Bullyn Acoso Sexual
BARTOL9 de Abril de 2012
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Escuela Primaria: “Ignacio Allende“ C.C.T. 15DPR0990Z Turno: Matutino.
Localidad: La Ladrillera. Municipio: Malinalco.
Zona escolar N°. 071. Sector Educativo N° X. Tenancingo.
Elaborado por el Consejo Técnico Consultivo de Escuela:
Presidente: Ángel Francisco Toledo Morales. Secretario: María Isabel Pascual Sóstenes.
Vocales:
Bernardita Olivares Vázquez.
Perla Patricia Díaz Vázquez
Bartolo Mendoza Mancines.
Francisca Miranda Rojas.
Modesta Duarte Rojas.
En México el salón de clases suele ser el escenario más frecuente de agresiones verbales, acoso, golpes y amenazas y por tanto resulta imperativo que los docentes, directivos, autoridades educativas, padres de familia y sociedad en general, tomemos medidas al respecto.
INTRODUCCION
Estamos ciertos que los docentes hemos experimentado y estamos en conocimiento de situaciones de bullying en nuestras escuelas, expresadas en maltratos e intimidaciones permanentes y reiteradas a niños/niñas por parte de otros estudiantes que se encuentran en una asimetría favorable de poder y que ejercen su fuerza. ¿Qué docente no hemos conocido el acoso que ha recibido un o una de sus estudiantes por encasillársele como "gordo", "flaco", "débil", "retraído", "afeminado" o por otros motivos distintos e injustificables?
Las autoridades educativas nos motivan a como docentes asumamos a una campaña para prevenir, atender y erradicar el bullying de las escuelas, y en especial en el ámbito del salón de clases, ya que constituye un problema grave que no ha recibido una adecuada atención. El docente no es el único que debe preocuparse de esta situación, también los directivos, los estudiantes, los padres y los tutores, en fin toda la comunidad educativa. Sin embargo, a nosotros los docentes nos corresponde un rol preferencial en prevenir y atender el bullying en nuestra área de clase.
Responsabilidad Docente
Los profesores deben constituirse como agentes para prevenir, atender y de ser posible erradicar el bullying en los salones de clase puesto que este fenómeno crea un clima de temor y desconfianza que impacta directamente el aprendizaje de los estudiantes.
Se debe considerar que la mayoría de los estudiantes que son maltratados por uno de sus compañeros de curso declaran que, la totalidad de las amenazas se realiza al interior de la salón de clases. Entonces, el aula es el escenario privilegiado para la agresión verbal, acoso sexual, acciones contra los objetos de propiedad de los estudiantes, exclusión social, golpes y amenazas.
Ahora bien, es más que seguro que algunos docentes diremos, con justicia, que se nos está asignando una nueva tarea a las muchas que hoy debemos asumir. Estamos conscientes que en el presente, como nunca antes en la historia de la educación, las exigencias que se nos hacen a los docentes son múltiples y complejas. No sólo debemos estar preocupados de la transferencia de los conocimientos disciplinarios, sino que además, debemos ocuparnos de una serie de temas y desafíos propios del cambio de la época en que vivimos: la drogadicción, la sexualidad y la afectividad, la autorregulación de la conducta, la búsqueda de sentido de vida personal y colectivo, la construcción de una educación inclusiva y de calidad, los derechos humanos, el medio ambiente y el desarrollo sustentable; la tolerancia, la no discriminación, la diversidad social y cultural, la competitividad, la negociación pacífica de conflictos, la formación ciudadana y muchos otros.
Más aprendizaje, menos agresión
Se ha comprobado que entre menos caos y desorden y más atención en los aprendizajes académicos, hay significativamente menos intimidación.
No obstante, a nuestro parecer, respecto al fenómeno de bullying, en especial al que tiene lugar en el salón de clases, es impensable que el docente lo eluda o esquive. No sólo porque el bullying es un fenómeno que nos habla de intolerancia, discriminación, negación de la diversidad, prejuicios, estereotipos, o porque está asociado con severos trastornos de salud mental y física incluyendo depresión, ansiedad, suicidios y cuadros sicóticos, sino que también porque el clima escolar al interior de la sala de clase se ve categóricamente afectado a causa del bullying. En nuestra opinión, son a lo menos tres los espacios en que los docentes pueden contribuir significativamente para prevenir, atender, y en lo posible erradicar el bullying de la salón de clases:
*DIAGNOSTICO
I. FAVORECER LA CREACIÓN DE UN CLIMA ESCOLAR FAVORABLE Y RESPETUOSO AL INTERIOR DE LA SALON DE CLASES
El clima escolar, como es sabido, es la percepción que tienen los sujetos acerca de las relaciones interpersonales que establecen en el contexto escolar y el contexto o marco en el cual estas interacciones se dan. Es decir, refiere a las sensaciones de quienes participan de las actividades escolares, así como a las normas y creencias que operan en el sistema escolar. Un clima adecuado debe satisfacer las necesidades humanas básicas: fisiológicas, de seguridad, de aceptación y compañerismo, de logro y reconocimiento y de maximizar el propio potencial.
