Supervisiòn De Obras.

“SUPERVISIÓN DE OBRAS”

La supervisión de obras es una de las herramientas más importantes en la dirección de un proyecto y puede garantizar el éxito o el fracaso de la misma, por lo tanto a continuación podrán observar una relación de las principales habilidades, cualidades y responsabilidades que debe tener un buen supervisor de obra; además argumentaremos una buena gestión de un supervisor en el manejo de conflictos entre los diferentes miembros que componen el equipo de trabajo de un proyecto.

La importancia de la supervisión de obra, data de hace mucho tiempo, desde que los primeros constructores se dieron cuenta de que aun cuando el obrero es competente se debe hacer una supervisión, para garantizar que el trabajo se haga según los diseños, especificaciones y requisitos acordados.

La supervisión de obra deberá estar fundamentada en una serie de actividades programadas ordenadamente y de forma sistemática, las cuales buscaran prevenir, verificar y si es el caso corregir los errores y fallas que se presenten en los procesos constructivos; es de anotar que el presentarse muchas acciones correctivas no habla de una buena gestión del supervisor, por el contrario la buena supervisión es la que se empeña en prevenir antes que corregir.

El supervisor requiere de tres competencias: Conocimientos técnicos, habilidades interpersonales y valores y actitudes positivas; aunque las competencias técnicas “conocimiento de materiales, interpretación de planos y habilidad para programar los recursos” son imprescindibles para ser considerado idóneo en el cargo, se debe también tener unas buenas relaciones con sus subordinados y demás colaboradores, lo que le permitirá poder trabajar de forma colectiva y con autoridad; el desempeño del supervisor también debe estar guiado por unos buenos preceptos morales que garantizaran que esta persona no se deje sobornar al momento de cumplir con el ejercicio de labor. Se han encontrado obras con graves fallas en alguno de sus sistemas, en los cuales la causa no fue el desconocimiento de la técnica apropiada, ni malas relaciones interpersonales si no la falta de ética profesional, es decir deshonestidad.

Las controversias y disputas, son comunes en la construcción de cualquier obra, y muchas veces deben ser lidiadas por el supervisor de obra. Un ambiente cordial y afectivo propicia buenas relaciones, la actitud debe ser agradable y de colaboración pero evitando la familiaridad y acceso de confianza.

En el momento de detectar errores, el profesional que ejerce la supervisión debe evitar la crítica y el hacer alarde por sus descubrimientos, lo cual puede generar un ambiente negativo para la obra. Se debe evitar exponer fallas en momentos de tensión entre las partes, se deben buscar momentos de calma para solucionar los problemas

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