Satisfacción de las expectativas de la madre

sentimiento compartido. Esas vivencias en las que la satisfacción de la necesidad se da ligada a la satisfacción de las expectativas de la madre constituyen una experiencia gracias a la cual el bebé inventa su “yo”. Esa experiencia en la que el bebé pasa del hambre a un estado de plenitud sumado a un goce narcisista de la madre constituye el primer registro psíquico. Cuando el padre entra en escena, la madre quita la mirada y resta atención del bebé ya que es el padre quien se vuelve a apropiar del cuerpo de la madre. Por este motivo, el bebé le adjudica a su padre la razón de frustración. El aparato psíquico humano se da en primer lugar por la carga narcisista para construir la materia prima mental y en segundo lugar, por el proceso de recorte edípico que adecúa esa materia a la realidad cultural. La función paterna es proteger la relación narcisista entre madre-hijo, luego recortar al hijo de esa díada y dar la norma para su entrada a la cultura. Los beneficios de la simbiosis materna con el niño tienen un límite marcado por el momento en que el niño puede ejercer sus funciones independientemente. Es la función paterna quien favorece el recorte de esa relación dando lugar a dos seres autónomos, sin lo cual la individualidad del hijo quedaría alienada en una realización de los deseos de la madre. La función del padre a diferencia de la función materna solo tiene sentido si está dirigida a alguien. La Función de madre es de nacimiento, narcisista.

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