ANTECEDENTES TEÓRICOS Y FILOSÓFICOS DE LA FORMACIÓN CÍVICA

1.1 ANTECEDENTES TEÓRICOS Y FILOSÓFICOS DE LA FORMACIÓN CÍVICA.

La enseñanza de la cultura cívica se caracterizó, entre otras cosas, por la pura y llana transmisión de conocimientos, dejando de lado toda práctica que ayudará a reforzar los valores que se proponían.

Para la comisión la ética es una herramienta fundamental semejante al derecho para la regulación y conducción de la vida social y que gracias a ella alcanza aquellos propósitos que el derecho en ocasiones no.

El enfoque de la asignatura concibe a la democracia no sólo como una forma de gobierno, sino como una forma de vida que demanda de sus ciudadanos el conocimiento de sus derechos y responsabilidades, es decir, promueve una ciudadanía activa que respeta la diversidad, que es solidaria, responsable, que posee sentido de justicia y equidad y es libre; valores necesarios para la convivencia en una sociedad plural con el objeto de que los ciudadanos comprendan las diferentes tradiciones relativas a las obligaciones cívicas, puntos de vista alternativos sobre derechos y responsabilidades cívicas.

Frente a un sistema de ética laico y racional, como el Kantiano ciertas conductas, por ejemplo; una conducta reñida con principios doctrinarios puede ser considerada antiética o inmoral mientras que si es observada de un lado neoliberalista o incluso liberal la pueden considerar correcta desde un punto moral, para eso proponen que debe enseñarse la ética tanto en los estudios básicos y no sólo para las escuelas sino también que exista la formación cívica en los funcionarios públicos. Si se observa de una manera Aristotélica la formación cívica hace al ciudadano una persona capaz de comportarse conforme a ciertas conductas de una manera adecuada.

No promovía la discusión o una actitud crítica hacia los procesos políticos y económicos, por el contrario, se describían de manera neutral los procesos Históricos del país

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