Y la nueva ley de transito que..

Y LA NUEVA LEY DE TRÁNSITO QUÉ?

Al inicio de este artículo se me ocurre relatar una anécdota que ocurrió en mi ciudad (que no es Macondo sino Mao), fue lo siguiente: algunos jóvenes no muy aprensivos se dieron a la tarea de echar carreras en la denominada Avenida Olímpica, generando grandes peligros para la vida de los competidores y de los demás ciudadanos que transitaban por esa vía. Como esa calle está dentro de las instalaciones deportivas “Mao 97”, el administrador del lugar para evitar que siguieran echando competencia, tuvo la, no menos olímpica idea, de cerrar un lado de la avenida, dejando disponible solo un lado de esa vía, poniendo así en peligro la vida de los posibles competidores y de todos los ciudadanos que transitan por ese lugar. La alcaldía de la ciudad, enojada, ordenó al administrador reabrir la circulación, el administrador que veía su autoridad socavada se opuso y así transcurrieron días entre dimes y diretes de la alcaldía y el administrador, hasta que la municipalidad se impuso y manu militari reabrió la vía.

Cualquier persona no enajenada sabría que lo que debía hacer el administrador, al que hemos hecho referencia, era auxiliarse de otras autoridades y evitar que los imberbes pusieran en peligro sus vidas y la de los demás y jamás poner en peligro la vida de todos los munícipes por ser incapaz de evitar carreras en una calle que tiene a lo sumo mil quinientos metros.

Semáforos en rojo irrespetado por conductores y peatones, parqueo de vehículos en paralelo en todas las vías del país ante la mirada impertérrita de las autoridades, vehículos estacionados en las esquinas sin ningún tipo de respeto a la pintura amarilla, cuando la hay, bicicletas deambulando con niños o adultos en la nocturnidad sin ningún tipo de luz, vehículos del año de la puerca transitando por calles y avenidas sin ningún tipo oposición de las autoridades, unos amantes del mariachi mejicano que salen a cabalgar por las calles de la ciudad, de noche, a “divertir” y divertirse sin pensar siquiera el peligro que esto representa para las personas, manadas de animales vacuno y caprinos sueltos por todas las ciudades, motoconchos con las esquinas y a veces hasta con el centro de la vía pública “secuestrada”; son solo algunos de los desmanes que se cometen en este país en las vías públicas.

Quien vea ese espectáculo de mal gusto y de tanto peligro para los ciudadanos no puede ni siquiera imaginar que hace más de siete meses se promulgó y publicó en el país, con bombos y platillos la nueva “ley de movilidad, transporte terrestre, tránsito y seguridad vial De la República Dominicana.”, ley esta que anunciaba el fin del caos del tránsito en el país y prometía ser la panacea a ese inquietante problema.

En efecto, la ley 63-17 de movilidad, transporte terrestre, tránsito y seguridad vial De la República Dominicana, fue promulgada por el presidente de la República el 21 de febrero de 2017, y contiene una serie de disposiciones tan rígidas y minuciosas para regular el tránsito terrestre que harían temblar hasta a los suizos, sin embargo parece que se trata de más de lo mismo, resolver un problema social mediante la propaganda a través de una ley que ni los que la aprobaron desean que se aplique.

La ley de referencia tiene, entre otras innovaciones, para la seguridad vial, la instauración de un sistema de puntos en la licencia de conducir que se reduce por la comisión de algunas infracciones, un sistema de multas que se indexa automáticamente, pues los montos de las multas están establecidos en base al salario mínimo y no por un monto fijo; un sistema de revisión de los vehículos que sustituye la inoperante, fuera del campo impositivo, de la revista, a través de talleres certificados por autoridad competente, cambios en el enfoque y funciones de la Amet, a la que, por cierto, se le

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