Se ha establecido que en aquellas escuelas donde se alcanzan los objetivos educacionales propuestos, que presentan un clima positivo y seguro, una comunidad cohesionada y con espíritu de equipo existe satisfacción profesional, participación de los estudiantes y padres, el tipo de relación que se establece entre profesor y estudiante favorece la buena comunicación y ante conductas desviadas no se responde con coerción sino que se tratan terapéuticamente
Pareciera cierto que, al aumentar el número de conflictos y de agresiones en la salón de clase y en los establecimientos, se produce un deterioro del clima escolar, lo que a su vez impacta negativamente tanto sobre los estudiantes -en su desarrollo moral y social y en su aprendizaje- como en el profesorado. Específicamente, entre menos caos y desorden y más atención en los señala que como los intimidadores tienden a ser menos colaborativos, a tener mal comportamiento y a desarrollar conductas desadaptativas, que son sancionadas por las autoridades, se generan estados emocionales que impactan en la sala de clases. Un clima escolar positivo "… permite al estudiante sentirse acompañado, seguro, querido, tranquilo... y posibilita su desarrollo personal. Los climas sociales negativos… producen estrés, irritación, desgano, depresión, falta de interés y una sensación de estar agotado física y mentalmente."
Por consiguiente, con el fin de atender el bullying en la salón de clases le corresponde al docente crear condiciones y fomentar un adecuado clima escolar. Se torna evidente que las acciones de intimidación impactan negativamente sobre el clima escolar y que, a su vez, el clima escolar que se genera favorece la emergencia de acciones de intimidación, constituyéndose en un círculo pernicioso de violencia.
Cabe hacer notar que la actitud del docente y su modo de ser y actuar en la sala de clases es uno de los factores importantes en la creación de una convivencia escolar armoniosa y respetuosa, constituyendo una condicionante gravitante para prevenir el bullying. Por el contrario, la presencia de un profesor autoritario puede constituirse en un modelo para el estudiante, el que reproduce su acción intimidando a sus pares. Un docente extremadamente normativo o que tiene dificultades para mantener el orden en el aula, genera desagrado en los estudiantes, lo que induce a conductas agresivas que favorecen el bullying. De igual forma, los docentes pueden deliberada o inconcientemente inducir al bullying cuando manifiestan una actitud negativa hacia un estudiante, lo que se transforma en una excusa para que sus pares lo maltraten. Lo mismo ocurre con el uso del sarcasmo y formas sutiles de ridiculización que puede utilizar un profesor.
II. DESARROLLAR EN LOS ALUMNOS COMPETENCIAS Y APRENDIZAJES SOCIALES QUE SE VINCULAN CON VALORES DE CONVIVENCIA ESCOLAR ARMONIOSA Y DE RESPONSABILIDAD CONSIGO MISMO Y LOS OTROS.
El bullying es un fenómeno que ha sido y está siendo estudiado de manera muy intensa y desde miradas múltiples en casi la mayoría de los países. En los inicios se tendió a considerar el bullying como un fenómeno individual y aislado que involucraba solamente a dos personas: intimidador e intimidado. Sin embargo, posteriormente el bullying ha sido concebido como un comportamiento colectivo en su naturaleza, basado en relaciones sociales de grupo. El bullying deja de ser entonces un fenómeno de carácter diádico para convertirse en un fenómeno grupal
Por lo tanto, es aconsejable que como docentes nos aboquemos a desarrollar en los y las alumnas, desde edades tempranas, una serie de competencias sociales y ciudadanas que les permitan establecer interacciones grupales sanas y responsables que los dispongan a prevenir el bullying en la escuela y al interior de las salones de clases.
Las competencias que se vinculan con comportamientos capaces de prevenir y atender el bullying son, a nuestro parecer, las que siguen a continuación:
1. Competencias referidas a la construcción de sentido y proyectos de vida personales y colectivos
Es nuestro convencimiento que, en la medida que los alumnos aprenden a darle sentido
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