Trece Trucos
maxpeg20 de Octubre de 2011
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13 Trucos Asombrosos
Para Perros
Por Marcos Mendoza
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Tabla de Contenidos
Parte I. Trucos estúpidos que los humanos deberían conocer
- Perros y jugadores de póker
- Motivando a tu perro.
- ¿Qué es un “encadenamiento”?
- Sobornando a tu perro
- Enseñando a tu perro a concentrarse
- Enseñándole las señas a tu perro
Parte II. Trucos para perros inteligentes
1. ¡Dame un beso!
2. ¡Di “hola”!
3. ¡Atrás!
4. ¡Encuéntralo!
5. ¡Ve por ahí!
6. ¡Habla!
7. ¡Bosteza!
8. ¡Estornuda!
9. ¡Trae!
10. ¡Siéntate!
11. ¡Dame la pata!
12. ¡Pide!
13. ¡Saluda!
14. ¡Baila!
15. ¡Vuelta!
16. ¡Hazte el muerto!
17. ¡Rueda!
18. ¡Inclínate!
19. ¡Arrástrate!
20. Enseña a contar a tu perro
21. ¡Gira!
22. ¡Tápate los ojos!
23. ¡Di “no”!
24. ¡Cojea!
25. ¡Bang, bang!
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26. ¡Abre la caja!
27. ¡Trae mis zapatillas!
28. ¡Enciende la luz!
29. Una galleta en la nariz
30. Enseña a tu perro a saltar a la cuerda
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Parte I. Trucos estúpidos que los humanos deberían conocer
Perros y jugadores de póker
En este libro no puedo prometer que podamos enseñarle a tu perro cómo jugar al póker.
No obstante, si imaginas por qué la gente juega, también podrás imaginar qué motivos
tiene un perro para realizar trucos.
Los jugadores de póker están motivados para jugar por cuatro razones principales: hay
recompensa (los premios del bote), es divertido, tienes la aprobación cósmica si ganas
(es decir, las bendiciones de La Señorita Suerte), y es fácil volverse adicto.
Los perros se motivan para realizar trucos por las mismas razones: hay recompensa (una
golosina, o tu sonrisa y unas palabras alentadoras), es divertido, tienen la aprobación de
su Dios o su Diosa (ese serías tú), y es fácil volverse adicto.
Como un jugador en la mesa de póker, un perro que se encuentra en el “tantra” de
realizar trucos simplemente no quiere dejar de buscar, dar la pata, bailar o besar.
Motivando a tu perro
Los perros son muy similares a los humanos. No están inclinados a hacer nada excepto
comer, dormir y saltar alegremente, a menos que estén motivados.
Normalmente las motivaciones de un perro son simples: meterse en la basura o
desenrollar el papel de váter es algo que hacen sólo por diversión. Dale al perro una
buena razón para realizar trucos y no sólo se comportará, si no que probablemente
superará tus más altas expectativas.
Nada convierte más deprisa a “este estúpido perro” en un perro listo que un continuo
criticismo. No son llamados los mejores amigos del hombre por nada. Tu perro
esencialmente quiere complacerte; nada lo hace más feliz que mirarte, oír unas
alabanzas y sentir tu afecto.
Un perro puede dirigirse a la realización de trucos por una esencial necesidad de tu
aprobación. Puede empezar a obedecer órdenes simplemente porque significa pasar más
tiempo contigo.
A veces, un perro sobresale en un truco en particular porque pertenece a una raza que
posee un instinto innato para recuperar objetos, o reunir otros.
que es importante elegir trucos que consideres que tu perro va a disfrutar. Si no
funciona, normalmente el problema es del estúpido humano, no el estúpido perro.
Por ejemplo, es natural para un retriever que quiera correr y buscas cosas, porque desear
esto forma parte de sus genes. Un chihuahua sobresaldrá más en dar la pata,
simplemente porque su boca es demasiado pequeña para coger cosas. Tal vez sea mala
idea enseñarle a un dachshund a sentarse, porque tienen una columna vertebral
demasiado larga que puede salir herida si hace el ejercicio continuamente. Asegúrate de
que tus expectativas son realistas antes de decidir qué truco enseñarle a tu perro.
Siempre considera las inclinaciones de tu perro y sus límites físicos antes de enseñarle
algo. Recuerda que un perro quiere complacerte, tanto que como para estresarse o
herirse sólo por hacer el truco. Trata de elegir los que parezcan más naturales para tu
perro.
