Tesla
GiselleMhInforme26 de Octubre de 2013
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Tesla descubrió que la electricidad esta compuesta de dos componentes, la electromagnética que todos conocemos, y otra componente estática y fría, cuyas propiedades superan en MUCHO a todo lo que se ha dicho comúnmente.
James Clerk-Maxwell predijo la posibilidad de que existieran ondas electromagnéticas, Maxwell preguntó a sus lectores que consideraran como posibilidades, dos tipos diferentes de perturbaciones eléctricas que pudieran existir en la naturaleza. La primera de estas, lidiaba con que fueran ondas eléctricas longitudinales, un fenómeno que requería de gradientes de concentraciones de lineas de campo electrostático. Estas densas y raras pulsaciones de campos electrostáticos, necesariamente demandaban de una propagación unidireccional, y cuyo vector tuviera una propagación fija (y que siguiera dichos gradientes). La única variable permitida en la generación de estas ondas longitudinales era la concentración de las líneas de campo, que es a más concentración mayor flujo. Esta subsiguiente propagación a través de las lineas de campo electrostático produciría picos de carga pulsantes que se moverían en la dirección concreta de dicho gradiente. Estas “ondas electricas sonoras” fueron desechadas por Maxwell, que concluyó que tal condición, era imposible de producirse (en concreto por Olivier Heaviside que fué el hombre que reformuló las ecuaciones de Maxwell y finalmente per Lorentz, que escribió la famosa contracción que fue la base de la relatividad especial).
Su segunda consideración, lidiaba con la existencia de ondas transversales electromagnéticas. Esta, requería de que las rápidas alteraciones del campo electromagnético (en este caso no electrostático sino una combinación de ambos magnético y eléctrico) se produjeran en este caso, a través de un eje fijo. Las líneas eléctricas que se esparcían supondrían que “se atan desde y hasta” bajo su propio momento (transcripción literal que viene a decir en todas direcciones a partir de un eje o punto), a la velocidad de la luz desde dicha fuente. Las fuerzas correspondientes, duplicados exactos de las alteraciones producidas en la fuente, deberían de poder ser detectadas a grandes distancias. Así que Maxwell ahuyentó a que los experimentales buscaran estas formas de onda, sugiriendo posibles vías para conseguir tal objetivo. Así que la búsqueda de estas ondas electromagnéticas empezó.
Tesla fue bendecido con una observación accidental, que cambió para siempre el curso de sus investigaciones. En sus propios intentos de conseguir algo en lo que Herz había fracasado, Tesla desarrolló un poderoso método con el que esperaba generar y detectar verdaderas ondas eléctricas. Parte de su aparato requería de la implementación de una gran y potente banco de condensadores cargados a muy alto voltaje. Este “batería condensativa” cargada a muy alto voltaje, era posteriormente descargada a través de unas varas cortas de cobre. Las chispas y explosiones que salían, producían varios fenómenos que impresionaron mucho a Tesla. y que excedían y en mucho, la potencia de cualquier dispositivo eléctrico que Tesla hubiera visto y concebido antes
Esas chispas abruptas, a las que Tesla calificó de “descargas disruptivas”, se encontró que eran capaces de explotar los cables convirtiéndolos en vapor. Pero esas fuertes ondas eléctricas de choque impulsadas se podían notar físicamente, ya que golpeaban literalmente la parte delantera del propio cuerpo de Tesla durante los experimentos con gran fuerza. Sorprendido por este efecto físico, Tesla se intrigó en sobremanera. Por el contrario, más bien como disparos de un extraordinario poder que no de chispas eléctricas se tratara, Tesla se volcó completamente en este nuevo estudio. Estos impulsos eléctricos producían efectos que hasta la fecha se asociaban comúnmente a los efectos electrostáticos producidos por un rayo. Los efectos explosivos le recordaban a sucesos similares a los observados con generadores de corriente continua de alto voltaje (dinamos).
Tesla sabía que el extraño efecto de pico abrupto solo se observaba en el instante mismo en que las dínamos eran conectadas, tal y como ocurría en las descargas explosivas que había visto en sus condensadores. Aunque los dos casos eran completamente diferentes, ambos producían los mismos efectos. Esta descarga abrupta que aparecía de manera instantánea y brevemente al conectar las dinamos, aparecía súper concentrada a lo largo de las líneas eléctricas. Tesla calculó que esta concentración electrostática, era varios órdenes de magnitud mayor que cualquier voltaje de ninguna dinamo le pudiera proporcionar. Estos picos por tanto, eran de alguna manera amplificados o transformados.
