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Topografia


Enviado por   •  16 de Marzo de 2015  •  2.345 Palabras (10 Páginas)  •  182 Visitas

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República bolivariana de Venezuela

Universidad de Oriente - Núcleo Bolívar

Escuela de ciencias de la tierra

Catedra Topografía II

Sección 01

HIDROGRAFIA Y FOTOGRAMETRÍA

Bachilleres:

Cova Saúl

C.I. 23730601

Plaza Fernando

C.I. 24038570

Ciudad Bolívar 16/03/2015

Contenido

Hidrografía. 4

Fenómenos de las mareas. 4

Tipos de mareas. 4

Mareas vivas o de sicigias 4

Mareas muertas o de cuadratura 5

Mareas semidiurnas 6

Mareas diurnas 6

Mareas mixtas 6

Mareógrafos (correntimetros). 7

Tipos de mareógrafos 7

Mareógrafos de flotador. 7

Mareógrafos de presión. 8

Mareógrafos acústicos. 8

Mareógrafos de radar. 8

Introducción

Hidrografía.

Es la parte de la Geografía física que trata de las aguas marinas y dulces. Así estudia, por una parte, la configuración de las costas, las profundidades del mar, las aguas marinas, la amplitud de las mareas, la corrientes oceánicas, etc. Por otra parte estudia la hidrología fluvial (cuyo objetivo básico es el régimen de los ríos) y los lagos (limnología).

Fenómenos de las mareas.

La marea es el movimiento periódico de ascenso y descenso de las aguas del mar, producido por las perturbaciones gravitatorias del Sol y de la Luna en la Tierra. Su frecuencia es de dos veces por día aproximadamente, y su amplitud, que también varía de día a día, puesto que la causa de las mareas es la atracción gravitatoria ejercida por la Luna y el Sol, la situación relativa de estos dos astros con respecto a la Tierra en un momento dado hará que sus respectivas atracciones se sumen, dando lugar a mareas más pronunciadas de lo habitual, o, por el contrario, puede ocasionar que las respectivas atracciones se compensen parcialmente dando lugar a mareas menos pronunciadas de lo habitual.

Tipos de mareas.

No es de extrañar que la altura máxima que alcanzará el agua (pleamar) un determinado día esté de alguna manera relacionada con la fase en la que se encuentre la Luna. Además, puesto que las órbitas de la Luna y el Sol sobre la esfera celeste no se encuentran exactamente sobre el mismo plano y cada uno de estos astros tarda un tiempo diferente en recorrer su órbita (un año el Sol y un mes la Luna), resultará que habrá momentos en que la suma de ambas atracciones es más efectiva o la compensación de ambas es más completa. Distinguimos así entre dos tipos de mareas:

Mareas vivas o de sicigias.

Se dan cuando el Sol, la Luna y la Tierra se encuentran alineados, o sea se dan cuando hay Luna llena o Luna nueva. En el primero de los casos se llama de oposición (el Sol y la Tierra están en oposición respecto a la Tierra) mientras que cuando tiene lugar con Luna nueva se denomina de conjunción (pues entonces el Sol y la Luna están, respecto a la Tierra, en conjunción). Tanto en una como en la otra las fuerzas de marea ejercidas por la Luna y el Sol se suman, consiguiéndose así pleamares más altas y bajamares más bajas que los valores promedios.

Hay, además, otro pequeño detalle a tener en cuenta que da lugar a que algunas veces las mareas vivas sean aún más intensas que las mareas vivas normales: hemos dicho que durante una marea viva las fuerzas de marea debidas a la Luna y al Sol se suman porque ambas fuerzas están alineadas. Sin embargo, esto es sólo aproximado o, en otras palabras, la alineación no es perfecta ni es la misma en todas las mareas vivas del año. El origen es la inclinación del eje de rotación de la Tierra con respecto al plano de la eclíptica y la inclinación de la órbita de la Luna con respecto a la eclíptica. Cuando la Luna nueva o llena tiene lugar durante los equinoccios de primavera y otoño la alineación es mayor porque el Sol se encuentra sobre el ecuador terrestre (o sea, la declinación del Sol es cero) y, en consecuencia, la suma de atracciones es más eficiente produciéndose así las mareas de sicigias más intensas. Además, el carácter elíptico de la órbita lunar hace que la distancia de la Tierra a la Luna no sea constante. De esta manera, las mareas serán más intensas cuando la Luna se encuentre más cerca. Cada 4, 5 años coincide una marea de sicigia con la posición de la Luna en el perigeo dando lugar a mareas extraordinarias.

Mareas muertas o de cuadratura.

Son las mareas menos intensas y se dan cuando la Luna está en cuarto menguante o en cuarto creciente, puesto que entonces las atracciones gravitatorias de la Luna y el Sol se compensan parcialmente. En la mayoría de los lugares existe un retraso entre las fases de la Luna y su efecto sobre las mareas. Por ejemplo, en el Mar del Norte las mareas vivas y muertas tienen lugar dos días después de la Luna llena o nueva o la Luna en cuarto creciente o menguante, respectivamente. Este retraso se llama edad de la marea. Si suponemos por un momento que toda la superficie de la Tierra está cubierta por una capa uniforme de agua, igualmente profunda en todos los puntos de manera que no existe tierra firme, y, además, olvidamos efectos dinámicos (inercia del agua, etc), tendríamos que un punto dado de la Tierra experimenta una pleamar en el momento en que la Luna está sobre el meridiano de ese punto. Puesto que su movimiento propio hace que, en promedio, la Luna vuelva a estar sobre el mismo meridiano 24 horas y 50 minutos más tarde) y teniendo en cuenta que la deformación de la capa de agua debida a la fuerza ejercida por la Luna da lugar a dos pleamares, una en el punto sublunar (el punto directamente debajo de la Luna) y otro en el antípoda (el punto de la Tierra diametralmente opuesto al sublunar), concluimos que un observador en esta Tierra ficticia vería una pleamar cuando tiene la Luna en su meridiano y otra pleamar 12 horas y 25 minutos más tarde cuando la Luna se encuentra sobre el antimeridiano. Entre medias de las dos pleamares observará, evidentemente, una bajamar. La amplitud máxima de esta marea teórica se obtendría en el Ecuador cuando la Luna tuviese declinación cero (y esté, por tanto directamente sobre el Ecuador) y se puede estimar que sería menor de 1 metro.

Sin embargo, los océanos no forman una capa uniforme, igualmente profunda, repartida sobre toda la superficie de la Tierra. No todos los océanos y mares oscilan de igual manera ante las fuerzas ejercidas por el Sol y la Luna sino que, por el contrario, cada uno ellos

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