicios de ciertos sectores de nuestra sociedad que ven en las raíces americanas algo nauseabundo. Como explica el propio autor:

“La oposición entre pulcritud y hedor se hace de esta manera irremediable, de tal modo que si se quisiera rehabilitar al hedor, habría que revalidar cosas tan lejanas como el diablo, dios o los santos. Y mover la fe desde la pulcritud al hedor constituye casi un problema de índole religiosa. En la Argentina eran los hijos de in-emigrantes que desbocaban las aspiraciones frustradas de sus padres. Contra ellos luchaban los de abajo, siempre en esa oposición irremediable de hedientos contra pulcros, sin encontrar nunca el término medio. Así se sucedieron Tupac Amarú, Pumacahua, Rosas, Peñaloza, Perón como signos salvajes. Todos ellos fueron la destrucción y la anarquía, porque eran la revolución en su versión maldita y hedienta: eran en suma el hedor de América” (America Profunda, 1975).

Kusch rastrea en el sentido positivo de “ese presunto hedor” por oposición a la pulcritud ficticia del hombre urbano. Conocedor consumado de autores como Heidegger, Lévi-Strauss, Jung ó Eliade, en los campos de la filosofía, la antropología, la psicología ó la historia de las religiones, recupera sin embargo a los autores americanos como el mejicano Miguel León Portilla, al chileno Félix Schwartzmann ó a las fuentes todavía más antiguas como el cronista indio Juan Santa Cruz Pachacuti, de las inmediaciones del Cuzco y sabio conocedor de la cosmovisión incaica. En sus escritos filosóficos y antropológicos centra su atención en la búsqueda de un pensamiento propio del hombre americano, tomando como punto de partida el pensamiento indígena y popular. Como el propio Kusch dice:

“La búsqueda de un pensamiento indígena no se debe solo al deseo de exhumarlo científicamente, sino a la necesidad de rescatar un estilo de pensar que, según creo, se da en el fondo de América y mantiene cierta vigencia en las poblaciones criollas” (Kusch 1970 :página 11)

En este ensayo me propongo precisamente, analizar el pensamiento de Rodolfo Kusch haciendo énfasis en la manera en que este autor plantea la búsqueda de un pensamiento propio del hombre americano. Para luego, describir de que forma en la actualidad el pensamiento de este autor es recuperado por los discursos postcoloniales, teniendo en cuenta el Programa de investigación de modernidad/colonialidad latinoamericano, y las criticas que la autora Silvia Rivera Cusicanqui le ha hecho a dicho grupo.

La propuesta de Rodolfo Kusch es radical, puesto que nos invita a fundar formas de pensamiento sobre estilos que habían sido considerados como interesante material etnográfico pero no como forma de pensamiento en su propio derecho. Ese esfuerzo por rescatar un estilo de pensar se transforma en su propio proyecto de continuarlo como resistencia a la occidentalización, y como una forma de crear condiciones y de pensar en América. Es de esta manera, como en sus trabajos muestra un interés expreso por presentar el proceso de desarrollo de una cultura que para él no es estática, sino muy dinámica. Plantea que cada cultura tiene un sujeto, pero en la América no somos sujetos de esa cultura. Asumimos una cultura que no es la propia, pero que a fuerza de imposición ha logrado prevalecer en nuestras tierras. Sentimos miedo de expresar lo propio al considerar que lo americano es inferior frente a un mundo de objetos, un mundo que no representa a esta América llena de hedor ante la pulcritud de ese hombre occidental. Para Kusch es a través del desarrollo de una nueva cultura, de una cultura popular, que se logra el camino de la liberación y con él el desarrollo de una filosofía propia. No propone proyectos sociopolíticos, sino que reflexiona en la necesidad de buscar un sujeto cultural para la América, una cultura que halle su sujeto, pero, como él señala, para esto no sirven las categorías que se desarrollan en filosofía europeizantes, se hace entonces necesario buscar categorías propias de nuestra cultura. Para comprender América la cuestión no radica en la importancia de la ciencia para la solución de nuestros problemas, sino en la falta de categorías para analizar lo americano, una cierta ceguera que no nos deja ve que ocurre con América.

Dentro de todas esas categorías de su pensamiento la más importante, para Rodolfo Kusch, es la categoría de estar, la cual le permite entender la cultura indígena. Mientras que por otro lado, fundamenta que la categoría de ser o ser alguien responde a la cultura occidental, es por esto que no puede ser propia para interpretar los procesos de la América. Para el hombre originario americano, la vida no es una construcción a la manera occidental, sino una forma de estar en el mundo, de ahí lo de estar siendo. En ese estar siendo, como explica Picotti, en esa experiencia, se expresa lo histórico y lo contingente, en contra del ser estático occidental. Esa necesidad de ser alguien para el occidental, sostiene Kusch, se traduce en su compulsión a explicar el mundo (por medio de las ciencias) y construir un objetivo. Entre otros, la conquista de otros hombres y otros espacio. La lógica occidental surge de la causa y efecto, va a ser un saber de dominio de aprehensión de las cosas, lo exterior es lo dominable técnicamente. El ser alguien es actitud de expansión y control del espacio. Esta fuerza dominadora se expresa mediante la producción de objetos que aferrar, atesorar, manipular. La plasmación del ser alguien demanda la erección de las murallas de la ciudad. Así nacen las ciudades con el criterio occidental: son espacios de refugio y fortaleza Por eso, según la visión de Kusch, mientras el hombre americano, que obra por intuición, prefiere las alturas, para estar más cerca de los dioses, el conquistador se instala en tierras planas, aparentemente más fáciles de dominar. La cultura occidental es una cultura que ha perdido el miedo al espacio, es para Kusch el “patio de los objetos”, creamos cosas para nuestra comodidad en el mundo. En su obra fundamental, América Profunda, se refiere esta idea:

“Todo lo que se fue creando correspondía a un sólo aspecto de la vida humana, aquél que se desempeñaba en la ciudad y por eso la ciudad se fue convirtiendo en un patio de los objetos. El patio supone el lugar vacío dónde conversamos y convivimos con los vecinos, para lo cual ponemos muebles... Y la ciudad crea esa posibilidad, por eso ella es un patio de los objetos. Con todo esto, el hombre pierde la prolongación umbilical con la piedra y el árbol. Ha creado algo que suple al árbol, pero

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