Una Estación De Amor

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“UNA ESTACION DE AMOR”

Autor: Horacio Quiroga

(Resumen)

Primavera:

Era martes de carnaval, Nébel miro al carruaje de adelante y observo a una hermosa joven de no más de 14 años. Al parecer ella era la sobrina del doctor Arrizabalaga.

Nebel fijo los ojos en la criatura y sentir sus ojos azules Nébel quedo deslumbrado. La joven de vez en cuando lo miraba y sonreía. Después el doctor y la madre de la chica también sonrieron.

El corso se reanudo al día siguiente, con la batalla de las flores. Nebel agoto 4 inmensas canastas, Arrizabaga y la señora reían, la joven no apartaba los ojos de Nébel. Él tendió un ramo de siemprevivas y jazmines a la chica, ella busco otro pero no tenía.

Nébel había llegado tres días atrás de Buenos Aires, permaneció ahí 7 años solo estaría 15 días allí y luego volvería a su ciudad natal. Ella se iba al día siguiente a Montevideo.

Ellos hicieron un viaje juntos, en el Nébel alcanzo un grado de pasión muy alto. Su despedida fue breve.

Verano:

En junio Nébel volvió a Concordia, el supo que Lidia estaba allí pero no se inquietaba mucho por ella. En domingo después de misa, Nébel espero a Lidia y su madre, pero pasaron, con su mirada fría fija adelante. Después pensó que no lo vio.

A las 3 fue a las casa del doctor Arrizagabalaga, con la idea de cualquier misterio para poder ver a la chica. La madre abrió la puerta y lo hizo entrar al consultorio, se pusieron a hablar y entro Lindia, acordaron que podía ir todos los lunes y viernes. Durante dos meses, Nébel y Lindia se adoraron. Ella debía encarnar la suma posible de ideal. Nébel solo quería casarse.

Nébel después de hablar con su padre, se llenó de rabia, puesto que él se opuso a su boda además de no haber podido desahogar su ira.

Nébel sabía que la madre de Lidia había sido querida de Arrizabalaga en vida de su marido, pero ignoraba esto. La madre de Lidia abusaba de la morfina por angustiosa necesidad y por elegancia.

Nébel fijó para el 18 de octubre el casamiento. La madre de Lidia le dio a entender que quería la presencia del padre de Nébel en la boda. Nébel le contestó que iba a ser difícil y luego cuando fue al día siguiente le dijo a la madre de Lidia que a su padre le iba a ser imposible asistir.

Nébel vivió cuatro días en la más honda desesperación. Al quinto día, al anochecer, recibió una carta:

“Octavio: Lidia está bastante enferma y sólo su presencia podría calmarla.

María S. De Arrizabalaga”

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