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Una vida, un sentido.


Enviado por   •  15 de Octubre de 2016  •  Apuntes  •  1.498 Palabras (6 Páginas)  •  199 Visitas

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UNA VIDA, UN SENTIDO

En este escrito explicare este tema desde mi experiencia de vida. Muchas noches me he preguntado qué sentido tiene vivir, pero siempre acabo reflexionando sobre qué motivos tengo para vivir o para morir, (afortunadamente tengo muchos más para vivir) y no es lo mismo, es mucho más complicado, es un mundo detrás de las nubes sin haberlo visto antes: este texto es un intento de pequeño relámpago iluminando como mínimo las nubes y como máximo un poquitín de superficie.

Otra cuestión que abarca el sentido de la vida es ¿qué es vivir? Ser nosotros mismos, somos plantas destinadas a florecer e incluso dar fruto. Vivir no es sólo existir, sino existir y crear, saber gozar y sufrir  y no dormir sin soñar.  Descansar, es empezar a morir. No importan los años de vida si no la vida de los años. La vida es eso que pasa mientras nosotros realizamos nuestros planes. Y repito por sobre de todo, vivir es más que existir. La mayoría de gente solo existe.

"A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante" Oscar Wilde

Me despierto abriendo suavemente los ojos, hago una respiración profunda, inhalo y exhalo sintiendo cada parte de mi cuerpo recobrar su actividad después del sueño, estiro mis brazos y mis piernas en la cama mientras tomo conciencia de lo que me rodea,  del espacio y el tiempo en el que estoy. Descubro un brazo fuerte sobre mi cintura y sonrío desde el corazón a la luz de un nuevo amanecer junto al amor de mi vida. Doy gracias mentalmente por un nuevo día, y comienzo la mañana con ilusión porque recuerdo que mi vida tiene un sentido y un propósito.

¿Sabes tú cuál es el sentido y propósito de tu vida? Llegamos a este mundo “sin pedirlo” y sin entender muy bien las razones por las que estamos aquí, si tenemos algún propósito o misión que cumplir. Al nacer nuestros padres no tienen un manual de instrucciones para educarnos, ni nadie nos regala un mapa de la ruta a seguir. Vamos creciendo, construyendo nuestro camino en cada despertar. No hay uno de nosotros que no se haya equivocado, muchos nos hemos sentido perdidos, sin saber cuál ruta de las muchas disponibles tomar. Esa sensación de vacío, esa aflicción que te causa el no saber cuál es tu lugar, qué se espera de ti, qué es lo mejor que puedes realizar con tu vida, quizás te resulten sensaciones familiares. Vivimos en una sociedad saturada de estímulos externos (las modas, los estereotipos, las tecnologías, las ideologías y un largo etc.) a los que respondemos automáticamente, sin embargo pienso que debemos detenernos, buscar un poco de silencio para permitir escuchar nuestra propia voz interior, en lugar de estar respondiendo constantemente a las expectativas y llamados del exterior.

Puede que el sentido de la vida esté en hacer alguna cosa, en buscar algo, en ser algo. ¿Y si el sentido de la vida consiste en buscar algún motivo por el cual vivir? Bien, aquí mi respuesta: Se puede vivir por todas esas cosas que tienen misterio, todas esas cosas que nunca se acaban de dejar explicar (arte, amor, la misma vida, etc.), se puede vivir por miedo a la muerte (al olvido, al dolor, etc.),  donde por muy desgastadas que tenga la suelas de los zapatos o por muchos celulares de ultima generación que tengas; peón y rey vuelven a la misma caja, también se puede vivir para ayudar a otras personas a vivir mejor, vivir por unas ideas.

¿Te has planteado alguna vez qué le da sentido a tu vida, cuál es tu propósito fundamental? Si no es así, tranquilo, aún estás a tiempo de hacerlo. No es de extrañar que muchas personas no se cuestionen el sentido de sus vidas. Convivimos en un mundo en el que a menudo nos centramos más en lo que hacemos y tenemos que en lo que somos.

Reflexiona sobre esto; cuando conocemos a alguien no le preguntamos: ¿Quién eres? sino ¿Qué haces? Probablemente esta sea una de las raíces de la confusión de muchos individuos, que identifican  su valor y el de los demás, con lo que hacen y lo que tienen, pero el sentido de la vida no mora en lo que hacemos ni en lo que tenemos, sino más bien en quiénes somos.

El sentido de la vida es una revelación muy personal, lo que sí sé es que pasa siempre por la ruta del AMOR. Intuimos que todo lo que tiene sentido está hecho con Amor. Conocemos que el amor tiene como ingrediente ese misterio con el que incluso lo más insignificante cobra sentido. Una vida con propósito y significado es aquella que se vive en primer lugar desde el amor propio, que no es egolatría, es el reconocimiento de que cada uno de nosotros es un ser único, digno de amar y de ser amado. Para dar amor, primero tenemos que albergar amor dentro de nuestros corazones, no podemos dar aquello que no tenemos.  Cuando nos amamos podemos percibir que somos criaturas amadas del universo y que por tanto nuestra vida tiene algún sentido, de lo contrario no estaríamos aquí, ni siquiera existiríamos. Desde ese amor a nosotros mismos, será posible percatarnos de nuestros talentos, virtudes, sentimientos, y las razones que nos estimulan a levantarnos cada mañana, para emplear todo esos dones que hemos recibido de la vida, en el servicio a los demás. Dándole así  una dimensión trascendente a ese verbo que todos conocemos, pero que pocos le damos su máximo potencial: Vivir. Intrínsecamente el ser humano posee un auténtico y genuino deseo de vivir una vida lo más significativa posible.

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