Se Me Olvidaba La Sal

26 horas a Cartagena en carro es un muy pesado y abrumador viaje. La tacañez de mis padres no tiene límite, no los ha dejado pagar unos baratos pasajes en avión, con tantas ofertas en estos días y no, nosotros debíamos ahorrar dinero porque la situación está muy difícil. Aparte de eso, mi papá quería demostrar lo rudo que es frente al volante, conduciendo por carretera, pero lo que no se esperaba era el cansancio que tiene ahora. Después de salir de Fortúl, únicamente paramos en Bucaramanga para descansar en un hotel y en la madrugada ya estábamos saliendo hacia nuestro destino.

Ya aquí, en Cartagena, lo único que quiero es encontrar un hotel con una linda y cómoda cama, solo falta que la tacañez de mis padres salga a flote nuevamente. Gracias a Dios, el hotel que eligió mi mamá no es tan malo como me lo esperaba, ella sabe cómo conseguir buenos precios, porque eso sí, tiene una lengua que le gana a cualquiera.

Levantarse a las 5 de la mañana luego de un viaje tan agotador no es lo soñado, pero ver el hermoso amanecer, el resplandor del sol en el mar que se divisa a lo lejos en esa infinidad, lo vale todo. El resto de la mañana la pasamos disfrutando del hotel.

Por fin, a lo que vinimos. La arena está caliente, las mujeres exhiben sus hermosos cuerpos, algunas con mejores que otros, negros bronceando a hermosas señoras, niños corriendo. El agua de coco es vendida por todas partes, pero no hablemos del precio porque mi mamá podría dejarme morir de sed antes de comprarla.

El mar, el anhelado mar, me quito el sombrero y el barato pedazo de tela que traigo encima de mi traje de baño. Corro con mi hermanita al agua, y nos sumergimos, creo que olvidaba la parte de la sal, mis ojos se irritan inmediatamente y debo salir, busco agua de las botellas y la hago caer en mis ojos. Ya no tengo ganas de meterme, espero hasta que mi familia se canse y decida irse. Mientras, la sal se va secando en mi cuerpo y mi cabello, y mi piel va quedando pegachenta, espero que nos vayamos pronto para el hotel y así poder bañarme. Veremos qué más nos trae Cartagena porque aún me quedan 5 días más en esta maravilla de ciudad, espero que sea agua dulce.

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