Por ejemplo, si a tu perro parece que le gusta usar sus patas delanteras, tal vez quieras
empezar enseñándole que se siente, o a dar la pata. Si es el del tipo que parece divertirse
cazando cosas seguramente sobresalga en el juego de buscar y traer. Por otro lado, si el
perro es pequeño para llevar cosas en la boca, enseñarle a buscar tal vez no sea tan
buena idea como enseñarle a dar un beso.
Por lo general un perro repite un comportamiento simplemente porque le divierte. Un
perro que se caza la cola, por ejemplo, probablemente aprenderá trucos relacionados con
rodar y girar.
Rápidamente aprenderás que “afirmar lo obvio” está subestimado cuando toca enseñarle
un truco a tu perro. Los perros no son muy lógicos. Si lanzas una pelota de tenis y dices
“trae”, muchos perros correrán tras ella, pero luego la soltarán y te echarán una mirada
que significa “Bueno, ¿qué sigue?”. A menos que le digas claramente que quieres que te
traiga la pelota y lo alabes muchísimo por seguir tus órdenes, él simplemente no “lo
pillará”.
Por ejemplo, si el perro coge la pelota en su boca y da un paso hacia ti, le dices “¡Buen
chico!”. Si la suelta o corre lejos, le das la orden de nuevo. Y de nuevo, si da un paso
hacia ti lo alabas. Así el perro gradualmente entenderá qué es lo que quieres. Una vez el
perro haga esta conexión entre los eventos empezará a repetirlos sólo para ser alabado.
Si el truco es relativamente complicado (como encender la luz, o llevar los juguetes a la
caja) debes dividirlo en diversos pasos para enseñarle uno cada vez.
Tal vez quieras enseñarle primero a cargar el juguete, luego a ponerlo en la caja,
después a encontrar el juguete y ponerlo en la caja, y finalmente a hacerlo con todos los
juguetes.
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Normalmente no hay una manera para acelerar este proceso de aprendizaje. Enséñale un
truco cada vez para no confundir al perro. Haz que todos los juegos sean fáciles al
empezar y progresa lentamente. Tampoco puedes ir demasiado lento, pero si eres
demasiado rápido le sacarás de la cabeza la idea de aprender algo nuevo. Si encuentras
problemas, retrocede un paso o déjalo por unos días e inténtalo de nuevo. Nunca
muestres enfado, y hazlo divertido…¡Esta es una manera de pasar juntos un tiempo de
calidad, al fin y al cabo! Simplemente tienes que ser paciente e ir paso a paso; de otro
modo corres el riesgo de confundir a la pobre criatura.
Los perros son naturalmente exhibicionistas. No hay nada que les guste más que tener la
atención de todos los humanos de la habitación. Enseñándole trucos le estarás dando el
regalo de ser “el más llamativo” la próxima vez que vengan tus amigos. También, si el
perro sabe que es el centro de atención, él naturalmente se enfocará en ti porque le
encanta presumir. Los perros adoran este tipo de atención, así que puede ser todo un
reto intentar que deje de realizar el truco una vez y otra y otra y otra.
Otra ayuda para enseñarle es premiar al perro con una recompensa que vaya a apreciar.
Algunos perros quieren golosinas, a otros no les importa la comida pero prefieren jugar
con su juguete favorito. Otros estarán satisfechos simplemente con tu aprobación y tus
caricias.
La idea es no tener que cargar con una bolsa de golosinas en el bolsillo el resto de tu
vida para que tu perro haga lo que quieres. A evitarlo ayuda usar un tono de voz
animado cuando lo alabes sus acciones. Eso y las palabras que uses, como “¡Qué perro
tan bueno!” o “¡Qué perro tan listo!”, le harán entender que ha realizado el truco
correctamente.
Como los niños, los perros responden al refuerzo positivo, no a las críticas. Si los riñes
o castigas demasiado sólo desarrollará un problema y empezará a actuar como un poeta
ruso deprimido. Si eres consecuente y lo alabas cuando haga algo bueno verás
resultados rápidamente.
Utiliza todo tipo de premios…Chucherías, juguetes o alabanzas. Si usas golosinas
recuerda deducir la cantidad de comida que coma durante el juego de sus raciones
diarias, o quizá el perro simplemente te engañará y hará el tonto para conseguir más
comida. Esto puede producir sobrepeso. Una buena chuchería es una pieza seca de
comida de perro, ya que están bien balanceados, y además no hará daño a sus dientes.
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Enseñarle trucos debería ser divertido para los dos, y gritar “¡no!” a un perro no es
divertido para nadie. Por supuesto que hay algunas excepciones a esta regla (Si tu perro
intenta cazar un coche en mitad del entrenamiento, naturalmente puedes decir “¡no!”
para traerlo de vuelta). La clave es convertir esto en una experiencia positiva para
ambos.
¿Qué es
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