Sobre el triunfo de la muerte y danae

Sobre el triunfo de la muerte, Peter Brueghel.

Sobre una amplia llanura, donde yacen los cuerpos de aquellos dichosos que vivieron, se encuentra una batalla un tanto dantesca, inimaginable ante los ojos del hombre. En la parte inferior izquierda, un soldado rendido bajo el manto del oscuro del cielo, suplicando un posible perdón al altísimo, aquél que pudo definir su destino, mientras se pueden observar al fondo de la misma, un vivo y feroz fuego se asoma a través de aquellas montañas, una ardua batalla se libra, donde la muerte siempre va a ser la triunfante. Amontonados en un carruaje, o posiblemente, la entrada de un túnel hacia una cueva, con la inconfundible cruz de la iglesia cristiana en la época de las cruzadas, aquellos indefensos humanos buscan guarecerse y salvarse de su terrible destino, pasando sobre cuerpos de aquellos que no corrieron su misma suerte, acosados por esos soldados esqueléticos empuñando sus armas, atemorizando y rebajando al ser en su máxima expresión a través del miedo y la desesperación, se observa una gruesa cantidad de estos soldados, tras un escudo de oro, con una postura triunfante y una risa malvada la cual no podemos oír, que se confunde con los lamentos y el terror de las personas. Detrás de aquel ejército de soldados, se encuentran tanto como un puñado de soldados decidiendo la suerte de un desdichado a través de una soga en su cuello, como otro soldado empuñando con fuerza y ferocidad su espada bajo el desespero de su prisionero.

Sobre Dánae recibiendo la lluvia de oro.

Sobre un manto blanco yace desnuda Dánae, su mirada perdida y tranquila se dirige hacia la estela dorada proveniente del cielo, una estela que devela la pureza del cielo tras aquellas nubes oscuras. Su cuerpo blanco y pálido forma la figura de una vívida representación de las musas griegas, en la parte inferior del manto, un pequeño canino reposa en tranquilidad como si su trabajo de vigilancia no fuera más que un simple pasatiempo. Un mujer se encuentra sentada sobre el manto rojo, ya es de edad, su cuerpo y su piel se ven deteriorados, su pelo rizado afirma el desgaste de su vida, su fisionomía devela su posible clase social, seguramente es una enfermera. En su rosto se refleja un asombro, es el opuesto a la expresión de Dánae, en esta, se ve cierto desespero, en busca de una salvación, o tal vez, de un perdón hacia un Dios reflejado en una lluvia de oro.

Aquella estela dorada, purísima, es la posible representación del Dios ausente que la humanidad busca, aquella estela dorada, tan parecida a los cabellos de Dánae, reflejan la salvación, la salida de una prisión, o simplemente el advenimiento del buen tiempo. La cama donde están recostados tanto como aquellas personas como el indefenso canino, es una oda al

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