Tesla vio una aplicación práctica que nunca se le había ocurrido. En consideración a este efecto experimentado en la dinamo “de sobrecarga”, sugirió un nuevo aparato experimental. Era algo que podría superar a su “batería capacitiva” de condensadores, en la búsqueda para encontrar estas ondas eléctricas. Un simple generador de corriente continua de alta tensión suministraría su fuente de campo eléctrico. Tesla entendió que la resistencia de las líneas o de sus componentes visto desde la dinamo, tendrían que ser una “barrera”, que a las cargas les resultaría imposible de penetrar. Esta barrera es la que haría que se produjera este efecto”bunching”. Las cargas electrostáticas eran literalmente detenidas durante un breve instante por la resistencia de la línea, una barrera que sólo existía durante estos breves mili-segundos en los que se le daba al cierre del interruptor. La súbita aplicación de una fuerza en contra de esta densa barrera virtual, “apretaba” las cargas hasta una densidad imposible de obtener con condensadores ordinarios. Era el impacto contra esta barrera resistiva lo que la convertía en este anormal estado “electro-densificado”. Y esta, era por tanto la razón que postuló Tesla, por la que los cables conductores en sus experimentos a menudo explotaban. La analogía con la energía y los motores de vapor era inevitable; los grandes motores de vapor tenía que ser con “valvuleados” con mucho cuidado. Esto requería de la pericia de operadores con mucha experiencia que supieran “abrir” el motor sin romper los vasos, y causar con ello una explosión mortal. Si se hacia demasiado pronto, incluso una máquina de vapor de gran capacidad podría explotar. El vapor de agua tenía que entrar en el sistema de manera suave, hasta que comenzara a fluir suavemente y a poco a poco a través de todos los orificios, conductos y componentes. También en este caso se producía un efecto de “choking” (literalmente asfixia), de manera que en un sistema de alta capacitancia se comportaba como una gran resistencia a cualquier aplicación de una fuerza repentina y sostenida.
Tesla conseguía hacer explotar sus condensadores, de una forma que no se había observado ni experimentado jamás. Cada componente fue aislado con cuidado, aplicándole barras de goma aislante y otros sistemas, que garantizaban su completo aislamiento. Tesla había observado máquinas electrostáticas con muy buena capacidad para aislar eléctricamente metales, pero esta manifestación superaba la que produciría la carga de un alambre por el cierre instantáneo del interruptor. Este efecto producía “saltos” de carga Independientemente de las condiciones observadas en los sistemas anteriores, Tesla había aprendido e implementado la forma de maximizar el efecto. Equilibrando la tensión y la resistencia contra la capacidad, Tesla aprendió a producir rutinariamente sobrecargas contra dispositivos como nadie lo había echo antes.
La tradicional observación empírica, decía que las descargas ordinarias de los condensadores producían solamente corrientes oscilantes, y no corrientes “de chispa” que literalmente “rebotaban” entre cada placa y placa de condensador, hasta que la energía almacenada se consumía. El alto voltaje de la dinamo ejercía tal presión unidireccional contra las cargas, estas se volvían tan densas, que las oscilaciones de carga eran imposibles. Las únicas posibles ráfagas de vuelta “backrush”, eran las oscilaciones. En este caso, las cargas aparecían en forma de una serie de picos hasta que se consumían. Todos los parámetros que forzaban estas oscilaciones, limitaban que la supercarga se manifestara, algo que Tesla se esforzó en eliminar. De hecho pasó un largo período de tiempo investigando y desarrollando diversos medios para bloquear estas “backrush” y cualquier tipo de “eco” complejo, que podría forzar prematuramente a la supercarga a perder su elevada densidad energética. Lo importante de notar aquí, es que Tesla descubrió que tal efecto exigía de un solo super pulso unidireccional. Una vez que se consiguió eliminar las oscilaciones y las alternancias de carga, otros nuevos y sorprendentes efectos comenzaron a hacer su aparición. Estos nuevos fenómenos, caracterizados por poseer un gran alcance y una gran capacidad de penetración, no se habían observado antes cuando se trabajaba a alta frecuencia.
El cierre repentino rápido y abrupto de los interruptores, produjo una onda de choque que penetró a través del laboratorio, y que se pudo sentir tanto como una presión fuerte, al igual que como una irritación eléctrica penetrante. Tesla creía que las partículas de material parecidas a ese estado de vapor definido antes, eran literalmente “arrojadas” fuera del cable en todas las direcciones. Con el fin de estudiar mejor estos efectos, se posicionó detrás de un escudo de cristal y vidrio, y reanudó la investigación. A pesar de la protección, los efectos “urticantes” se siguieron sintiendo, lo que desconcertó todavía
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