Teatro Insurgentes

Arte puro

Teatro Insurgentes, una joya artística y cultural

Texto y Fotos: Por Gonzalo MartÍnez

El mural que tiene en la fachada es el atractivo principal de teatro Insurgentes, una joya cultural y patrimonio nacional de la humanidad reconocido por la UNESCO, este recinto es un proyecto innovador en su época y hasta la fecha se ha mantenido como uno de los teatros más bonitos de la Ciudad de México. En la década de los 40, 50 y 30 todo el teatro que se hacía en México era en el centro de la ciudad, en 1951 surgió el proyecto y la idea de hacer un “teatro moderno”, el teatro Insurgentes.

José María Dávila, un banquero de la época, que era muy culto, se rosaba con los artistas propios de esa década, fue quien inspiró el proyecto de construir el Insurgentes a partir de una tesis que el hermano de éste había hecho de un teatro moderno. Pretendía hacer una obra magnifica, grande, reconocida y quiso hacer algo que le diera realce a lo que era el teatro en México. El señor compró gran parte de unos terrenos que eran de un pueblo de ejidatarios, el teatro originalmente era un edificio muy grande que contaba con alrededor de unos 30 camerinos, relata José Juan Galloso, asistente de Tina Galindo, productora y dueña del lugar.

El 1951 el proyecto es aceptado y se comienza a construir la obra, por lo cual le pidió a Diego Rivera, artista de la época, que le diseñara un mural que llevara por tema “el teatro en México”, para esto, el pintor se basó en lo que es lo prehispánico, en un tema de revolución de una novela que se llamaba “Los de Abajo”, en “Corona y Sombra”, de esta se desprenden Carlota y Maximiliano, como en esa época estaba de moda “Cantinflas” y también decidió plasmarlo en el mural, comentó también el entrevistado.

La construcción del teatro duró tres años y el 3 de abril de 1953 se inauguró, para ello se pretendía hacer algo innovador, que le diera más realce que los teatros n el centro, entonces se le hizo la invitación a “Cantinflas” para que participara e hiciera la primera función ahí presentada.

COMIENZA EL ÉXITO DEL INSURGENTES

Como anécdota el entrevistado relata: para las personas pobres que vivían en las afueras y en los lugares más rezagados, el espectáculo era rodearse para ver a las personalidades de la sociedad como bajaban de sus coches con vestiduras y joyas finas, para ellos esa era la función, todo un suceso, ese era para ellos el espectáculo. El cobro del boleto en ese tiempo era de 100 pesos, luego se bajó a 25 pesos.

Manolo Fábregas “el Hombre Teatro” viene posteriormente a darle un giro para que el teatro volviera  ser atractivo, ya que quedó algo estancado con sólo presentar obras de revista y Manolo vino a presentar obras nuevas, con un tema central, de drama y llegó al éxito y la innovación con la obra “Suben y Bajan Parados y también una obra de Broadway “Mi bella dama”.

Un acervo que aún concentra el teatro son los programas de mano desde la época de artistas como María Rivas, María Victoria, Lola Beltrán y Lucha Villa, por mencionar algunas.

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