ACOSO SEXUAL EN LA EDUCACIÓN

ACOSO SEXUAL EN LA EDUCACIÓN

El aula de clases juega un rol trascendental en el aprendizaje escolar, es el espacio para el desarrollo del conocimiento y donde se afianzan las relaciones interpersonales. Pero la falta de un ambiente adecuado puede interferir en la habilidad del estudiante en aprender, estudiar, trabajar o participar.

Uno de los principales problemas al que nos enfrentamos hoy en día es el hostigamiento y acoso sexual. Éste es definido como un comportamiento inapropiado de naturaleza sexual en una posición de poder relativo a la persona que está siendo acosada; incluye una serie de agresiones desde molestias a abusos serios que pueden llegar a involucrar actividad sexual. En las escuelas, aunque el acoso sexual iniciado por los estudiantes es más común, también puede ser perpetrado por los profesores u otros miembros del establecimiento. No limitándose a la agresión al género femenino o a que el victimario sea del género opuesto.

Los datos arrojados por la primera Encuesta Nacional de Exclusión, Intolerancia y Violencia en Escuelas Públicas de Educación Media Superior encienden focos de alerta. De acuerdo con la SEP, de los 3 millones 700 mil jóvenes que estudian en bachillerato, 1% dijo haber sido víctima de violación, pero la mayoría ocultó la agresión. Especialistas de la Cátedra Unesco de Derechos Humanos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) revelaron que al menos 18 por ciento de las mujeres que cursan el bachillerato han sufrido violencia sexual –acoso y hostigamiento– por parte de profesores, mientras que 9 por ciento es presionada para negociar calificaciones a través de “favores sexuales”, y 7 por ciento más, con dinero.

Los efectos causados por el hostigamiento pueden llegar a ser desde bajo rendimiento escolar, abandono de clases, cambio de planes académicos o hasta incluso abandonar la escuela. La víctima expone su vida personal al escrutinio público, se convierte en el “acusado” y su código de vestimenta, estilo de vida y vida privada son centro de atención. Genera en el alumno pérdida de confianza hacia los ambientes similares donde ocurrió el acoso y hacia las personas del mismo sexo o que ocupan puestos similares al acosador.

Este problema nos conlleva a dar una mirada en cuanto al desempeño que como docentes y personal a cargo de las instalaciones educativas estamos realizando, ya que es parte de nuestro compromiso ético hacer que prevalezca el respeto hacia la dignidad humana de cada una de las personas dentro de los centros educativos, ya que este problema no se limita únicamente al acoso de los alumnos, sino que también existen casos en donde los profesores son acosados, ya sea por personas con un rango superior o inclusive por los mismos alumnos. Debemos reforzar el reconocimiento y el respeto de principios normativos en cuanto a la importancia de lo que le pasa al otro con las cosas que uno hace, o con las cosas que están haciendo en la comunidad educativa a la cual uno pertenece.

Al hablar de acoso sexual en la educación, también debemos de hablar de la educación ética que se está

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