Ensayo Residencia y supervisión de obra

Jesús Alberto Durán Martínez

Maestría en Gerencia de Proyectos de la Construcción, 1er cuatrimestre

Historia y antecedentes del supervisor y residente de obra.

Ensayo semanal No. 1

Introducción.

         De acuerdo al Diccionario de la Real Academia Española, supervisar es ejercer la inspección en trabajos realizados por otros; mientras que residencia la define como acción y efecto de residir.

        En el contexto de la construcción, el reglamento del a LoPys Gto, define al supervisor de obra como el profesionista especializado, designado por la contratante para llevar a cabo el control, vigilancia, supervisión, verificación y revisión de los trabajos. Mientras que al residente de obra como el profesionista especializado que funge como representante del contratista ante la contratante para cumplir con los términos y condiciones pactados en el contrato, en lo relacionado con la ejecución de los trabajos.

         Para ambos: y en su caso la acreditación de su pertenencia al Colegio de Profesionistas con registro legal vigente y cuyo ejercicio profesional esté enteramente relacionado con el sector de la construcción.

        El principal objetivo de ambos es lograr el éxito del proyecto (obra o servicio) en alcance, tiempo y costo con la calidad especificada, cada uno de ellos desde su rol, el residente de obra asegurando la correcta ejecución de los trabajos y el supervisor de obra verificando el cumplimiento de lo ejecutado, de tal manera que cada uno de ellos deberá proveer lo necesario, insumos, información, recursos financieros, atención profesional con quién se involucre, etc.

Desarrollo

        Las funciones del supervisor y residente de obra son complementarias, ambos con el mismo objetivo: llevar a buen puerto el proyecto en tiempo, costo y calidad.

        Con base en mi experiencia considero fundamental que en ambos perfiles se cuente con gente capacitada, tanto en formación académica, que cuente con cédula profesional, como preferentemente experiencia en procesos constructivos, dependiendo de la obra que se trate.

        Lo anterior, no necesariamente es una ley, ya que he conocido supervisores y residentes de obra, sin título profesional y/o que han adquirido su experiencia empíricamente, y son muy buenos en el puesto. Y viceversa, ingenieros y arquitectos residentes o supervisores de obra, hasta con nivel de posgrado, con conocimientos deficientes en el tema.

        En mi opinión personal, los residentes de obra carecen de procesos administrativos, tanto de campo como de oficina; mientras que los supervisores carecen de un manejo adecuado de los conflictos para propiciar un clima en el cual se puedan lograr soluciones en beneficio del proyecto.

       El perfil del residente de obra debe ser un perfil de arquitecto o ingeniero, en función del tipo de obra que se va a ejecutar. En el caso de edificaciones, el profesional residente de obra será un arquitecto o arquitecto técnico. En el caso de proyectos de ingeniería, el profesional residente de obra será un ingeniero con la especialidad que le habilite a poder desempeñar las labores que necesita el proyecto.

Perfil general del residente y supervisor.

• Experiencia. La suficiente para comprender e interpretar todos los procedimientos constructivos contenidos en las especificaciones técnicas y planos de la obra o proyecto a ejecutarse.
• Seriedad. Para representar con eficacia al Contratante o Contratista en todo lo que respecta al desarrollo técnico de la obra o proyecto.
• Profesionalismo. Para cumplir con todas las obligaciones que adquiera al ocupar el cargo.
• Honestidad. Ya que habrá de autorizar situaciones técnicas y el pago de los trabajos realizados.
• Criterio técnico. Para discernir entre alternativas y escoger entre ellas la más adecuada y sin perder de vista los intereses del Contratante o Contratista.
• Capacidad de organización. La necesaria para ordenar todos los controles que deben llevarse durante la ejecución de una obra, para garantizar la conclusión de esta, en el tiempo y calidad especificada, como también, en el costo previsto.

Conclusiones

        Tanto el residente de obra como el supervisor de obra, van de la mano en cada proyecto, no se entiende la función del uno, sin el otro.

        Ambos son claves en la comunicación de cualquier organización, a través de ellos pasa toda la información, la que debe proporcionar a sus superiores y subordinados, bien sea el propietario del proyecto, contratistas, destajistas, residentes, promotores, entidades bancarias o gubernamentales.

        Es por ello que se debe canalizar toda la información para que así sus superiores tomen las decisiones más acertadas y simultáneamente, se sepa cuál es el trabajo que se debe hacer, cómo y cuándo debe hacerse.

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